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Los Azulejos de Toronto llevan 17 años sin pasar más allá del tercer lugar de su división. Ya saben la historia: los Yanquis y Medias Rojas siempre monopolizan los dos primeros lugares y, cuando no son ellos, Tampa Bay es el entrometido. Pero Toronto no se cansa en su afán de dar con la tecla que le permita volver a los playoffs, algo que no consigue desde los equipos que se alzaron con la Serie Mundial consecutivamente en 1992/93. Tampoco ha ganado más de 90 partidos desde 1993.
Toronto acabó con marca de 85-77 la pasada campaña, un saldo que le hubiese servido para pujar en las otras divisiones del circuito.
La nueva apuesta de liderazgo se llama John Farrell, quien reemplaza a Cito Gaston como manager. Farrell, debutante absoluto en funciones de dirigente, llega procedente de Boston, donde fue el coach de pitcheo de los Medias Rojas durante los cuatro años previos. Quizás traer a alguien vinculado con el éxito de uno de los dos gigantes en el Este de la Liga Americana pueda acabar con el problema de vivir a la sombra de ambos. "No nos fijamos una cantidad de victorias como un objetivo. En mi opinión, eso es contraproducente", afirmó Farrell. "Tenemos que dedicarnos a las cosas que están bajo nuestro control. Yo no puedo sentarme acá y salir a decir sobre cuándo Boston o Nueva York van a cambiar, si sus nóminas cambiarán, y entonces decir que podemos ser candidatos. Es algo inútil".
No hicieron nada espectacular durante el receso en cuanto a adquisiciones, aunque haberse sacado de encima el contrato de Vernon Wells --el jugador más caro en la historia de la franquicia-- fue un golpe magistral. Después de todo, el pacto por siete años y 126 millones de dólares que le otorgaron al jardinero en 2006 fue repudiado como uno de los peores en la historia, puesto que Wells sólo una vez logró batear más de 20 jonrones en un año (31 en 2010) y nunca produjo 100 carreras. Tras haberlo transferirlo a los Angelinos de Los Angeles, Toronto se ahorrará unos 80 millones por los próximos cuatro años, así que ha recuperado flexibilidad en la nómina. El gerente Alex Anthopoulos es frugal con los cheques, muy enfocado en promover prospectos ya sea propios u obtenidos en canjes.
Anthopoulos decidió canjear a Shaun Marcum, el abridor del primer juego de 2010, a Milwaukee a cambio de Brett Lawrie, un prometedor infielder que nació en Canadá. También dejó ir en la agencia libre al cerrador Scott Downs. Hay grandes expectativas en J.P. Arencibia, un receptor de 24 años al que se menciona como el próximo Buster Posey. Y es apenas uno de varios prospectos que entusiasman dentro de un grupo que incluye a Lawrie, el torpedero cubano Adeiny Hechavarría y el lanzador derecho Zach Stewart.
Farrell quiere modificar los patrones ofensivos del equipo, por más que el año pasado fueron líderes en jonrones de las mayores con 257, al compás de los 54 sacudidos por José Bautista.
Su consideración es que el equipo tiene que buscar otras formas de generar carreras. Aunque encabezaron la estadística de jonrones, el equipo quedó 24to en promedio de bateo y 26to en embasado. "Hemos hablado de ser más oportunistas, provocar más situaciones de carrera, y no limitarnos en una sola faceta", dijo Farrell. De la nada, el dominicano Bautista pasó a ser el máximo jonronero de las Grandes Ligas, luego que nunca antes había conectado más de 16 vuelacercas en una campaña. Toronto le premió con una renovación por cinco años y 65 millones de dólares. Bautista podría jugar este año en la tercera base, pero el equipo prefiere a otro en la antesala para tener al dominicano en el jardín derecho --su posición habitual-- y aprovechar su brazo. También precisan que Aaron Hill y Adam Lind se rediman tras retroceder su producción en 2010.
Lind, cuyo aporte de jonrones bajó de 35 a 23, deja el puesto de bateador designado para jugar en la inicial tras la salida de Lyle Oberbay. Hill, el intermedista, viene de una campaña en la su promedio al bate declinó 81 puntos porcentuales. El venezolano Juan Rivera (.252, 15, 52 remolcadas), adquirido en el canje por Wells, arranca en el bosque izquierdo, pero se dice que el equipo explora otras alternativas. Scott Podsednik, con 301 robos de por vida, podría ganarse esa plaza tras recibir una invitación para la pretemporada. Rajai Davis (.284 y 50 robos con Oakland) es el nuevo dueño en el bosque central y Travis Snider (apenas 14 jonrones en 298 turnos) ocupará el derecho. El dominicano Edwin Encarnación (.244) queda como el designado y el cubano Yunel Escobar repite como torpedero tras haber aterrizado a mitad del año pasado en un canje con Atlanta.
El cambio de aires le sirvió a Escobar: dio cuatro jonrones y remolcó 16 carreras en 60 juegos con Toronto tras un cero redondo en cuadrangulares y 19 producidas en 75 partidos con los Bravos. Ricky Romero (14-9), Brett Cecil (líder de victorias con su 15-7) y Brandon Morrow (10-7 con 178 ponches en 146 innings y resto) cubren las tres primeras plazas de la rotación de abridores, con el prometedor novato Kyle Drabek perfilado para la cuarta. Mark Rzepczynski, Jesse Litsch, Scott Richmond y Stewart se pelearán la quinta en la pretemporada. El bullpen es completamente nuevo, ya que Kevin Gregg y Jeremy Accardo también emigraron junto con Downs.
Contrataron a tres ex cerradores --los dominicanos Octavio Dotel y Frank Francisco, y Jon Rauch-- para definir el nuevo taponero.
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