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martes, 22 de diciembre de 2009

DECADA DE BUENAS Y MALAS FIRMAS

La mejor firma de agente libre


David Ortiz
Ortiz
David Ortiz, Medias Rojas, un año, $1.25 millones, 2003: Ortiz no solicitó la agencia libre luego de una temporada 2002 en la que tuvo slugging de .500 para los Mellizos en 125 juegos, porque no era elegible todavía para la agencia libre. A los Mellizos no les gustaba la idea de ir a arbitraje con él y en cambio lo dejaron libre pocos días antes de la fecha límite para ofrecerle contrato. Resulta que los Medias Rojas tenían un hueco en el puesto de bateador designado y una afinidad por tipos como Ortiz, que batean con poder y controlan la zona, así que le dieron un contrato casi sin riesgo por una temporada; si su rodilla daba problemas como le pasó en el 2002, o si no rendía de acuerdo con las expectativas, él realmente no significaba mucho en su presupuesto, y jugaba en una posición que era fácil de llenar, pero si rendía como esperaban, los Medias Rojas tendrían derechos sobre para la temporada 2004. Ortiz bateó .288/.369/.592 con su nuevo equipo, a medida que los Medias Rojas le dieron más tiempo de nuevo, y lo alentaban a batear más para las cercas en vez de enfocarse tanto en el contrato, y superó esos números en cada uno de los siguientes cuatro años, en los que los Medias Rojas ganaron dos Series Mundiales con su ayuda.

La peor firma de agente libre

Darren Dreifort, Dodgers, cinco años, $55 millones, 2001-2005: Si los reclamos de Scott Boras de que existe un "equipo misterioso" en la guerra de ofertas por Matt Holliday les suenan familiares, es porque él ha usado esa misma táctica muchas veces anteriormente, quizás siendo el efecto más devastador el caso de Dreifort, quien recibió un contrato absurdo de cinco temporadas y $55 millones de parte de los Dodgers luego que Boras indicara que un rival anónimo del Oeste estaba detrás de su rival. La carrera de Dreifort, en este punto, había mostrado más promesa que actuación, y venía de un año mediocre en la rotación de los Dodgers en el que su proporción de jonrones y bases por bolas había aumentado por segundo año seguido, y haber fallado una vez más en llegar a las 200 entradas. Dreifort ya se había perdido una temporadas (1995) debido a una cirugía de cojo, luego se rompió ese mismo ligamento en el primer año de su nuevo contrato, perdiéndose año y medio. Lesiones posteriores en el hombro, rodilla y cadera lo limitaron a apenas 205 entradas en los cinco años del contrato, y se perdió dos de esas cinco temporadas completamente. Dreifort tenía varias banderas rojas en su resumé debido a lesiones antes de firmar el contrato, pero lo que fue peor es que los Dodgers le pagaron como un abridor No. 1 cuando él nunca había lanzado como uno en su carrera en el béisbol profesional, y ellos le dieron cinco años a pesar que todos sus indicadores eran que, al momento del contrato, se encontraba en la direccion equivocada. No es solo la peor firma de los años 2000. Es la peor firma en la historia de la agencia libre.

El mejor prospecto


Justin Upton
Upton
Justin Upton: Upton estaba en el radar de los escuchas tan temprano como en el 2002, cuando su hermano fue el mejor jugador en el sorteo de ese año (pero llegó segundo cuando los Piratas decidieron quedarse con un muchacho que se proyectaba como un tercer abridor); tan bueno como era B.J., Justin ya estaba recibiendo atención como un primer abridor a los 15 años y haciendo buena esa promesa cuando Arizona lo seleccionó en su primer turno del sorteo en el 2005. Luego de un primer año tranquilo en el béisbol profesional, Upton explotó a los 19 años en Clase A alta y Doble A, brilló en el Juego de Futuras Estrellas, a pesar de ser el más joven allí, y terminó en las Mayores antes de su cumplir 20 años. Él es ya uno de los primeros 20 jugadores en la Liga Nacional, a pesar que acaba de cumplir 22 años en agosto pasado, y tiene las herramientas para ser uno de los mejores jugadores en la siguiente década.

El peor prospecto


Matt Bush
Bush
Matt Bush: Mirando en retrospectiva, el sorteo del 2004 no fue uno grande; solo uno de los seleccionados en la primera ronda resultó ser una estrella (Justin Verlander) y otros cuatro se encuentran jugando como regular o como abridores con trabajo seguro en las mayores. Pero la peor selección resultó ser la primera, una selección para los Padres en un año en el que tenían la selección más valiosa en el pizarrón. Escogieron a Bush, un talentoso jugador de dos vías que venía de San Diego y quien tenía unos problemas que debieron haber conducido el equipo a otra dirección -- cualquier otra dirección. Se vió involucrado en un altercado provocado por el alcohol antes de haber jugado un partido profesional, a pesar que se encontraba por debajo de la edad límite para beber. En el terreno, Bush no pudo batear, así que los Padres lo pusieron de nuevo en la lomita, y tras siete entradas, ya el codo de Bush había reventado; durante su rehabilitación, otro incidente fuera del terreno que involucraba el uso de alcohol y agresión durante la temporada baja 2008-09 llevó a ser dejado en libertad. La primera selección en un sorteo es la más esperada por un amplio margen, y en esta ocasión los Padres solo obtuvieron un gran dolor de cabeza por esa selección.

El mayor cambio

Erik Bedard a los Marineros: Hay muchos candidatos para el galardón del mayor cambio de la década, dependiendo de como lo querramos medir. Los Gigantes cambiaron a Joe Nathan, Francisco Liriano, y Boof Bonser por lo que resultó ser un año de A.J. Pierzynski. Los Medias Rojas y los Marlins cuadraron un acuerdo que le dio a los Medias Rojas otra Serie Mundial detrás del mejor año de Josh Beckett y un gran regreso para Mike Lowell, pero le dio a los Marlins uno de los mejores cinco jugadores en la Liga Nacional en Hanley Ramírez. Cleveland construiyó un equipo contendor gracias al cambio que hicieron con Montreal, cuando estos últimos parecían que se encaminaban a ser eliminados como organización, consiguiendo a Grady Sizemore, Brandon Phillips y Cliff Lee por Bartolo Colón en un atraco de peloteros-para-alquilar que es probable que no volvamos a ver jamás.
Sin embargo, mi selección es el cambio por Bedard -- quien tuvo dos años de control y que venía de su mejor año -- a Seattle por un gran paquete cómico que incluía a Adam Jones, George Sherrill, Chris Tillman, Kameron Mickolio y Tony Butler. Jones ha había tenido destellos de grandeza para Baltimore, aunque restaba ver que lo lograra por una temporada completa. Sherrill le dió a los Orioles un buen año y medio antes que estos lo cambiaran por Josh Bell, ahora su aparente heredero en la tercera base. Tillman luce como un segundo abridor en espera y llegó a las mayores esta temporada a los 21 años. Por supuesto, Bedard ha hecho apenas 30 aperturas en dos años, tiempo en el que se lastimó … y se volvió a lastimar … y luego terminó su estancia con los Marineros con otra lesión que lo sacó de juego hasta el 2010. Fue un fiasco por una cosa: el cambió ayudó a terminar el régimen del gerente de Seattle que lo cuadró, Bill Bavasi.
Bavasi ayudó a emsamblar equipos de los Marineros que terminaron por debajo de los .500 por tres temporadas consecutivas antes de un suertudo año 2007 en el que ganaron 88 juegos a pesar de haber sido superados en carreraje en el año, empujándolos a sobrepagar -- por mucho -- por Bedard como una pieza que faltaba para ponerlos en otro nivel. Eso no sucedió, y los Marineros comenzaron con marca de 24-46 y despidieron a Bavasi una vez que quedó claro que el equipo era terrible y que el sistema de fincas había sido desangrado por nada. Pero Bavasi fue reemplazado luego de la temporada por Jack Zduriencik, cuya oficina central rehizo el equipo como un ente poderoso que evitar que le hagan carreras y continúa haciendo movidas inteligentes una tras otra en esta temporada baja para adquirir peloteros valiosos, incluyendo grandes acuerdos para añadir a Lee y Milton Bradley (en este caso adición por resta, ya que los Marineros dieron a Carlos Silva en el acuerdo), convirtiendo el equipo de aspirante a contendor en apenas 15 meses en el puesto.
Al mismo tiempo, el cambio de Bedard impulsó la reconstrucción en Baltimore, dándole a los Orioles un jardinero central de todos los días, un lanzador prospecto para que encaja en la futura rotación de los Orioles, detrás de Brian Matusz, y, por la vida del cambio hecho en el verano con los Dodgers, su tercera base del futuro. El gerente Andy MacPhail vendió a preció alto a Bedard y se aprovechó de un gerente desesperado -- el mejor compañero de cambios que existe -- para añadir el equivalente a tres primeras selecciones a su sistema de fincas. El cambió transformó la suerte de dos franquicias, incluyendo una oficina central, y por eso se lleva los honores del Cambio de la Década. 

Por Keith Law para ESPN.com

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