TREMENDA COLUMNA DE ENRIQUITO ROJAS SOBRE EL CASO DE HANLEY Y SUS MALCRIADESAS...
El manager sacó del juego a su mejor pelotero como castigo por una aparente falta de esfuerzo, una acción que buscaba enviar un mensaje al resto de la tropa y marcar "borrón y cuenta nueva" en los afanes diarios del manejo de un equipo profesional.
Lamentablemente, en el caso particular del episodio de lunes y martes entre el dirigente Fredi González y el torpedero Hanley Ramirez, el asunto dejará "daños colaterales" difíciles de reparar y los residuos del enfrentamiento podrían afectar el futuro de ambos, a uno más que el otro. Por un lado, la imagen de Ramírez como líder de los Marlins de Florida rodó por el suelo, no cuando fue trotando a buscar una pelota que había desviado accidentalemente, sino cuando declaró que no debía disculpas a sus compañeros y que perdió el respeto a su dirigente. Esa no es la actitud que espera una organización del empleado más caro en la historia de la franquicia. Ese no es el comportamiento que espera el resto de los jugadores de quien está llamando a ser el líder. González cometió un costoso error, no cuando sacó a Ramírez de la alineación a mitad del partido del lunes, sino cuando llevó a la prensa su percepción de que el torpedero actuó con "falta de esfuerzo" en una determinada jugada.
González, uno de los hombres más caballerosos y capacitados que hay en el béisbol, tiene la responsabilidad de disciplinar su tropa, pero con el camerino a puerta cerrada es la forma más inteligente de arengar o sermonear jugadores. Demostrar "falta de esfuerzo" es tan difícil como probar perjurio en una corte. Hay mucho de interpretación y poco de hechos concretos en ambos casos. En estos tiempos de jugadores con salarios de $12 millones de dólares, los managers prácticamente han tenido que reinventar la forma de manejarse, especialmente los que no tienen 20 años de experiencia y al menos un anillo que exhibir en sus dedos.
Hanley Ramírez vs. Fredi González
Ojalá que el cruce de declaraciones entre Ramírez y González terminara con una reunión de 10 minutos antes del partido del miércoles en San Luis, pero eso es poco probable que ocurra y aún si sucediera no sanaría los "daños colaterales".
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