Estuvo a punto de firmar con los Azulejos de Toronto, días antes sufrió un accidente
condiciones para convertirse en beisbolista profesional, pero el destino le jugó una mala pasada cuando apenas contaba 17 años y la promesa de que en 30 días sería firmado por la organización de los Azulejos de Toronto.
En un día lleno de emoción, mientras corría una motocicleta en el municipio de Hato Mayor, Manuel Santos sufrió un terrible accidente que cambió para siempre su primera ilusión y hasta su vida. La esperanza de convertirse en un beisbolista se le escapó para siempre y más que eso, llegó al borde de la muerte, por el gravísimo estado que tuvo que superar y que lo llevó hasta Europa, tratando de conseguir salud.
Lleno de frustración, pero con la vista puesta en el futuro, Santos, quien perdió su pierna izquierda, ha encontrado en el golf lo que no alcanzó en el béisbol. Afectos, compañerismo, fama y más que eso un modo de producir dinero para su sustento y el de su único hijo que reside en la ciudad de Sosúa, Puerto Plata. “La vida me dio una oportunidad que es hacer deporte y no la he desperdiciado”, afirma Santos, un fornido hombre de tez negra que en su adolescencia quería convertirse en un beisbolista al estilo Sammy Sosa, con quien dice tiene algún parecido. Consciente de que carga “con un problema” –la falta de su pierna izquierda- , trata de echar adelante y olvidar esa falta que cuenta que “ninguna medicina, nadie puede remediar”.
“He llorado gotas de lágrimas como si fueran de sangre por esta terrible pérdida. Es difícil olvidar el problema, vivir con el problema (la falta de su pierna izquierda), saber que nunca va a encontrar la medicina que pueda sanar ese problema”, apunta con nostalgia y sus ojos humedecidos, pero rápidamente reacciona y dice “tengo que luchar con eso , tratar de dar lo mejor de mí mismo como deportista”. Como para autoconsolarse expresa “estoy orgulloso de saber que tengo la vida que tuve a punto de perder”. Da gracias a Dios que ha logrado convertirse en un deportista que es lo que le gusta “y seguir jugando como todos los demás.
Santos se convirtió aquí en una atracción durante el torneo Cap Cana Championship. La gente lo abordó para fotos, firma de autógrafos, entrevistas y para saber de su historia. “Para mí es un orgullo saber que estoy haciendo algo que sirve de ejemplo a otros”, cuenta Santos, quien ha viajado a numerosas naciones jugando al golf. Aunque está radicado en Francia, constantemente viaja por distintos países, aunque se concentra más en Dubai, debido a que gran parte del año en Francia el clima es muy frío. Con orgullo habla de los comentarios positivos que se emiten por diferentes medios de los países que visita, lo que reitera “debe servir de estímulo a otros” discapacitados. Prácticamente un desconocido en República Dominicana, Santos, es reclamado por diferentes instituciones y personalidades para participar en torneos internacionales.
Un regalo de Dios
Entrar al juego de golf no ha sido nada fácil, según cuenta Santos, quien se considera un afortunado de la vida, a pesar de la tragedia que tuvo que vivir al perder su pierna izquierda. “Este es un regalo de Dios”, así considera Santos su inclinación por el juego de golf, lo que disfruta a cabalidad junto a su inseparable amigo y caddie Hugo Cornet, de nacionalidad francesa. Su inclinación por el golf vino por invitación de un niño de apenas 8 años, quien lo invitó a pegarle a una pelota de golf, pero Santos le replicó que no podría jugar porque tenía una sola pierna. El niño le dijo que para jugar golf no se necesitaba correr… simplemente pegarle a una bola estacionada y hacerlo con precisión en un caso y en otro con fortaleza y que él tenía las fuerzas para eso.
LA PARTE SENTIMENTAL
Pero en la vida de Santos, no solamente el fatal accidente cambió su vida. Desde niño arrastra otra gran desilusión: No haber conocido su padre. Con nostalgia sólo recuerda a su madre Altagracia Santos, con quien se crió. Tuvo que viajar a Francia sólo y enfrentar la dura realidad de un forastero a quien nadie conocía, pero hoy está orgulloso del sitial que ocupa en esa sociedad y en el mundo. Mas orgullo ha sentido aquí, luego de participar en el torneo Pro-Am que es la antesala al PGA Tours Champions Tour 2010 que organiza Cap Cana por tercer año.
“Para mí es un orgullo saber que estoy en contacto con el golf de República Dominicana…, estaba esperando esto, porque muchos países me han pedido que les represente en torneos para discapacitados”, cuenta Santos, quien ya ha sido contactado por la Federación Dominicana de Golf para incorporarlo a sus proyectos.
Emocionado dice que se siente “orgulloso de realizar su sueño de venir a República Dominicana y realizar su sueño de jugar golf”. “Necesitaba este apoyo, porque sin el calor y el respaldo de su pueblo, ningún deportista es nadie… quiero ese apoyo y sentir que mí país está pendiente de mí”, dijo con sonrisa a flor de labios, pero casi al borde de derramar un par de lágrimas por la emoción que reflejaba.
LISTIN DIARIO
En un día lleno de emoción, mientras corría una motocicleta en el municipio de Hato Mayor, Manuel Santos sufrió un terrible accidente que cambió para siempre su primera ilusión y hasta su vida. La esperanza de convertirse en un beisbolista se le escapó para siempre y más que eso, llegó al borde de la muerte, por el gravísimo estado que tuvo que superar y que lo llevó hasta Europa, tratando de conseguir salud.
Lleno de frustración, pero con la vista puesta en el futuro, Santos, quien perdió su pierna izquierda, ha encontrado en el golf lo que no alcanzó en el béisbol. Afectos, compañerismo, fama y más que eso un modo de producir dinero para su sustento y el de su único hijo que reside en la ciudad de Sosúa, Puerto Plata. “La vida me dio una oportunidad que es hacer deporte y no la he desperdiciado”, afirma Santos, un fornido hombre de tez negra que en su adolescencia quería convertirse en un beisbolista al estilo Sammy Sosa, con quien dice tiene algún parecido. Consciente de que carga “con un problema” –la falta de su pierna izquierda- , trata de echar adelante y olvidar esa falta que cuenta que “ninguna medicina, nadie puede remediar”.
“He llorado gotas de lágrimas como si fueran de sangre por esta terrible pérdida. Es difícil olvidar el problema, vivir con el problema (la falta de su pierna izquierda), saber que nunca va a encontrar la medicina que pueda sanar ese problema”, apunta con nostalgia y sus ojos humedecidos, pero rápidamente reacciona y dice “tengo que luchar con eso , tratar de dar lo mejor de mí mismo como deportista”. Como para autoconsolarse expresa “estoy orgulloso de saber que tengo la vida que tuve a punto de perder”. Da gracias a Dios que ha logrado convertirse en un deportista que es lo que le gusta “y seguir jugando como todos los demás.
Santos se convirtió aquí en una atracción durante el torneo Cap Cana Championship. La gente lo abordó para fotos, firma de autógrafos, entrevistas y para saber de su historia. “Para mí es un orgullo saber que estoy haciendo algo que sirve de ejemplo a otros”, cuenta Santos, quien ha viajado a numerosas naciones jugando al golf. Aunque está radicado en Francia, constantemente viaja por distintos países, aunque se concentra más en Dubai, debido a que gran parte del año en Francia el clima es muy frío. Con orgullo habla de los comentarios positivos que se emiten por diferentes medios de los países que visita, lo que reitera “debe servir de estímulo a otros” discapacitados. Prácticamente un desconocido en República Dominicana, Santos, es reclamado por diferentes instituciones y personalidades para participar en torneos internacionales.
Un regalo de Dios
Entrar al juego de golf no ha sido nada fácil, según cuenta Santos, quien se considera un afortunado de la vida, a pesar de la tragedia que tuvo que vivir al perder su pierna izquierda. “Este es un regalo de Dios”, así considera Santos su inclinación por el juego de golf, lo que disfruta a cabalidad junto a su inseparable amigo y caddie Hugo Cornet, de nacionalidad francesa. Su inclinación por el golf vino por invitación de un niño de apenas 8 años, quien lo invitó a pegarle a una pelota de golf, pero Santos le replicó que no podría jugar porque tenía una sola pierna. El niño le dijo que para jugar golf no se necesitaba correr… simplemente pegarle a una bola estacionada y hacerlo con precisión en un caso y en otro con fortaleza y que él tenía las fuerzas para eso.
LA PARTE SENTIMENTAL
Pero en la vida de Santos, no solamente el fatal accidente cambió su vida. Desde niño arrastra otra gran desilusión: No haber conocido su padre. Con nostalgia sólo recuerda a su madre Altagracia Santos, con quien se crió. Tuvo que viajar a Francia sólo y enfrentar la dura realidad de un forastero a quien nadie conocía, pero hoy está orgulloso del sitial que ocupa en esa sociedad y en el mundo. Mas orgullo ha sentido aquí, luego de participar en el torneo Pro-Am que es la antesala al PGA Tours Champions Tour 2010 que organiza Cap Cana por tercer año.
“Para mí es un orgullo saber que estoy en contacto con el golf de República Dominicana…, estaba esperando esto, porque muchos países me han pedido que les represente en torneos para discapacitados”, cuenta Santos, quien ya ha sido contactado por la Federación Dominicana de Golf para incorporarlo a sus proyectos.
Emocionado dice que se siente “orgulloso de realizar su sueño de venir a República Dominicana y realizar su sueño de jugar golf”. “Necesitaba este apoyo, porque sin el calor y el respaldo de su pueblo, ningún deportista es nadie… quiero ese apoyo y sentir que mí país está pendiente de mí”, dijo con sonrisa a flor de labios, pero casi al borde de derramar un par de lágrimas por la emoción que reflejaba.
LISTIN DIARIO
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