El escenario
El Juego 2 de la serie divisional de la Liga Americana entre los Mellizos de Minnesota y los Yankees de Nueva York es recordado mayormente por el dramático jonrón de Mark Teixeira en el 11° episodio para acabar el partido. Sin embargo, lo que ocurrió en la parte alta de esa misma entrada es más interesante.
Luego de llenar las bases con tres sencillos consecutivos sin outs, el manager de Minnesota, Ron Gardenhire, prefirió mantener a Delmon Young y Carlos Gómez al bate para tratar de remolcar la carrera de la ventaja -- a pesar de que ambos eran considerados entre los peores bateadores de 2009. Ambos fracasaron, así como Brendan Harris, y la entrada culminó sin ninguna carrera de los Mellizos en la pizarra. Y fugazmente perderían el partido antes de tener otra oportunidad de tomar un turno al bate.
La reticencia de Gardenhire de llamar a un bateador emergente en una situación tan crítica, especialmente para Gómez, atrajo la ira de los aficionados de Minnesota. Pero basados en años de investigación sobre el desempeño histórico de los bateadores emergentes, resulta que no son tan efectivos tampoco. De hecho, acudir al bateador emergente suele ser una mala idea, y Gardenhire probablemente tomó la decisión correcta al discernir que Gómez era su mejor oportunidad para traer una carrera al plato en esa situación.
La discusión
En 2009, los bateadores emergentes de las mayores obtuvieron una línea ofensiva de.225/.315/.353, muy por debajo de sus contrapartes titulares, que batearon para .264/.334/.421. Y eso no es cosa de un solo año o un desarrollo reciente. En 1990, los bates de la banca marcaron numeritos de .224/.302/.316. En 1970, batearon para .226/.313/.323. Allá para 1954, su desempeño fue penoso con .220/.315/.323. No se trata sólo de que el bateador emergente promedio es peor que un jugador titular, sino que también hay evidencia de que tomar un turno como emergente es realmente difícil. Matt Holliday cuenta con un OPS de carrera de .552 como emergente comparado con .933 cuando batea como titular. Joe Mauer cuenta con.693 de OPS desde la banca. Hasta Derek Jeter se ha ido en blanco en cinco turnos como emergente.
El consultor de béisbol Tom Tango, ahora empleado de los Marineros de Seattle y Azulejos de Toronto, estudió las situaciones históricas de bateadores emergentes en su libro (propiamente titulado "The Book") y encontró que, aun luego de tomar en cuenta que el bateador emergente promedio tiene menos habilidad y enfrenta a lanzadores más fuertes en los momentos claves, los emergentes batearon un 10 por ciento por debajo de lo esperado. Eso es inmenso; una penalidad de 10 por ciento convierte a un bateador de .300 en uno de .270. Esa reducción en desempeño transformaría a Evan Longoria en Skip Schumaker.
Los bateadores emergentes no están solos en su suerte. Los bateadores designados, quienes también pasan muchísimo tiempo de juego como espectadores, también sufren en el plato. Los estudios han demostrado que los jugadores titulares que son relegados como bateadores designados terminan con un cinco por ciento de disminución en productividad. Es una cifra mejor a la de los emergentes, pero también indica que el no estar en el terreno le afecta a los jugadores cuando se paran en la caja de bateo. Jim Thome, Frank Thomas y Jason Giambi, por ejemplo, marcaron números muy por debajo de los esperados al jugar como bateadores designados en lugar de cubrir la primera base, aun luego de hacer los ajustes por la edad que tenían cuando jugaron ambas posiciones.
¿Por qué es tan difícil ser bateador emergente? La repetición y la rutina son elementos comunes para ayudar a calmar los nervios. Esa es la razón por la que verás algunas cosas ridículas en la caja de bateo, tales como la rutina infame de las guantillas de bateo de Nomar Garciaparra.
Es la razón por la que los entrenadores de golf hacen hincapié en las rutinas antes del tiro, y porque cada interrupción implica comenzar la rutina desde el principio. Es la razón por la que un atleta pasa horas incontables practicando. Ellos intentan entrenar su memoria muscular y desarrollar el cerebro para que se enfoque en realizar tareas específicas y olvidar todo lo demás.
Los bateadores emergentes no tienen el beneficio de la rutina. A diferencia de los relevistas que pueden calentar en el bullpen, y luego calentar sobre la lomita, y quienes dictan la acción en primera instancia, las oportunidades del bateador emergente suelen ocurrir con poco aviso previo. En el mejor de los casos, un jugador de la banca podría ser alertado a tiempo para ir a la máquina de bateo y tomar un par de swings, pero la mayoría de las veces es arrojado al medio del escenario sin calentamiento alguno. Esa no es una receta para el éxito, y la evidencia sugiere que hasta los mejores bateadores del mundo carecen de éxito en esa situación.
La conclusión
Eso no quiere decir que el bateador emergente siempre es una mala idea. Los lanzadores son notoriamente famosos por su terrible bateo -- hasta el punto de que casi cualquier jugador de posición de las mayores tiene mayor probabilidad de pegar un imparable, aun tomando en cuenta la penalidad del bateador emergente. Si Gardenhire hubiese contado con un bateador promedio en la banca durante la serie de divisional ante los Yankees, ese tipo hubiese sido una mejor opción que Gómez, pues la diferencia de talento superaría la rebaja en desempeño de un bateador emergente. Pero Gardenhire no tenía un hombre así en la banca, así que por más frustrante que fuera para los aficionados de los Mellizos, él tomó la decisión correcta.
Ser bateador emergente es una de las cosas más difíciles de hacer bien en todos los deportes. Hasta los buenos bateadores fallan rutinariamente cuando se les pide que salgan de la banca y consigan un imparable importante en un partido. No es tan sencillo como comparar los promedios de bateo entre las opciones disponibles y elegir el número más alto. Aunque siempre es más difícil observar la inacción -- y más fácil de criticar -- ésta suele ser la mejor alternativa en muchos casos.
¿Sustituir al lanzador por un bateador emergente? Buena idea. ¿Sustituir a tu campocorto titular por un bateador emergente? Más te vale que cuentes con un buen bateador disponible, y aun así podría ser una decisión equivocada.
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