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miércoles, 24 de febrero de 2010

QUE DUO, PUJOLS Y McGWIRE COMO HERMANOS

Pujols y McGwire Cardenales 2001JUPITER, Fla.
Fue una típica práctica de bateo el martes para Albert Pujols, una que quitaba el aliento por la forma en que hacía huecos en el cielo con sus cañonazos de línea, que se iban por encima de la cerca del jardín izquierdo. 
Mark McGwire, el nuevo instructor de bateo de los Cardenales, observaba cada swing, si quitarle los ojos de encima a Pujols, sin siquiera mirar donde caía la pelota. Era toda una escena, un bateador de 583 cuadrangulares mirando a otro bateador del que dijo que "antes que se escriba la historia, será el mejor jugador que jamas haya jugado este deporte." 

Dos horas más tarde, los dos hombres grandes, con 949 cuadrangulares combinados, caminaban uno al lado del otro. Pujols miraba a McGwire y le preguntaba, "¿Cómo estuvo mi práctica de bateo?" Así comienza una de las más fascinantes -- si no sin precedentes -- relaciónes de bateador-instructor de bateo en la historia de las Grandes Ligas. McGwire dijo, "Sí Dios creó el bateador perfecto, ese sería Albert Pujols." 


Y ahora McGwire le toca trabajar con él todos los días, hablar con él de bateo todos los días, la combinación perfecta de tipos cuya pasión diaria es masacrar la pelota. "He estado con él ya por tres días, y he disfrutado cada momento," dijo Pujols. "Nunca tuve la oportunidad de hacerle preguntas en el 2001 [cuando fueron compañeros de equipo] porque yo era un novato, yo sabía cual era mi lugar. Va a ser grandioso el tener un tipo con las mismas ideas sobre bateo que yo. Fuí bendecido de haber jugado con él en el 2001, y a pesar que no le hice ninguna pregunta, lo seguí por todos lados, observé su ética de trabajo, como tomaba sus prácticas de bateo, su preparación. 

Todos los ojos estaban encima de Mark McGwire -- 25,000, 30,000 personas venían a verlo tomar sus prácticas de bateo. Él nunca se dio cuenta, pero yo lo observaba todo el tiempo." Y ahora es McGwire a quien le toca observar a Pujols. "Lo que más me impresiona sobre él es que tiene un plan de juego, él sabe lo que está haciendo," dijo McGwire. "Como el martes, cuando tenían un plan de juego para trabajar bateando de una base, luego tiradas suaves, y luego práctica de bateo. Si él tiene un plan de juego para eso, imagínense su plan de juego para cuando se enfrente a un lanzador. Y él está dispuesto a pasarle ese conocimiento a los jóvenes y darme ese conocimiento a mí. Ambos pensamos de forma similar. Yo realmente creo que el bateo es un 98 por ciento mental. 
Si no eres mentalmente fuerte, no puedes llegar al siguiente nivel. Este tipo tiene un nivel mental increíble." Así que, ¿que podría decir McGwire para ayudar a un gran bateador como Pujols? "Estoy aquí para mirar," dijo McGwire. "Quiero saber lo que él siente cuando tiene problemas. 

Quiero saber lo que él siente cuando está encendido. Voy a monitorear loq eu vea. Me siento bendecido de poder estar con él." Pujols dijo, "Siempre hay espacio para yo aprender algo. Él me dijo al final del año pasado un par de cosas que estaba haciendo mal. Me fuí a casa, miré los videos, y estaba correcto en lo que me dijo. Miren, uno tiene que ser su propio maestro. Uno tiene que conocer lo que estas haciendo mal para poder corregirlo. Si bajas mucho tus manos, o si le estás saltando a la pelota, si no siento la pelota, no me molesta que alguien me lo diga. [El martes], Yo sabía que había tenía una buena práctica de bateo. Yo se cuando estoy moviendo bien mi bate, pero siempre voy a pedirle a alguien que me diga lo que vió." Es ese tipo de relación lo que le da seguridad al manager de los Cardenales Tony La Russa que el haber contratado a McGwire como instructor de bateo le dará una ventaja a su equipo, que es precisamente lo que busca cada día La Russa. 

"Por eso es que McGwire está ahí; Tony piensa que le da una ventaja," dijo un manager de la Liga Americana. "Él piensa que McGwire va a ser un gran coach de bateo. No hay manera que Tony traiga a alguien que él no crea que pueda ayudarlo a ganar. No lo trajo de vuelta para ayudarlo a mejorar su imagen o a ayudarlo a que sea electo al Salón de la Fama. Lo trajo porque piensa que él será un gran instructor de bateo." La Russa ha pensado eso desde que McGwire hiciera un gran ajuste a su swing, y a su pensamiento, en 1992. Antes de eso, la posición de bateo de McGwire no era una para enseñarla demasiado: Se paraba en el plato con la punta de los pies, con sus rodillas apuntando una a la otra, y casi tocándose; su bateo estaba hacia delante, casi apuntando al lanzador. 

La trayectoria de su bate creaba un efecto cuando bateaba la pelota, lo que evitaba, según el entonces manager de los Tigres Sparky Anderson, que McGwire pudiese batear los lanzamientos de poder que vinieran altos. Su mentalidad no dejaba espacio para juegos mentales con el lanzador; era "veo la pelota y la bateo". Por eso es que, en los primeros cinco años de su carrera, los zurdos con un buen cambio lo hacían trizas.
McGwireNo hay manera de detenerlo. No tiene debilidades. Él está haciendo historia. Espero que todo el mundo lo esté viendo. Espero que no se lo pierdan.
-- Mark McGwire sobre Albert Pujols
Pero todo eso cambió en 1992 cuando McGwire cambió su manera de batear, echando su bate hacia atras, y comenzando a conectarle a la pelota de otra forma, lo que permitía que pudiese hacerle swing a través de la pelota para obtener distancia extra. Fue entonces cuando se convirtió en un estudioso del bateo; constantemente se pasaba revisando videos y se convirtió en un experto en las batallas psicológicas entre bateador y lanzador. Luego, durante sus nueve años de auto exilio del béisbol, veía a los bateadores en la televisión. Y luego comenzó a trabajar con algunos bateadores durante la temporada baja, incluyendo a los actuales miembros de los Cardenales Matt Holliday, Skip Schumaker y Brendan Ryan. "Adoro trabajar con él," dijo Ryan. "Al principio me preguntaba, '¿Cuántas veces él tuvo problemas? ¿Acaso él sabe por lo que yo estoy pasado?' Entonces me contó sobre el año en el que estuvo bien cerca de la línea Mendoza (menos de .200 de promedio de bateo) [en 1991]. Él sabía que era eso. Tiene un gran ojo para el bateo." Y, todo indica que todavía puede batear. Luego de un entrenamiento con Ryan y Schumaker este invierno en California, Schumaker insistió para que McGwire se metiera a la caja de bateo. Él quería ver lo que todavía podía dar. El primer día, McGwire hizo 15 swings, y conectó 11 cuadrangulares. Unos días después, se metió de nuevo en la caja de bateo, hizo 20 swings, y 12 se fueron por encima de la cerca. 

"Tampoco fueron cuadrangulares monstruosos," dijo Schumaker. "Nos hizo lucir mal. No había tomado un bate en nueve años." McGwire confirmó la historia con una sonrisa. "Tan pronto como me contrataron [como instructor de bateo], me fui con mis amigos al cajón de bateo y comencé a hacer swings," dijo. "Uno puede enseñar cosas de forma verbal, pero para enseñarle a alguien realmente como batear la pelota, uno tiene que mostrarlo. Si los chicos aquí quieren que les enseñe de lo que hablo, aquí estoy para ellos." Él está aquí para enseñarles de bateo a los bateadores de todo tipo. Pero la interacción para interesante será con Pujols. 
Y McGwire está contento por eso. "No hay manera de detenerlo," dijo McGwire. "No tiene debilidades. Él está haciendo historia. Espero que todo el mundo lo esté viendo. Espero que no se lo pierdan."
Tim Kurkjian es un escritor senior para ESPN The Magazine. Consulta su archivo de columnas.

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