BOSTON
Muchos argumentarían que los mejores intermedistas de la Liga Americana estarán en acción este fin de semana en el Fenway Park, cuando los Yankees se midan a los Medias Rojas. Lo que está por debatirse es quién es mejor entre el dominicano Robinson Canó, de Nueva York, y Dustin Pedroia, de Boston. En la primera parte de esta temporada, Canó ha dado la cara como uno de los bateadores más productivos de Grandes Ligas, ayudando a llevar a los Yankees mientras Alex Rodríguez y Mark Teixeira luchan por entrar en ritmo. Canó, de 27 años de edad, llegará al Fenway con promedio de .362, con nueve cuadrangulares y 21 impulsadas, número que ayudaron al bateador zurdo a ser nombrado Jugador del Mes de abril en el Joven Circuito.
"Se siente bien, no por tener una gran temporada yo, sino porque quieres que gane el equipo", dijo Canó. "Me estoy embasando para mis compañeros, entonces lo que importa es ganar los partidos. Es mucho trabajo. Llego con la misma mentalidad-trabajar duro." El buen comienzo ha sido un alivio para Canó. Llegando a esta campaña, uno de los temas calientes de los Yankees era si Canó podría proteger a A-Rod en el lineup de los Mulos como quinto bate. Ni hablar ahora. "Hablamos sobre su habilidad de batear en el puesto número 5, y para mí lo ha hecho extremadamente bien", dijo el manager de los Yankees, Joe Girardi. "Ha sido paciente, ha dado grandes batazos. Le ha bateado a los derechos y a los zurdos. Ha dado más jonrones a los zurdos (6). Entonces creo que ha hecho muy, pero muy buen trabajo."
Pero tampoco es que haya sido inmediata la transición. Canó expresó posteriormente que le dio algo de estrés su cambio de turno en la alineación, y Girardi dijo que A-Rod y el coach de bateo Kevin Long tuvieron que reforzar los fundamentos después de ver a Canó tirarle a demasiados pitcheos malos en un juego de la Liga de la Toronja. Mala noticia para los lanzadores contrarios de la Americana-dice Long que Canó "ha eliminado muchos huecos" en el plato para hacerse un bateador más peligroso, mejorando la vista y la selección de pitcheos. Las tres bases por bolas que recibió el dominicano el 20 de abril en Oakland se vieron como una revelación de ello. "Es algo en que vengo trabajando", dijo Canó. "No le estoy tirando a los malos lanzamientos. Si me quieren dar la base, simplemente tengo que embasarme para mis compañeros."
El buen contacto que hace Canó se ha convertido en una buena broma entre sus compañeros en los Mulos. Los batazos suenan como tiros de un rifle. Después de que Canó dio jonrón en una serie en Baltimore el mes pasado, el receptor de Baltimore, Matt Wieters, le dijo al siguiente bateador, Marcus Thames, "Tenemos que revisar ese bate." "Yo dije, 'Ha sido así desde los entrenamientos'", le contestó Thames. "Hasta en las prácticas de bateo. Está haciendo un contacto duro, sólido, y está teniendo mucho éxito. Lo único que pude hacer fue reírme." El Salón de la Fama Reggie Jackson, ahora consultor especial en los Yankees, le dijo al New York Post hace poco que cree que Canó ha superado a Pedroia como el mejor segunda base de la Liga Americana. El periódico habló con seis escuchas y les hizo la misma pregunta: tres dijeron Canó; otro dijo que estaban bien parejos pero se fue con el quisqueyano; otro eligió a Pedroia pero dijo que Canó era mejor bateador; el último dijo que Canó tenía mejor talento pero que el esfuerzo general de Pedroia lo convertía en un empate.
No es que Pedroia se pase mucho tiempo leyendo los periódicos de otras ciudades, pero el pelotero de 26 años se ha hecho famoso haciendo quedar mal los que lo subestiman.
En los libros le ponen 5-9 de estatura y 180 libras, pero en realidad está más cercad e 5-7 y 165. Ya ha sido Novato del Año (2007) y Jugador Más Valioso (2008) en la Americana. Siempre ha jugado con algo que demostrar. "Obviamente estoy motivado", dijo Pedroia. "No soy el más grande del mundo. No tengo muchas herramientas. Si me ves en la calle, obviamente no pensarías que soy pelotero. "Creo que lo que más me motiva es ser buen jugador", continuó el segunda base de los Medias Rojas. "He tenido que lidiar con eso toda mi vida. Es algo que se me ha grabado-que tengo que superarlo todo para hacer quedar mal a la gente. Hasta ahora lo he hecho." Además de su producción con el bate, la defensa de Pedroia ha sido tema a seguir en Boston.
En un partido contra los Angelinos en esta semana, Pedroia salvó el partido al realizar un doble-play inteligente en el octavo episodio. "Es increíble ver cómo hace las cosas y el deseo que tiene de jugar el béisbol", dijo el receptor venezolano de los Medias Rojas, Víctor Martínez. "¿Sabes lo que demuestra? Que sin importar el peso o la estatura o lo que sea, no significa nada sobre cómo jugar este juego. Simplemente necesitas el fuego y el deseo de jugar como lo hace él." Dijo el antesalista boricua de Boston, Mike Lowell, que Pedroia "seguramente jugó en la arena mucho cuando era niño, porque le gusta siempre estar sucio". Es un cumplido de parte de Lowell, pero es algo que difícilmente se le atribuye a Canó. Ahí está la gran diferencia entre ellos: mientras Pedroia llega con una actitud feroz en el terreno, a Canó se le ha criticado a través de los años por lucir demasiado "cómodo". Llegó hasta el punto de que Girardi lo sentó al final del 2008 al percibirle una falta de "joseo", una llamada de atención que el mismo Canó cree que hacía falta.
"Lo bueno es que siempre conté con mi papá", dijo Canó, cuyo padre, José lanzó con los Astros en 1989. "Me habló y me dijo, 'Recuerda que el juego no va a ser siempre igual.' Por eso se llama Grandes Ligas. Vas a tener malos años y buenos años. Hay que aprender de los errores."
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