¿Se acuerdan de los Rays de Tampa Bay? Sí, esos mismos que fueron a la Serie Mundial de 2008. Los culpables indirectos de dejar fuera de la postemporada a los Yankees de Nueva York por primera vez desde 1994. Es mejor refrescar la memoria porque los Rays muy bien podrían torpedear nuevamente a los gigantes de su división y pareciese que nadie se percata. Con respecto al de los Yankees y los Medias Rojas, otra vez los dos grandes favoritos en el Este de la Liga Americana, el presupuesto de los Rays palidece. Pero por algo su gerente general Andrew Friedman anda diciendo que la nómina actual es la mejor en la historia de la franquicia.
Ahí está la alineación con cinco jugadores con etiqueta de "All-Stars", una rotación que reúne quizás al grupo más selecto de abridores jóvenes del momento y el dominicano Rafael Soriano podría resultar ser el cerrador que buscaban desde hace tiempo. "No existe un equipo que pueda salir a decir que va a ganar la división …", dijo Friedman. "Pero sentimos que, con el talento que tenemos a disposición, vamos a estar en la pelea cuando llegue septiembre".
Tampa perdió 84 juegos la temporada para abdicar su título de división y caer al tercer sitio, un año decepcionante. Pero hay varios atenuantes. Uno fue la difícil programación que afrontaron al inicio de la temporada, con apenas siete partidos como locales antes que acabase el mes de abril. No habían pasado 19 juegos y ya estaban a seis juegos y medio del liderato. Un detalle llamativo es que con su total de 742 carreras permitidas terminaron apenas una rayita adelante de los Yankees, el equipo que salió campeón de la Serie Mundial. "Ganamos 84 juegos el año pasado. El total fue de 97 el año previo. Si uno se pone a revisar los partidos que perdimos, fácilmente hay como 10 que debimos haber ganado", comentó el manager Joe Maddon.
¿Qué pasó? La falta de un relevo eficaz para defender ventajas en los innings finales y desconcentraciones conspiraron en su contra. Maddon dice que las cosas cambiarán esta campaña al poner énfasis en ejecutar bien las facetas básicas del juego.Pero este es un año vital, posiblemente el último en el que podrán retener a varias de sus figuras por cuestiones de presupuesto. El primera base dominicano Carlos Peña, junto con los jardineros Carl Crawford y Pat Burrell devengan casi 30 millones de dólares entre los tres. Si el equipo llega a mitad de año descolgado de la punta, pues no sorprendería que la gerencia intente desprenderse de sus contratos que expiran a final de campaña.
Los Rays vienen de una campaña en la que tuvieron que estirar su presupuesto a los 63 millones y ahora se pasarán los 70 tras gastarse una buena cantidad en la contratación de Soriano por una temporada y 7,25 millones.
No tenían alternativa: el año pasado recurrieron a nueve lanzadores en el papel de taponero y malograron 22 oportunidades de rescate. Soriano no estará en la misma categoría que un Mariano Rivera, pero sus 27 rescates en 31 intentos con Atlanta constituyeron su mayor cantidad. También quedó segundo entre los relevistas de las mayores en ponches (102) y los rivales le batearon para .194, el 12do promedio más bajo en la Liga Nacional. Si hay algo que pone entusiastas a los Rays, esa es una rotación que les permitiría ser candidatos por buen rato.
Ninguno de los cinco abridores pasa de los 30 años. Su número uno James Shields es el más viejo con 28. Matt Garza, quien fue el Más Valioso de la serie de campeonato de la Americana en 2008, tiene 26. Jeff Nieman acaba de cumplir los 27, mientras que David Price y Wade Davis apenas tienen 24.
Es un grupo que simplemente aún no ha tocado techo y del cual Maddon dice que cada uno es capaz de lanzar 200 innings este año. Y en cola está Jeremy Hellickson, un derecho de 22 años que es el gran prospecto del equipo tras tener marca de 9-2 en las menores durante 2009. La otra adquisición fue la del receptor Kelly Shoppach, quien podría desplazar del puesto al venezolano Dioner Navarro. Después de un año opaco, con promedio de .218 y apenas 32 impulsadas, Navarro se juega su futuro con el equipo. "Estoy seguro que este año será el más importante de mi carrera. De lo que haga depende si consigo un contrato a largo plazo", dijo Navarro. "Este es el sitio en el que quiero jugar por el resto de mi carrera".
En lo ofensivo, el eje es Evan Longoria (.281, 33 jonrones, 44 dobles, 113 remolcadas), quien viene de una campaña en la que ganó el Guante de Oro. Apenas tiene 24 años y se le ve como un constante candidato para el premio al Jugador Más Valioso. Longoria está rodeado bastante bien. Ben Zobrist (.405 en promedio de embasamiento) fue una revelación en la intermedia; Peña es un productor sólido (39 jonrones y 100 impulsadas); y el torpedero Jason Bartlett (.380 de embasamiento y 30 robos) cumple lo necesario como primero al bate. Crawford (.305 y 60 robos) en el izquierdo y B.J. Upton (.241 y 55 producidas) en el central son los fijos en los jardines. Matt Joyce asoma para adueñarse del otro puesto en el derecho y Burrell sigue como el designado.
El desafío es plantarle cara a Boston y Nueva York. "Nuestra división siempre será una en la que cada día se busca reforzarse con todo. No podemos hacer nada al respecto. Yo me limito en lo nuestro y no en lo que hagan los otros equipos", indicó Maddon.
espndeportes.com
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