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jueves, 22 de abril de 2010

SIN DUDA, CARRERA DE DAVID VA EN PICADA

David OrtizBOSTON 
Las señales están ahí, para que todos las vean, tan claras como el jonrón que conectó Mike Lowell el miércoles en la noche hacia los asientos en el Monstruo Verde, aunque las palabras sugieran otra cosa. Durante la mayor parte de los últimos siete años, el corazón, el alma y la energía de los Medias Rojas emababa de la parte más alejada del camerino del equipo, de la fila más cercana al cuarto de los preparadores físicos, donde David Ortiz tiene sus pertenencias.

Esa época se está acercando rapidamente hacia un final poco glorioso, uno que el propio Ortiz siente que no tiene el poder de evitar. "Tengo que estar listo," dijo Ortiz tras la segunda victoria de Boston viniendo de atrás sobre los Vigilantes de Texas, 8-7, en 12 entradas. "Pero yo solo soy un empleado más aquí."

El martes en la noche, con el juego en la línea, Ortiz fue llamado de vuelta al dugout para ser sustituído por un bateador emergente, Lowell. Fue una situación parecida a la acontecida hace 22 años, cuando otra estrella en descenso, el futuro miembro del Salón de la Fama Jim Rice, fue sustituído por el bateador emergente Spike Owen, lo que llevó a Rice a empujar al manager Joe Morgan en el dugout. La reacción de Rice, "como un tipo que lleva aquí mucho tiempo," fue entendible, según dijo luego su compañero Marty Barrett. "Hay una regla no escrita," dijo, "que dicta que tu no pones un emergente por un tipo que lleva 15 o 16 años."

Esa regla no escrita no impidió la acción de Morgan en aquel momento, ni tampoco impidio lo que hizo el martes en la noche Terry Francona, quien al principio de la temporada dijo que se abstendría que poner un emergente por Ortiz porque no quería que él comenzara a mirar por encima de su hombro. Luego de 30 partidos en la temporada, Ortiz puede comenzar a mirar, ya que Francona dijo que tiene que ganar los partidos y que va a hacer lo que sea necesario para hacerlo. Eso significa poner a batear a Lowell contra un zurdo, Darren Oliver. Lowell consiguió una base por bolas. Ortiz no le puso las manos encima a Francona. Su frustración ya se había desbordado esa noche cuando se ponchó dos veces y conectó elevado de out en zona foul, mientras recibía solo rectas, 19 en total, y no pudo poner ni una en juego. 

Luego de su tercer turno, en el que fue out en zona foul frente al dugout de los Vigilantes, Ortiz partió su bate en dos como un lápiz sobre su rodilla. Ortiz y Francona habían hablado por teléfono temprano ese día, según dijo el propio Francona, y el miércoles en la tarde se reunieron en la oficina del manager, luego de una práctica temprana de bateo. "Él no peleó conmigo sobre esto," dijo Francona sobre haber sacado a Ortiz la noche anterior. "Yo no esperaría una felicitación de parte del tipo que acabo de sacar de juego. "Él tiene mucho orgullo, ha sido un jugador increíble. Nosotros nos preocupamos por todos nuestros jugadores." Con los Vigilantes colocando un derecho en la loma, Matt Harrison, el miércoles, Francona puso a Lowell en la alineación como designado, justo como hizo el 15 de abril pasado en Minnesota contra el zurdo Francisco Liriano. Lowell conectó sencillo en cuatro turnos, y Liriano maniató a los Medias Rojas al son de 8-0.

Pero el miércoles en la noche, en su primer turno, Lowell conectó un lanzamiento en cuanta completa hacia las gradas del jardín izquierdo para su primer cuadrangular de la temporada, lo que le dio uno más que los que tiene Ortiz. Lowell recibió boleto en su siguiente turno, y luego empujó otra anotación con sencillo. Mientras tanto, Ortiz se mantuvo en la banca, incluso luego que Harrison fuera sacado de juego tras apenas cuatro entradas y fuera seguido por cinco relevistas, todos ellos derechos. Lowell fue el tercer out de la séptima entrada contra Chris Ray. Habían dos outs en la 10ª cuando Lowell vino al plato nuevamente, esta vez en contra de Neftali Feliz, quien estaba lanzando a 100 mph, según registraba el pizarrón del Fenway. Alguna vez, esa hubiese sido una confrontación épica, Ortiz contra un chico cuya recta dejaba humo en los ojos. El miercóles en la noche, apenas unos cuantos miraron hacia el dugout para ver si Ortiz, que se ha ponchado 17 veces en 41 turnos y ha sido superado por lanzadores mucho menos dotados que Feliz, iba a ser enviado al plato. 

Y cuando finalmente Francona decidió utilizar un emergente, para abrir la 12ª entrada, le pasó por encima a Ortiz y su promedio de bateo de .146 y llamó a Jeremy Hermida, un hombre con 60 jonrones en su carrera. Ortiz, quien en el 2007 conectó casi esa misma cantidad de cuadrangulares, 43, el hombre con dos anillos de Serie Mundial y más cuadrangulares para dejar en el terreno a los contrarios que cualquier otro jugador en la historia de los Medias Rojas y más jonrones que cualquier otro designado que jamás haya jugado, se quedó en el dugout. ¿Esperaba Ortiz tomar un bate en algún punto el miércoles en la noche? "Obviamente," dijo, llevando una gorra de los Boston Bruins mientras caminaba fuera del camerino. "Pero yo solo hago lo que me piden."
Hermida se ponchó, pero por segunda noche seguida, los Medias Rojas fabricaron un ramillete para ganar, el doble de Kevin Youkilis consiguió lo que el sencillo de Darnell McDonald había logrado la noche anterior, darle a su equipo una victoria para dejar en el terreno al contrario.

Un equipo que lució tan moribundo al perder cuatro juegos al hilo ante los Rays de Tampa Bay en el fin de semana del Día de los Patriotas ha vuelto a la vida. Pero, tomando prestada la frase que alguna vez el inmortal Reggie Jackson se aplicó a si mismo cuando estaba con los Yankees, Ortiz ya no es el motor que mueve a los Medias Rojas. Esa placa que alguna vez le dio el dueño de los Medias Rojas John W. Henry, proclamándolo como el mejor bateador oportuno de la historia del equipo, debe estar guardada en lo más recóndito de su armario. Y poca gente no estará de acuerdo con la decisión de Francona de buscar ayuda en alguien más por encima de Ortiz. El número de personas que siguen profesando fé en Big Papi probablemente cabría en una mesa para una persona. El jueves en la noche, cuando el zurdo C.J. Wilson lance por los Vigilantes, Lowell volverá a estar en la alineación de los Medias Rojas. Un jugador que casi es descartado por los Medias Rojas en diciembre, antes que un cambio a los Vigilantes fuera revocado debido a una cirugía de pulgar, Lowell ahora luce como una opción viable para turnos importantes como designado. 

"No me había sentido tan bien desde la última semana del entrenamiento primaveral," dijo. "Estoy viendo la bola bien, y cuando dejo pasar lanzamientos cercanos, estoy viendo la bola especialmente bien y pienso que hice eso hoy y que tuve varios hits buenos. Veré si puedo continuar así."
¿Espera Lowell seguir jugando así, si sigue bateando de esa manera? "Tomo las cosas de día a día," dijo Lowell. "No soy bueno prediciendo cosas." La temporada de predicciones se acabó. Es hora de tomar decisiones difíciles. Y Big Papi no es tan ciego como para no ver lo que le está pasando.

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