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La ola latina arrasó como un tsunami en la temporada de Grandes Ligas que termina este domingo. Dominicanos, venezolanos, boricuas, cubanos y mexicanos se robaron constantemente los titulares de la prensa, ya por su bateo poderoso, ya por la excelencia de su fildeo, ya por sus faenas desde la lomita. Difícil seleccionar a los más sobresalientes entre tantos que destacaron, aunque en algunos casos, la elección no deja lugar a dudas.
Otro que brilló como nunca antes fue el segunda base dominicano de los Yankees de Nueva York, Robinson Canó. Aunque siempre se supo que a Canó le sobraban facultades para ser grande, siempre dejaba espacio para dudas, como si le faltara en ocasiones empeño. Pero esta vez, el quisqueyano no sólo acumuló sus mejores cifras, sino que también asumió en muchas oportunidades el liderazgo de su equipo ante las lesiones del cuarto bate Alex Rodríguez y las malas rachas de Mark Teixeira, el tercer hombre en la alineación.
Y ni hablar del dominicano José Bautista, de los Azulejos de Toronto, quien constituyó quizá la mayor sorpresa de la temporada en todas las Grandes Ligas. Hasta ahora, Bautista había sido un jugador más de los cientos que cada año pasan por la campaña sin apenas dejar huellas. De pronto, triplicó y más su mejor cantidad de cuadrangulares y fue el único que superó el medio centenar de bambinazos, en tanto que de igual manera se convirtió en una máquina de impulsar carreras, al duplicar su cota histórica e incluso ir un poquito más allá. Además, consiguió sus mejores números en anotadas, hits, bases por bolas recibidas, promedio de slugging, average, promedio de embasamiento y OPS (promedio de embasamiento combinado con slugging).
Y Vladimir Guerrero regresó por sus fueros y después de dos temporadas marcadas por las lesiones, esta vez estuvo saludable y volvió a superar el centenar de remolques, algo que ha logrado en diez campañas. Pero sobre todo, Vlad se echó encima la ofensiva de los Vigilantes de Texas ante las lesiones de Josh Hamilton y Nelson Cruz. Menciones también merecen los dominicanos Adrian Beltré y David Ortiz y el venezolano Víctor Martínez, quienes se echaron encima al Hospital General de Boston y lo mantuvieron en la pelea por la clasificación hasta apenas dos semanas del final. El quisqueyano Rafael Soriano, líder en juegos salvados del joven circuito, fue clave para que los Rays llegaran a la postemporada por segunda vez en su historia.
El mexicano Joakim Soria se consolidó como uno de los cerradores más efectivos de las Grandes Ligas y si no logró más rescates fue porque pertenece a los Reales de Kansas City, un equipo con pocas opciones de ganar. Y si de eso se trata, el venezolano Félix Hernández, de los Marineros de Seattle, podía merecer el premio Cy Young, de haber estado en una novena ganadora, que le hubiera permitido convertir en victorias muchos juegos más.
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