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El Juan Uribe que atendió a los reporteros en el AT&T Park en la víspera de la Serie Mundial 2010 se mostró un poco más sabio que el Juan Uribe de antaño. Como adolescente, Uribe por poco dejó ir la oportunidad de firmar con los Rockies de Colorado porque pensó que valía más de lo que se le estaba ofreciendo. Ahora, Uribe se muestra agradecido por la sabiduría que sólo el tiempo le puede dar. Erwin Higueros, el locutor en español de los Gigantes quien sirvió de traductor para Uribe durante la entrevista el martes, no tuvo que decir mucho. El mensaje del campocorto dominicano fue claro.
Este Juan Uribe es un hombre muy diferente a aquel jovencito que llegó de la República Dominicana. Este Uribe es un pelotero hecho y derecho y una de las principales razones por las que los Gigantes están en la Serie Mundial.
"Esto no es solamente para mí, es para toda mi familia", dijo Uribe, de 31 años. "Es un legado que la gente recordará y del que mi familia puede estar orgullosa. Jugamos béisbol en la República Dominicana para llegar hasta este punto y estoy muy emocionado de estar aquí". Y no es para menos. Uribe bateó para .248 con 24 jonrones y 85 carreras producidas para San Francisco durante la temporada regular. El dominicano conecto el cuadrangular decisivo en el octavo inning del Juego 6 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional para guiar a los Gigantes a una victoria por 3-2 en contra de los Filis. Uribe también jugó un papel muy importante en el camino de los Medias Blancas de Chicago para llegar a la Serie Mundial en 2005. Entre sus muchas jugadas clave, el dominicano puso fuera a Orlando Palmeiro de los Astros de Houston para el último out de la Serie.
"Es difícil comparar equipos y nunca hablaré mal de los Medias Blancas porque ellos siempre me trataron bien", expresó Uribe. "Me dieron mucho amor en Chicago. Me dieron confianza. Esa organización siempre será especial para mí. Lo mismo me pasa aquí en San Francisco". La carrera profesional de Uribe por poco sufría un duro golpe incluso antes de comenzar. Todo sucedió cuando los Rockies realizaban un campo de prueba para el derecho Enemencio Pacheco en Santo Domingo, República Dominicana, cuando el scout de Colorado Jorge Posada Sr., padre del receptor boricua de los Yankees Jorge Posada, vio a Uribe atrapando algunos roletazos en el cuadro. Uribe lucía fino con el guante. Algunos cuentan que lució mejor que nadie con el guante ese día, pero el resto del reporte de talento fue devastador. Uribe era lento, muy delgado físicamente y no podía batear con poder. Para sorpresa de Colorado, el dominicano pedía más de los $5,000 dólares que los Rockies le ofrecían para firmarlo. Uribe y su familia habían aprendido el arte de la negociación en gran parte debido a que habían visto a su tío, José Uribe, ex pelotero de Grandes Ligas, pasar por ese proceso.
"Juan no hablaba nada de inglés. Jorge y el padre de Juan hablaban y hablaban en español pero no llegaban a nada", recuerda el director de operaciones de Grandes Ligas de Colorado Paul Egins, quien en ese entonces trabajaba como director de ligas menores. "Finalmente, le pregunté a Juan si quería jugar en Grandes Ligas. El muchacho dijo 'sí'. Le dije que el dinero que recibiría ahorita no se compararía con el dinero que ganaría si firmara y triunfara en ligas menores. El resto es historia".
Uribe eventualmente firmó con los Rockies como agente libre en 1997 y al igual que muchos peloteros dominicanos, batalló con la transición y la adaptación al tipo de vida en los Estados Unidos. Los Rockies querían que Uribe se convirtiera en un bateador ambidiestro pero el dominicano batallaba mucho para batear a la zurda y el plan tuvo que cambiar. Una vez más, la defensa de Uribe lo salvó. A la edad de 21 años hizo su debut en la Gran Carpa en el 2001 y pasó tres temporadas con los Rockies antes de ser cambiado a los Medias Blancas en 2003. Sus cinco años en Chicago terminaron cuando firmó con los Gigantes como agente libre en 2009.
"Juan era un jugador muy talentoso cuando lo teníamos en Colorado", dijo el coach de bateo de los Rangers Clint Hurdle, quien también fue coach de bateo y manager de Uribe en Colorado. Para este Uribe ahora es fácil ver hacia el pasado. Pero también está viendo hacia el futuro, pues el shortstop dominicano quiere otro anillo de Serie Mundial. "Estoy feliz por haberme podido desarrollar y llegar hasta este punto", manifestó. "He trabajado duro pero también he recibido mucha ayuda. Mi familia y mis coaches me ayudaron mucho. Mucha gente creyó en mí a lo largo del camino".
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