La hibernación ha terminado. Abran sus ojos. Arranquen motores. Vean más de cerca al espejo, examinen bien la imagen que está detrás. Como pueden darse cuenta, las manchas ya no son tan visibles como lo eran hace cuatro meses. Frótense los ojos. Ahora, abran el compartimento de medicinas en su baño y tomen el frasco con el líquido azul. Quítenle la tapa, échense un poco de ese líquido a la boca y enjuáguensela bien. Ahora están listos para continuar.
Bienvenidos a Operación Enjuague Bucal. La segunda fase del proceso de recuperación del 2009 para los Mets. Han tenido desde el 4 de octubre para dejarlo atrás, más de cuatro meses para dejar que las heridas sanen y el sentimiento de decepción y vergüenza desaparezca. Todo lo que queda por hacer ahora es deshacerse de ese amargo sabor de boca y seguir adelante.
Para los Mets, todo comienza este sábado cuando se realice la primera práctica oficial de los entrenamientos. Lanzadores y receptores y jugadores lesionados se darán cita en el complejo deportivo de Port St. Lucie, Florida. Los jugadores estirarán sus músculos. Es febrero, todos los equipos comienzan desde cero.
El frío del invierno dejará de arder antes que termine el mes, justo cuando el recién llegado Jason Bay entre a la caja de bateo para enfrentarse al venezolano Francisco Rodríguez en las prácticas. Quizás no hagan una pareja como lo hacían Doc Gooden y Darryl Strawberry, pero bastará. Le dirá a Bay en qué estado está su swing y Rodríguez le demostrará cuáles lanzamientos necesita practicar más.
Muchos de ellos ya han llegado. La costa este de la Florida es cautivadora aún sin el béisbol. El dominicano José Reyes ya ha comenzado a correr y David Wright no sale de la caja de bateo. Los otros jugadores llegarán y traerán con ellos sus achaques. ¿Cómo serían los entrenamientos sin un codo (del venezolano Johan Santana) o una rodilla (del boricua Carlos Beltrán) para monitorear?
Cuando esté reunido el equipo completo el 23 de febrero - incluyendo a los invitados fuera del roster - el sentido de qué y quiénes hacen falta se hara sentir. Por primera vez desde el 2005 no estará presente el boricua Carlos Delgado. Tampoco estarán Brian Stokes ni Gary Sheffield.
El puertorriqueño Bengie Molina no va a estar ni Randy Wolf ni Orlando Hudson. Y quizás no se hable de un regreso del dominicano Pedro Martínez. Pero por lo menos estos entrenamientos comenzarán sin nadie en la lista de lesionados y pocas razones para recordar el 2009. Se trata de purgar lo más posible. Los entrenamientos son una época de renovación y caras nuevas. Los Mets no tienen muchas y las que han importado no son muy conocidas - Ryota Igarashi, Hisanoria Takahashi, Shawn Riggans, Shawn Bowman. Estos jugadores no distinguen a los Mets de otros equipos en ésta época de año. ¿Quizás esta vez Takahashi tenga más que ofrecer que en el 2009? ¿Y qué tal si el venezolano Kelvim Escobar está en buen estado de funcionamiento? ¿Y si el mexicano Oliver Pérez logra mantenerse positivo todo el año? ¿Será eso posible?
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