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El jardinero derecho de Toronto José Bautista fue a Nueva York este fin de semana y encendió un festival de premiaciones. Durante una serie de tres juegos entre los Azulejos y los Yankees, Bautista bateó de 9-1 y fue expulsado de un partido por el árbitro Ed Hickox por discutir tras un tercer strike cuestionable de parte de Joba Chamberlain. Pero esos momentos difíciles no aguaron su espíritu. Compartió un abrazo con el oficial de MLB Phyllis Merhige detrás de la jaula de bateo, firmó algunos autógrafos, posó para tomarse unas fotografías y generalmente se comportó como un hombre que vive la vida al máximo.
Debido a que las oficinas de la Asociación de Jugadores de MLB están localizadas en Manhattan, Bautista también disfrutó de la visita de un amigable representante de la unión que le trajo algunos regalos. Recibió una caja grande rellena con sus premios de jugador del mes y jugador de la semana de 2010, para no mencionar algunas piezas de recordación de la primera aparición de su carrera en el Juego de Estrellas en julio.
"No siempre consigo un arrastre", dijo Bautista, "pero lo conseguí esta vez. Es muy agradable".
En este año del lanzador, Bautista está en una lista corta e ilustre junto a Joey Votto, Albert Pujols y Josh Hamilton -- jugadores que hacen noticia por el swing de sus bates. Hace un año, sus números casi ni se registraban en el mapa de Grandes Ligas. Ahora batea con la violencia del huracán Earl.
• Bautista es líder de las mayores con 43 jonrones y está segundo, detrás de Miguel Cabrera de Detroit, con 103 remolques. Ha quebrado por completo su marca anterior de carrera de 16 jonrones y 53 remolques con 25 partidos aún por jugar.
• Desde el inicio de septiembre de 2009 hasta el juego final de Toronto en agosto, Bautista ha bateado 53 jonrones. Durante la pasada década, sólo otros tres jugadores han bateado tantos jonrones en el calendario de septiembre a septiembre. Alex Rodríguez sacó 60 vuelacercas con Texas en 2001 y 2002, y David Ortiz (58 jonrones) de Boston y Travis Hafner (53) de Cleveland en 2005 y 2006.
• Según el portal hittrackeronline.com, que se dedica a registrar y estimar la distancia de los jonrones, Bautista es líder de las mayores con 17 jonrones "indudables". Son cuatro más que Adam Dunn de Washington y Mark Teixeira de Nueva York y Luke Scott de Baltimore. Bautista tiene promedio estimado de 404,2 pies por vuelacercas e, increíblemente, todos sus 43 jonrones han salido al jardín izquierdo/central o en línea recta al jardín izquierdo.
Bautista ha celebrado una gran fiesta de maduración a la edad de 29 años. Uno nunca pensaría que al comenzar esta temporada, los jugadores de estadísticas comparativas más cercanos en Baseball-reference.com eran Jim Hickman, Wayne Gross, Adolfo Phillips y Eric Anthony. "Ha sido increíble verlo jugar", dijo el segunda base de Toronto Aaron Hill. "Ellos lo colocaron allá afuera y dijeron, 'Tú eres el jugador titular, haz tu trabajo', y no ha mirado atrás. Su poder es ridículo".
Un arduo y largo camino
Antes de que Bautista floreciera tardíamente, podía ser catalogado como un "vagabundo". Creció en República Dominicana esperanzado en firmar con un equipo de las mayores como agente libre al terminar la escuela secundaria. Luego de generar un interés mínimo, asistió a Chipola Junior College en Florida, donde jugó tercera base y fue lanzador en el mismo equipo en que jugaba el futuro receptor de los Dodgers Russell Martin.
Bautista llamó la atención de dos cazatalentos de Pittsburgh, Jack Powell y Mark McKnight, y los Piratas lo eligieron en la 20ma ronda. El plan era seguir su progreso en la próxima primavera para ver si valía la pena firmarlo antes de que regresara al proceso del sorteo. Luego los Piratas lo invitaron a PNC Park para un entrenamiento y vieron un brazo de 70 grados, y poder de sobre 70 en la escala 20-80 de los cazatalentos. Fue suficiente para persuadir al entonces director de cazatalentos Mickey White para que recomendara darle a Bautista un bono de $500.000: dinero reservado para jugadores elegidos en la segunda ronda.
"Todo el mundo hablaba de David Wright como un gran tercera base ofensivo", dijo White, "pero nosotros pensábamos que nuestro tipo [Bautista] era igual de bueno. Lo veíamos como un bateador del medio de la alineación a largo plazo. Tal vez sería poder de dobles y triples, porque bateaba hacia el medio de las esquinas. Pero nosotros siempre pensamos que tendría poder. Sólo mira la belleza de ese swing. Él genera mucha velocidad en el bate". Durante los próximos años, Bautista se convirtió en el caso clásico de cómo no manejar a un prospecto. Recopiló menos de 1.000 turnos al bate en ligas menores antes de que Baltimore lo reclamara en el sorteo de Regla 5 y tuviera que cargarlo en el roster de las mayores. Según White -- quien para entonces se había ido a trabajar a los Orioles -- la gerencia de Baltimore recibió órdenes del dueño Peter Angelos de despedir a Bautista luego de cometer un error en el jardín derecho. Antes de que terminara la temporada 2004, Bautista se fue a la deriva entre Tampa Bay, luego Kansas City y los Mets de Nueva York, quienes lo cambiaron de regreso a Pittsburgh en un conjunto por Kris Benson.
Bautista estaba estancado en la organización de los Piratas en 2008 cuando le cayó en las manos a Toronto. Scott Rolen estaba lesionado, Bautista estaba en waivers, y los Azulejos lo habían visto jugar lo suficiente en la Liga de la Toronja para pensar que podía ayudarlos con su versatilidad como jugador de cuadro y de los jardines. Bautista luego se ganó un puesto como titular esta temporada cuando suplió 10 jonrones, 21 remolques y .606 de slugging en septiembre de 2009. "Al terminar los entrenamientos de primavera, sentimos que con toda probabilidad sería un jugador titular", dijo el gerente general de Toronto Alex Anthopoulos. "Pero el que te diga que esto era lo que esperábamos estaría mintiendo".
Bautista se ha beneficiado de la tutela del coach de bateo de Toronto Dwayne Murphy, quien evaluó su técnica y determinó que él necesitaba un mecanismo de tiempo para hacer swing más temprano. Luego de tantos años de juego a tiempo parcial, Bautista también halló respaldo con el manager de los Azulejos Cito Gaston, quien demostró suficiente fe en él como para escribir su nombre en la tarjeta de alineación todos los días. "La gente se alimenta entre sí", dijo Bautista. "Cuando la gerencia confía en el manager y el manager confía en los jugadores, se genera una cadena de confianza. Tú sales allá afuera y te enfocas en las cosas que necesitas enfocarte -- sólo ver la pelota y pegarle duro, en vez de tratar de pegar tres hits un día para que puedas jugar el próximo. Eso es difícil de hacer, especialmente cuando eres joven. Es un poco lo que me pasó a mí".
Bautista ha sido una pieza perfecta en una de las alineaciones más agresivas del béisbol. Los Azulejos son líderes en las mayores con 211 jonrones -- unos asombrosos 30 jonrones más que el equipo de segundo lugar, Boston -- y están 27° en embasamiento con .314. Cuando los bateadores de Toronto ven un "Ellos predican, 'Elige tu lanzamiento y tírale con todo'", dijo Hill. "Es una estrategia de vivir por la espada o morir por la espada. Así como nos ayuda a ser exitosos en hits extrabases y jonrones, también nos sacamos de out a nosotros mismos. Obviamente esa estrategia ha funcionado para José. Él ha sido increíble".
Inevitablemente, cuestionado
Bautista no es el primer jugador de la historia que disfruta de un aumento en jonrones a mitad de su carrera. Revisa la hoja de vida de Roger Maris, Davey Johnson, Bert Campaneris y el jardinero de la era de 1950 con los A's de Kansas City Bob Cerv, y cada uno cuenta con una temporada destacada que luce como un error tipográfico. En años recientes, Brady Anderson de Baltimore y Luis González de Arizona marcaron temporadas de 50 jonrones que parecen haber salido de la nada. La diferencia, por supuesto, es que las anomalías estadísticas eran permitidas en las décadas de 1950, 1960s y 1970, cuando los números de poder podían ser atribuidos a una nueva forma de colocarse en la caja de bateo, a la práctica de un régimen vigoroso durante el receso de temporada o a un nuevo plan mental gracias a un cambio de escenario. Ahora el debate revierte automáticamente al carácter del jugador y el contenido de su botiquín de medicinas.
Los aficionados se han vuelto cínicos, los escritores de béisbol demuestran sentimientos de culpa por su complacencia durante los años de Mark McGwire y Barry Bonds, y cualquier línea estadística que reta las explicaciones levanta sospechas.
" Yo nunca he usado esteroides, y está comprobado. … Los jugadores maduran y aprenden a cómo batear y hacer ajustes. Esa es la clave de mi éxito ahora mismo.
" -- José Bautista
Damien Cox, un columnista de hockey y editor asociado de deportes del diario Toronto Star, provocó las pasiones en agosto cuando mencionó la posibilidad del consumo de drogas para mejorar el rendimiento en la temporada revelación de Bautista. Su historia fue titulada, "Al menos hay que hacer la pregunta". Eso nos llevó a debatir si el artículo de Cox era diferente del análisis de 2009 del blogger Jerod Morris, quien fue vejado en los medios tradicionales por levantar dudas sobre el total de jonrones del jardinero de Filadelfia Raúl Ibáñez.
Es una proposición derrotista para Bautista, quien había atraído poca atención y ahora es un polo de controversia. Él no se pone defensivo ni titubea cuando se le presenta el tema de los esteroides, pero él se pregunta hasta dónde llegará el debate. Cuando el diálogo fluctúa entre esteroides y HGH, pruebas de orín, pruebas de sangre y el calendario para la próxima aparición de Roger Clemens en el tribunal, las explicaciones sutiles y bien pensadas para justificar el crecimiento personal de un jugador están destinadas a perderse en la histeria. "Yo nunca he usado esteroides, y está comprobado", dijo Bautista. "A todo el mundo le hacen pruebas múltiples veces al año. Yo he pasado por el programa al igual que todo el mundo, y me han hecho pruebas al menos cuatro veces este año. Mi nombre no debió estar en ese artículo desde un principio".
"Como he dicho, es una combinación de cosas. Puede ser que la gente no se dé cuenta, pero tú no vas a ver los mismos lanzamientos como 8° bateador de los Piratas que como 3er bateador de los Azulejos. Si la gente realmente piensa que tú puedes producir al mismo nivel en esas dos alineaciones en esos dos puestos de bateo, entonces no saben de béisbol. Además, los jugadores maduran y aprenden a cómo batear y hacer ajustes. Esa es la clave de mi éxito ahora mismo". Le gente del béisbol que conocía a Bautista en sus días de jugador con Chipola no hubiesen predicho que batearía de 45 a 50 jonrones algún día. Pero White, quien anteriormente había firmado a Manny Ramírez en Cleveland en 1991 y ahora trabaja como cazatalentos de los Marlins de Florida, no está sorprendido de que Bautista se haya convertido en un productor de carreras significativo en las mayores. White todavía recuerda una gira de los cazatalentos en Carolina del Norte en 2002. John Maine lanzaba para el club de liga menor de Baltimore Calse A Delmarva, y Bautista jugaba con la filial de Pittsburgh Hickory. Maine dejó una recta por encima del plato, y Bautista la pegó a la pizarra del jardín izquierdo/central.
"Es igual a como las batea ahora", dijo White. "Parecía un pegador de golf. Cuando él la bateaba, era como si el aire abandonara mis pulmones. Era como ver a Dave Winfield batear la pelota -- una de esas líneas bajitas que viajan y viajan". White tiene una teoría: Bautista tiene tanto talento atlético -- es un "pelotero puro" -- que cuenta con la rara habilidad de tomar el guante y jugar en cualquier parte del terreno. Eso llevó a muchos equipos a clasificarlo en el esquema conveniente de jugador utility. Los números de poder podrán ser diferentes, pero existen ciertos paralelos entre Bautista y Omar Infante, quien era considerado un jugador de banco hasta esta temporada en Atlanta. Cuando Bautista se ganó la posición de titular en Toronto al salir de los entrenamientos de primavera, los cazatalentos veteranos lo apoyaron. White le envió un mensaje de texto que decía, "Juega como la estrella que todos pensábamos que eras cuando te firmamos".
Bautista ciertamente cumplió con ese requisito. Tiene una caja llena de placas y trofeos para probarlo. "Que la gente crea lo que ellos quieran", dijo White. "Pero José Bautista es real. Sin dudas, es uno de los mejores muchachos y de los más apasionados por el béisbol que yo he visto. [Olvídate] de los escépticos". ¿Hay espacio en el béisbol para una historia inesperada de jonrones con un final feliz? José Bautista está probando esa posibilidad con cada swing y cada trote de las bases. Listos o no, ya llegó.
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