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No deben haber lamentos para los Texas Rangers sobre la Serie Mundial del 2010, porque fueron dominados por completo a lo largo de una semana de béisbol. Los bateadores números 3-4-5 en su alineación -- Josh Hamilton, Vladimir Guerrero y Nelson Cruz -- se combinaron bateando para .130 en la serie, y los Gigantes sumaron tantas carreras en cinco partidos (29) como la cantidad de hits que dio Texas (29). Juan Uribe de los Gigantes se convirtió en Brooks Robinson en la tercera base, Freddy Sánchez se volvió Roberto Alomar, y el viejo Edgar Renteria jugó como si fuera joven otra vez.
Pero por supuesto, habrán momentos de encrucijada para considerar en los años venideros, de la misma manera en que nos preguntamos si la Serie Mundial de 1988 pudo haber sido diferente si Dennis Eckersley le hubiera lanzado una recta a Kirk Gibson en lugar de un slider, o cómo la Serie Mundial del 2000 habría terminado si Timo Pérez hubiera corrido con ganas desde primera base en vez de haber sido atrapado en el plato. Para los Gigantes, ese momento llegó en la séptima entrada del Juego 5, con corredores en segunda y tercera y dos outs y Rentería bateando. Rentería, claro, tuvo un renacimiento en las últimas dos semanas, en parte porque fue uno de los pocos jugadores que no estaba lidiando con fatiga en esta época del año, luego de haber sido sentado en la banca tarde en la temporada. Rentería tuvo sólo 52 turnos al bate desde fines de julio hasta el final de la temporada regular, y un total de dos turnos al bate en los primeros seis juegos de la postemporada.
Pero Rentería, a los 35 años de edad, había formado parte de la alineación diaria de Bruce Bochy, en un tiempo cuando el manager sólo intentaba encontrar a alguien que pudiera contribuir a la ofensiva. Y después de conectar un imparable y anotar dos veces en el primer partido de la Serie Mundial, él disparó un jonrón e impulsó tres carreras en el Juego 2. Rentería añadió tres hits más en el cuarto partido, así que cuando caminaba al plato, el receptor de los Gigantes Bengie Molina -- quien había jugado con Rentería en San Francisco -- tenía en mente que quería darle base por bolas intencional a Rentería. Porque Molina sabía que el tipo en el círculo de espera, Aaron Rowand, había jugado aún menos que Rentería. Desde que lo sentaron a mediados de septiembre, Rowand tenía un total de 12 turnos al bate en los 45 días previos.
Con la primera base abierta, Molina concluyó que era mejor evitar el bate caliente de Rentería y lanzarle a Rowand. Sus sentimientos se reafirmaron cuando Lee falló por mucho con sus dos primeros lanzamientos a Rentería, quedándose atrás en la cuenta, dos bolas y cero strikes. Lee pensaba de manera diferente [sobre Rentería]. "Yo estaba tratando de tirarle un strike", Lee dijo. "No quiero darle pasaporte gratis a nadie". Molina pidió una recta cortada en la esquina de afuera del plato, buscando que Lee gastara el lanzamiento en la esquina. Si se quedaba atrás en el conteo por 3-0 y le daba boleto, que así fuera; entonces podrían atacar en serio a Rowand. Pero Lee pensaba de manera diferente. "Yo estaba tratando de tirarle un strike", Lee dijo. "No quiero darle pasaporte gratis a nadie". ¿Acaso estaban Molina y Lee en la misma página? "No lo sé", Molina dijo. "Él es una máquina. Ataca la zona.
Él siempre lanza strikes". El último strike que le arrojó a Rentería resultó ser tal vez el último lanzamiento crucial de la Serie Mundial. Lee preparó la recta cortada en su mano izquierda como siempre lo hace, con su palma y dedos levemente fuera del centro, para darle rotación a la pelota. Este cutter, sin embargo, no giró como Lee había hecho girar otros antes en el partido; no cortaba igual, y en vez de irse en ángulo hacia abajo fuera de la zona de strike, fuera de todo peligro, terminó sobre el medio del plato. Y 4,755 días después de que Rentería remolcó a Craig Counsell con un sencillo para poner fin a la Serie Mundial de 1997 contra los Indios de Cleveland, aprovechó el cutter por el medio y dio el toletazo, de una manera que ni Molina ni Lee ni Rentería olvidarán jamás. "Le puso un buen swing", dijo Lee. "Quizás debí haber sido más fino [con ese lanzamiento]". O tal vez debió haber evitado a Rentería por completo.
El poderoso Tim
Molina atrapó a Lincecum por años en San Francisco antes de ser canjeado a los Rangers en el medio de esta temporada, y en los primeros dos turnos al bate de Molina contra su antiguo compañero de batería, Lincecum le seguía tirando sliders. Pero en el último envío de su tercer turno al bate, Molina vio el cambio de Lincecum -- el lanzamiento que había dejado perplejos a sus compañeros de equipo a lo largo del Juego 5. Como los demás Rangers, Molina tomó un swing y falló. "Tuve una probadita del cambio", Molina dijo. "Yo lo miré [como diciendo] '¡Maldito!'". Lincecum cosechó 22 swings fallidos, y cada uno de sus 10 ponches se sellaron con swings fallidos. Aquí están los máximos ponchadores de todos los tiempos en un partido decisivo de Serie Mundial.
2010 Tim Lincecum, 10,
Gigantes 1967 Bob Gibson, 10,
Cardenales 1965 Sandy Koufax, 10,
Dodgers 1945 Hal Newhouser, 10,
Tigres 1908 Orval Overall, 10,
Cachorros De Estadísticas e Información de ESPN: Para su lanzamiento de out, Lincecum recurrió a su pan de cada día -- el cambio. Los bateadores se fueron de 10-0 contra su cambio con dos strikes, incluyendo ocho de sus 10 ponches, lo cual empató su marca de temporada. Tuvo control sobresaliente de sus lanzamientos ya que consiguió que los bateadores de los Rangers expandieran su zona de strike toda la noche. Siete de sus ocho ponches con el cambio llegaron con lanzamientos fuera de la zona, y seis de esos siete fueron abajo en la zona. Los lanzamientos de baja velocidad devastadores de Lincecum fueron muy efectivos, al menos en parte, gracias a la recta mejorada que demostró en el Juego 5.
Su recta promedió 92 mph, sólo la tercera vez desde el 15 de julio que promedió 92 ó más. De las 46 rectas que lanzó, 29 estuvieron en la zona de strike (63 por ciento), su máximo personal desde el 18 de septiembre. Desde su salida dominante en el Juego 1 de la serie de división de la Liga Nacional, rivales estaban bateando para .440 contra la recta de Lincecum. El lunes, mostrando velocidad y control mejorados, los bateadores se fueron apenas de 8-1. Su slider fue bastante bueno, también, como escribe Lee Singer: Así es cómo Tim Lincecum dominó a los Rangers, dándole a los Gigantes su primer título de Serie Mundial desde 1954: "Desde que cambió el agarre en su slider a principios de septiembre, el envío ha sido el nuevo mejor amigo de Lincecum. Ha estado dependiendo de él más frecuentemente con mayor éxito y el Juego 5 no fue diferente.
Lanzó 26 sliders, su segundo mayor total esta temporada sólo detrás de su apertura del primer partido, cuando lanzó 35. Dieciocho de los 26 sliders (12 para strikes) llegaron temprano en el conteo, mientras Lincecum los combinaba con su recta para estar arriba. En general, los Rangers le tiraron a la bola 14 veces, fallando increíblemente en nueve de esos swings (64 por ciento, promedio de temporada 31 por ciento)". Desde que Lincecum cambió su agarre en el slider, los resultados han cambiado. Él lo lanza con el doble de frecuencia (18.8 a 9.6 por ciento), y rivales están conectándole con menos frecuencia (promedio de bateo rival .148 a .208). Ese porcentaje de fallos también ha ascendido de 28.2 por ciento a 34.7 por ciento. Brian Wilson empató el récord por mayor número de salvamentos de postemporada (seis, compartido por varios, incluyendo Mariano Rivera) por un jugador que terminó con efectividad de 0.00.
El estado de ánimo en Texas
La casa club de los Rangers permaneció cerrada por 25 minutos después de la derrota del quinto partido, mientras el manager Ron Washington le hablaba a los jugadores, y cuando se les permitió a los reporteros entrar, se escuchaba el sonido de palmadas en la espalda por todo el lugar -- compañeros de equipo dándose un abrazo final de despedida. Todo el año, una de las fortalezas de los Rangers era la capacidad de dejar las derrotas atrás, y después del máximo fracaso, parecía que lo manejaban con perspectiva, con un entendimiento de cuán bien habían jugado en el 2010, y cuán lejos había avanzado la franquicia. Los jugadores transmitieron un sentimiento de que éste es sólo el primer paso para este grupo de peloteros de los Rangers. Incluso Lee, quien figura ser el agente libre de mayor prominencia en la próxima temporada baja, aún albergaba opiniones fuertes sobre sus coequiperos con quienes jugó por sólo cuatro meses.
"Nosotros vamos a usar esto como motivación y volver listos para empezar", dijo Lee. ¿Nosotros? "Me gusta este equipo", dijo él. "Fue un equipo muy divertido donde jugar. ... Yo espero que este equipo hará cosas buenas el año que viene. Yo no sé si seré parte de él". Ya veremos. Agencia libre Menos de una hora después del lanzamiento final de Brian Wilson, el negocio de la temporada muerta comenzó, cuando la Asociación de Jugadores del Béisbol de Grandes Ligas envió un comunicado de prensa declarando que 142 peloteros se habían convertido en agentes libres, de acuerdo al nuevo reglamento que negociaron la unión y Major League Baseball. Así que mientras Juan Uribe ayudaba a alzar el trofeo de campeonato y Pat Burrell abrazaba a sus compañeros de equipo y Aubrey Huff y varios otros celebraban, ellos técnicamente no formaban parte de la plantilla de los Gigantes de San Francisco.
Resumen de la Serie Mundial
Algunos números que reflejan lo dominantes que fueron los Gigantes en esta serie, primero de Elias: Los Gigantes del 2010 son tan solo el segundo equipo en los pasados 30 años en ganar tres partidos de Serie Mundial en los cuales limitaron a su oponente a una carrera o menos. El otro fueron los Royals de 1985, quienes se recuperaron de un déficit por 3-1 para batir a los Cardenales en siete partidos, mientras limitaron a St. Louis a no más de una anotación en sus cuatro victorias. Texas, que lideró las grandes ligas con un promedio de bateo de equipo de .276 durante la temporada regular, bateó para solamente .190 durante la Serie Mundial.
Entre los 31 equipos que han disputado la Serie Mundial luego de encabezar las mayores en promedio de bateo esa temporada, los únicos otros en batear por debajo de .200 en el Clásico de Otoño fueron los Indios de 1948 (.199) y los Indios de 1995 (.179). Y no olvidemos la serie difícil para Hamilton. El promedio de bateo más bajo por un campeón de bateo en la Serie Mundial: Bernie Williams, .063, 1998 Josh Hamilton, .100, 2010 Bobby Avila, .133, 1954 Chick Hafey, .167, 1931 Jackie Robinson, .188, 1949 Datos divertidos sobre los Gigantes de San Francisco del 2010, Estadísticas e Información de ESPN: 1,331 ponches por los lanzadores es un récord para un campeón de Serie Mundial. 57 partidos salvados empata a los Atléticos de 1989 por mayor total por un campeón de Serie Mundial.
17 blanqueadas es el máximo por un campeón de Serie Mundial desde que los Atléticos de 1989 tuvieron 20. Efectividad de 3.36 es la mejor por un campeón de Serie Mundial desde los Atléticos de 1989 (3.09). 55 bases robadas es el total más bajo por un campeón de Serie Mundial desde que los Tigres de 1968 se robaron 26. 4.3 carreras por partido es el total más bajo por un campeón de Serie Mundial desde los Rojos de 1990, 4.28. 73 errores es el total más bajo en la historia por un campeón de Serie Mundial. La última vez que los Gigantes ganaron una Serie Mundial, 2 de octubre de 1954 (el partido concluyó a las 3:52 PM hora del Este), éstos eran algunos de los "signos vitales" a nivel nacional: Presidente de los Estados Unidos: Dwight Eisenhower Canción número 1: "Hey There" por Rosemary Clooney Programa de televisión número 1: "I Love Lucy" Galón de gasolina: $0.21 Sello postal: $0.03 Equipos de Grandes Ligas: 16 Bateadores con 500 jonrones: 3 (Babe Ruth, Jimmie Foxx, Mel Ott)
Éste también fue uno de los partidos decisivos más cortos de los últimos 30 años. Aquí están los más cortos desde 1980: 1983 Orioles, 2:21 2010 Gigantes, 2:32 1985 Royals, 2:46 1990 Rojos, 2:48 1982 Cardenales, 2:50 No habrá blog el miércoles y jueves, pero regresaremos el viernes. Y hoy será mejor que ayer. A menos que usted sea un aficionado de los Gigantes, o del gran picheo.
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