Lleno de pesares y frustraciones que le llevaron a pensar en dejar de jugar pelota, Francisco Liriano encontró en Jamie Moyer una fuente motivacional para continuar con su regreso al nivel óptimo de las Mayores. No se equivocó. El zurdo dominicano se ahogaba en un mar de tormentos por tantos altibajos luego de la cirugía mayor de su codo izquierdo que le sacó de acción en 2006 y le hizo perderse todo 2007. Los resultados de 2008 y 2009 no eran los esperados. Siempre aparecía algo.
“Un día llegue a molestarme y dije que iba a dejar esto”, expresa Francisco Liriano por la vía telefónica a El Caribe desde la ciudad de Minnesota. “Era una carga muy pesada. Me sentía bien del brazo, pero los pitcheos no me resultaban. No era fácil”, apunta. Pero al observar un partido de los Filis la pasada campaña con el cuarentón de Moyer en la lomita fue la llamada despertadora ideal. “Moyer fue mi inspiración. No quiero que nadie piense que lo estoy irrespetando, pero cuando lo vi lanzando y hacienda outs en Grandes Ligas, me dije, ‘pero Francisco, si ese señor con más de 45 años (46 en 2009) hace su trabajo con pitcheos a 80, tú que la tiras a 90 no puedes rendirte’. Eso fue todo, al día siguiente sentí ese alivio por dentro y los resultados se vieron”, recuerda el serpentinero de 26 años.
Actualmente, Liriano disfruta de un gran comienzo, foja de 4-1, un promedio de carreras limpias de 2.36 y las señales de que el pitcher de 2006, cuando quemó la Liga Americana, está de regreso. “Es un poco de todo. Estaba inspirado gracias a Dios cuando lancé con el Escogido, cuido mi físico con más empeño, más experiencia, más dedicación. Son esas cosas que se valoran cuando recibes una segunda oportunidad”, señala el nativo de San Cristóbal. Apoyo extra. Liriano tiene un fisioterapeuta que le acompaña para no descuidarse ni un segundo con su cuerpo. “Él se llama René Velásquez. Tenemos un régimen que me ha dado resultados. Mi programa es intocable”, expone quien se ha comportado como el mejor pitcher de Minnesota en lo que va de campaña.
Francisco también valora el cambio que ha dado como persona. Para poner un ejemplo, Liriano conversó con El Caribe poco después de su derrota ante Baltimore y no lucía perturbado por eso.
“Uno aprende. Uno busca más del Señor. Tengo gente que siempre me habla de Dios. Yo acabo de perder un juego y aunque no me gusta perder, sé que esas cosas pasan y lo que debo hacer es prepararme para la próxima salida”, comenta. ¡Ah Jamie Moyer que sirve de ejemplo!
“Un día llegue a molestarme y dije que iba a dejar esto”, expresa Francisco Liriano por la vía telefónica a El Caribe desde la ciudad de Minnesota. “Era una carga muy pesada. Me sentía bien del brazo, pero los pitcheos no me resultaban. No era fácil”, apunta. Pero al observar un partido de los Filis la pasada campaña con el cuarentón de Moyer en la lomita fue la llamada despertadora ideal. “Moyer fue mi inspiración. No quiero que nadie piense que lo estoy irrespetando, pero cuando lo vi lanzando y hacienda outs en Grandes Ligas, me dije, ‘pero Francisco, si ese señor con más de 45 años (46 en 2009) hace su trabajo con pitcheos a 80, tú que la tiras a 90 no puedes rendirte’. Eso fue todo, al día siguiente sentí ese alivio por dentro y los resultados se vieron”, recuerda el serpentinero de 26 años.
Actualmente, Liriano disfruta de un gran comienzo, foja de 4-1, un promedio de carreras limpias de 2.36 y las señales de que el pitcher de 2006, cuando quemó la Liga Americana, está de regreso. “Es un poco de todo. Estaba inspirado gracias a Dios cuando lancé con el Escogido, cuido mi físico con más empeño, más experiencia, más dedicación. Son esas cosas que se valoran cuando recibes una segunda oportunidad”, señala el nativo de San Cristóbal. Apoyo extra. Liriano tiene un fisioterapeuta que le acompaña para no descuidarse ni un segundo con su cuerpo. “Él se llama René Velásquez. Tenemos un régimen que me ha dado resultados. Mi programa es intocable”, expone quien se ha comportado como el mejor pitcher de Minnesota en lo que va de campaña.
Francisco también valora el cambio que ha dado como persona. Para poner un ejemplo, Liriano conversó con El Caribe poco después de su derrota ante Baltimore y no lucía perturbado por eso.
“Uno aprende. Uno busca más del Señor. Tengo gente que siempre me habla de Dios. Yo acabo de perder un juego y aunque no me gusta perder, sé que esas cosas pasan y lo que debo hacer es prepararme para la próxima salida”, comenta. ¡Ah Jamie Moyer que sirve de ejemplo!
Elogios para Ubaldo
Ubaldo Jiménez y Francisco Liriano no son extraños. “Hemos entrenado juntos en San Cristóbal. Es un tremendo ser humano y me alegra lo bien que le va”, dice Liriano del derecho de Colorado. ¿Dos Cy Youngs para el país no caen mal? “Tenemos que fajarnos a conseguirlos. No es fácil, pero tampoco imposible”, apunta el zurdo de Minnesota.
Ubaldo Jiménez y Francisco Liriano no son extraños. “Hemos entrenado juntos en San Cristóbal. Es un tremendo ser humano y me alegra lo bien que le va”, dice Liriano del derecho de Colorado. ¿Dos Cy Youngs para el país no caen mal? “Tenemos que fajarnos a conseguirlos. No es fácil, pero tampoco imposible”, apunta el zurdo de Minnesota.
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