rllr en pelota
Los dominicanos dejarán atrás, por lo menos hasta febrero del 2011, sus principales problemas sociales para empezar a vivir con fervor su principal pasatiempo: el béisbol. Tandas inacabables de falta de energía eléctrica (apagones), los endemoniados ataponamientos en las principales vías y una violencia efervescente, ya parecen temas de segunda cuando en tres escenarios simultáneamente arranque el esperado torneo otoño-invernal, compensación de todas las penas dominicanas. En los establecimientos comerciales y en las calles se observa, como si fuera pan caliente, la venta de los souvenires de los diferentes equipos y los fans luciendo felices gorras y banderas colgadas en sus vehículos para identificar su afición.
La presente versión, que según el presagio de los críticos será la más egregia de la pelota doméstica quisqueyana, tiene un sazón especial con la guerra desatada por una cervecería extranjera que apadrina a los Tigres del Licey, uno de los equipos más tradicionales, mientras que la cervecería local mantiene el apoyo a los actuales campeones Leones del Escogido. Los Leones innovaron el pasado año con la contratación de despampanantes bailarinas venezolanas, que desde la cima de su dogout deleitaban al público con sus bailes cadenciosos. A partir de las 8:00 de la noche de este viernes 22, cuando todos estén ya en el terreno, la guerra no será solamente entre los equipos, sino también de bailarinas, al menos los Tigres habrían contratado varias muchachas brasileñas, de cuerpos hermosos y expertas en samba, como un regalo de sus nuevos patrocinadores. Los Leones, en cambio, trajeron esta vez chicas colombinas para hacer su show.
"Nuestro conjunto es superior al del año pasado y Dios delante empezaremos a retener nuestro cetro desde el primer juego... No estamos pensando en una corona, sino en varios años de campeón", dijo Moisés Alou, gerente general de los leones rojos. Leones y Tigres, equipos que comparten el histórico estadio Quisqueya de la capital dominicana y que chocarán el viernes en ese escenario, también están enfrascados en una serie de novedades alrededor de la tecnología en los medios de comunicación para sus transmisiones.
El Escogido cambió su directiva en el 2010 y gracias a las inversiones al rojo vivo que realizó, capturó el trofeo de campeón luego de 17 años de sequía; repitiendo con esmero el mismo patrón de abundancia en la actualidad; mientras que los Tigres han respondido que vienen "con la billetera llena y abierta detrás de la corona 21", y de esa manera convertirse en el máximo ganador del evento, mérito que comparte -- con 20 iguales --, con las aguerridas Águilas Cibaeñas, eliminadas en la víspera durante la pasada estación. Los aguiluchos, que perdieron a su timón Félix Fermín y a varios de sus jugadores franquicia en el 2009, debutan en San Francisco de Macorís, ciudad ubicada a 135 kilómetros al nordeste de Santo Domingo, casa de los Gigantes de San Francisco. La directiva aguilucha ha lanzado una recia ofensiva para recuperar terreno, integrando al otrora Miguel Diloné como su manager de inicio, en espera de Tony Peña; así como al año de despedida de Luis "La Hormiga Atómica" Polonia, luego de 26 temporadas.
"Tenemos temprano todo el material que necesitamos para clasificar, en un año muy especial para nosotros porque es la despedida de Luis (Polonia) y queremos hacerlo en grande, con el título de vuelta al Cibao", dijo Winston "Chilote" Llenas, presidente de las Águilas. Otros conjuntos, como los sub-campeones de las dos últimas campañas, los Gigantes, han reforzado su plantel y sus oficinas, adquiriendo la inyección de un socio como el congresista opositor Amílcar Romero. Los Gigantes fallaron en el 2010 en la final ante los Leones; y en el 2009 fueron frenados por el Licey en una serie muy accidentada. Las Estrellas Orientales, uno de los cuatro equipos pioneros del torneo, pero que no se corona hace 42 años, recibe en su casa a sus vecinos Toros del Este, en San Pedro de Macorís, ciudad costeña ubicada a 70 kilómetros, al este de Santo Domingo. Leones, Tigres y Águilas, dueños de los grandes mercados también lucen en sus conjuntos los grandes nombres del béisbol local, aunque mochados por la famosa lista de "fatiga extrema" que impone la MLB.
Los otros conjuntos, de mercados más pequeños, tienen su punta de lanza para perseguir la corona en los doble sub-campeones, los Gigantes; pero la pimienta la pone en el Este los Toros, conjunto de expansión que ya en una ocasión probó las mieles de ganar un título y que ha convertido su parque en el más alegre, sin importar el resultado. Los enardecidos Toros celebran con sus fans en las calles de La Romana, ciudad turística de la región Este, a 110 kilómetros de Santo Domingo. Dean Treanor, manager norteamericano repitiente para el team romanense, es el primero en mezclarse con los fanáticos y alabar y aplaudir a sus peloteros cuando tienen una buena actuación aunque le haya tocado la derrota. Todo el Este espera por Treanor, aunque esta vez para saber especialmente cómo se comunicará con efectividad con su lanzador abridor Ryan Ketchner, quien es sordomudo.
El Gobierno también es parte esencial del gran teatro de la pelota, pues siempre carga con la peor carga económica, aunque no la recobre en impuestos, paga caro el esparcimiento del pueblo. A través del Ministerio de Obras Públicas se realizó una inversión millonaria en cuatro de los cinco estadios para adecuarlos y acoger los partidos sin inconvenientes. Las cifras de dicha inversión no han sido reveladas. Las labores de remodelación se llevaron a cabo en los estadios Quisqueya, en Santo Domingo; Tetelo Vargas, de San Pedro de Macorís; Cibao, en Santiago de los Caballeros; y, Julián Javier, de San Francisco de Macorís. El Francisco Michelli, de La Romana, es de propiedad privada. En el Quisqueya, casa de Leones y Tigres, la remodelación tocó el palco de prensa, dotado ahora de nueve cabinas y donde se instalarán 31 monitores de televisión, baños nuevos, sala de conferencia, palco para periodistas y otras facilidades. Fue remozada toda la explanada frontal del parque, así como todo el sistema sanitario y eléctrico del estadio, y el reacondicionado el terreno en todos los estadios, así como pintura general.
En República Dominicana subió el telón y desde el viernes se verá a un León, orgulloso de volver a ser el rey; un Tigre con el orgullo herido y amargado por volver al trono; las Águilas afilando sus garras; los Gigantes por crecer una talla más que los lleve a la corona; unos Toros más locos que nunca gozando todo el camino aunque no lleguen a la meta; y unas Estrellas, rezando, llorando por no perder el último destello de esperanza para repetir algo divino que vivió el conjunto en 1962. Los fanáticos, a pesar de las limitaciones económicas de la gran mayoría, no tienen excusas para quedarse en casa ya que las boletas oscilan desde 650 pesos dominicanos, los palcos bajos, incluyendo las de 400, 300, para preferencias, y la de 50 en bleachers; equivalente a 18, 11, 8 y hasta 1.35 dólares respectivamente.
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