rllr en pelota
Y llegó el esperado juego entre Puerto Rico y Dominicana. ¡Y no decepcionó! Dándole a la Serie del Caribe del 2011 el primer punto a su favor. Sea cual sea la circunstancia, los jugadores involucrados o los equipos campeones los choques entre estas islas vecinas siempre atraen el espíritu del béisbol caribeño en su mayor expresión. Desde tempranas horas de esta tarde los fanáticos dominicanos llegaron como en hordas con sus guiras y tamboras para ensordecer el ambiente y crear el escenario. Apenas cayó el tercer out del partido entre los Yáquis y Caribes lo que retumbó fue el merengue. Fue una gran fiesta dominicana como previo al duelo. Parecía que este partido fuese jugado en la República Dominicana.
Desde Mayagüez, no estamos tan lejos. Y en la hora entre un juego y otro se abarrotó el "Cholo" García. Las sillas hoy si se llenaron de fanáticos llenos de entusiasmo ondeando sus banderas rojas y azules. No faltaron algunos mexicanos y venezolanos que se quedaron para ver el partido que prometía mayor electricidad. Y es que la Isla del Encanto, precursora del torneo invernal, una vez más jugó a la altura de su tradición dentro y fuera del terreno. En su haber suman 14 títulos, y alguna vez fueron los monarcas del Caribe, cetro que perdieron ante sus archirivales dominicanos en la última década, con los 18 campeonatos internacionales por parte de los equipos dominicanos.
Y es que ambos países combinan mucho en su cultura y a la vez defienden con garras sus diferencias de manera sana y competitiva. Unos defienden la salsa y otros el merengue pero en las tribunas todos cantan a coro los éxitos de uno u otro género.
Hasta comparten hoy el reggaeton y el merengue "de calle". Puerto Rico ganaba 3-1 hasta que en la novena entrada, Dominicana volteó el encuentro con una ingeniosa jugada del jardinero derecho Ricardo Nanita, quien se tiró al piso al verse atrapado entre primera y segunda base para darle tiempo al corredor de tercera base para anotar la carrera que le daría el triunfo a los Toros del Este. "Usted quería ver pelota caribeña … venga a Puerto Rico a ver la Serie del Caribe" dijo Ernesto Jerez al aire. "Fue un partido muy bonito y a pesar de que no nos llevamos la mejor parte pues luchamos hasta el final, sabemos que aún no todo está perdido y ojalá que la gente siga a apoyando a nuestro equipo boricua" dijo después del partido Antonio Colina, vistiendo una bandera de Puerto Rico como si fuera una capa de Superman.
El parque probó darle comodidad a sus fanáticos a plenitud de su capacidad. Oficialmente se conoció que este partido fue el récord de la taquilla más grande tras su remodelación, aunque no se sabe exactamente cuantas almas entraron pues el Comité Organizador informó que se superaron los 11 mil espectadores. Aunque oficialmente el estadio cuenta con 10,300 asientos. Pero para los aficionados boricuas y quisqueyanos las cifras poco importaron. Para ellos fue un episodio más. Una oportunidad más de verse las caras a casa llena. Y una nueva satisfacción para los dominicanos. Vi una limosina Hummer llena de fanáticos dominicanos asomados por dos de ventanas en el techo ondeando sus banderas jubilosos y felices.
Al lado de ellos pasaban un grupo de boricuas y en vez de haber caras largas comenzaron a bailar en la calle con la música que provenía del vehículo.
Era un merengue de Fefita La Grande.
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