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SANTO DOMINGO
Ya ha pasado poco más de un mes desde que el prospecto de los Nacionales de Washington, Yewri Guillén murió en una clínica de la capital dominicana como consecuencia de meningitis bacteriana. Guillén contrajo la enfermedad en un lugar no determinado y sufrió los primeros males de la misma en la academia del equipo de la Liga Nacional solo tres meses después de haber firmado su contrato para el profesionalismo. Ningún médico trató al joven torpedero mientras estuvo en la academia de los Nacionales porque el club no tiene un galeno en su nómina. De hecho, ningún complejo de Grandes Ligas en el país tiene un doctor de planta. Guillén aun no tenía un seguro médico al momento de enfermarse y por eso fue rechazado del primer centro de asistencia que visitó: la famosa clínica de la Universidad Central del Este (UCE) localizada en la avenida Máximo Gómez de esta ciudad. Tampoco había cobrado un centavo de los US$35 mil de bono por el que había dado su salto del amateur, buscando un sueño para salir de la pobreza extrema en la que se encuentra un alto porcentaje de los 10 millones de dominicanos. Un mes después, todavía las Grandes Ligas se encuentran en una fase de investigación que nadie sabe en qué parará, ni siquiera el director de la oficina de las mayores en la República Dominicana.
"Aun no tenemos información al respecto. La investigación la está haciendo el departamento (de investigaciones) de la oficina en Nueva York. Cuando tengamos algún dato lo dejaremos saber", dijo Jorge Pérez el lunes durante la inauguración de la academia de los Indios de Cleveland en el municipio de Guerra. Pérez sí confirmó que los peloteros de 28 de los 30 equipos que tienen operaciones en el país ya han recibido vacunas para prevenir que se repita la tragedia. "Solo nos faltan Atlanta y San Diego pero ellos van a recibir sus vacunas esta misma semana", indicó Pérez.
Mientras tanto, la madre de Guillén, Sandra Perdomo, confirmó que ya recibió el dinero de la bonificación de su fallecido hijo, además de unos US$2 mil extra de parte del equipo y las donaciones que realizaron jugadores de las mayores. "El dolor todavía está ahí y solo queda la resignación", dijo Perdomo, quien señaló que ejecutivos de los Nacionales en el país le garantizaron que recibiría más dinero proveniente de un seguro de vida estipulado en el contrato que firmó su hijo para unirse a los Nacionales. A las autoridades dominicanas poco les ha importado la muerte de un joven que podía haber sido muy productivo pues ningún fiscal ha pedido una explicación a los Nacionales, mucho menos el ineficiente comisionado de béisbol de la República Dominicana, ni ninguno de los 32 senadores o alguno de los 178 diputados.
Si Guillén hubiera nacido en Wisconsin y no en Nigua y si su apellido no hubiera sido Guillén sino Johnson, ¿todo se hubiera quedado así? Yo lo dudo mucho.
ESPNDEPORTES.COM / DIONISIO SOLDEVILA
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