Manuel Diaz

rllr en pelota

MANUEL DIAZ HA DADO EN EL CLAVO CON ESO DE QUE ES FALSO QUE EL JUGADOR JUEGO PARA EL EQUIPO. YO EN LO PERSONAL NO CREO ESA TEORIA AL 100% Y SECUDNO LAS EXPLICACIONES QUE MANUEL DESGLOSA. POR ESO QUIERO COMPARITRLA. LEAN!

Los peloteros a nivel general rezan la misma canción cuando comienza una temporada o cuando es firmado y presentado a la prensa. Todos aseguran que llegan para ayudar al equipo a ganar y mejorar. Desde ese momento comienzan a mentir, porque no es cierto que el jugador de béisbol profesional se concentre en ser jugador de equipo cuando sabe que sus estadísticas serán la razón para ganar millones.

A la hora de recibir un contrato, nadie analiza que tanto ayudó a sus equipos anteriores jugando para sacrificarse y mejorar el récord de ganados, menos toman en cuenta como se comportó con los "cabeza calientes" y los persuadió para que desistieran de alguna aptitud que perjudicaba al equipo, el juego o el momento específico de algún partido. 

Para obtener un buen contrato, el jugador debe tener "numeritos", estadísticas que llenen los ojos, que llamen la atención, temporadas sobresalientes a la ofensiva y claro, con una defensa estándar o normal, porque si no también bajan los bonos. Entonces, sabiendo que son medidos por su ofensiva, que necesitan estadísticas para justificar su pacto de trabajo o para llegar a un buen acuerdo laboral la campaña siguiente, ustedes creen que los jugadores profesionales se van a detener a pensar o sacrificar un turno al bate para intentar ganar un juego o anotar una carrera, pues NO. El pelotero tratará siempre de dar el "palo", conseguir el batazo largo, el que más le ayude a aumentar su producción, a mejorar sus totales de la temporada. 

Mencionan a Aramis Ramírez como un recolector de estadísticas, anja, y que querían, si cuando estudian su caso, su contrato lo primero que dicen es que los jonrones fueron pocos y que las carreras remolcadas no llegaron a 100. Siendo este punto de vista el que define si le fue bien o no, si produjo por lo que le pagaron o no. Y con esta presión dentro del equipo, desde la gerencia y la prensa, cada jugador le dará lo mismo ganar y perder, siempre y cuando su bateo aumente, sus estadísticas mejoren. En el caso de Aramis, cuando los Cubs salieron de la carrera por clasificar, la ofensiva se calentó redondeando buenos "numeritos". Casualidad o no, pero se concentró el pelotero en producir, no en ganar, porque al final sería señalado como uno más que recibió millones y no hizo nada. Nunca escucharemos que bateó poco pero ayudó a ganar juegos, o que avanzaba a los corredores para intentar anotar carreras, en fin, si no termina con una ofensiva numérica atractiva, lo van a tildar de temporada por debajo, mala. 

El caso de José Bautista es digno de analizar, consiguió 54 jonrones, su equipo fue el que más cuadrangulares dio, pero terminaron cuarto en su división porque el pitcheo no aguantó. Con esta realidad, nadie puede decir que el club estuvo mal a la ofensiva, y veremos como la gerencia se concentra en buscar lanzadores abridores o de relevo, pero muy raro personal de ofensiva, pues lo que están se volvieron "locos" bateando. Ah, pero si te anotan más carreras de las que produces por juego, pierdes. Verdad general que poco caso le hacen, ya que desde octubre, todos los jugadores y sus representantes lo que utilizan para discutir mejorías contractuales es cuanto bateo, que tan duro le da a la bola y cuan versátil es su juego. 

Con la temporada de Bautista, Toronto debería de pagarle unos 10 millones de dólares por un año o un pacto multianual que lo lleve a promediar de 11 a 12 millones por año. Un acuerdo cualquiera estará basado en los jonrones y las remolcadas, sin importar cuanto se ganó con un tetrabase o si produjo la carrera ganadora. Ante esta realidad, los peloteros hace rato se concentran en producir para ellos, acumular estadísticas y buscar buen pago, porque al fin, los equipos tampoco les importa ganar o perder, mientras sus empleados justifiquen el salario con su producción. 

IMPACTO DEPORTIVO / MANUEL DIAZ