Pídele al campocorto de los Yankees Derek Jeter un análisis de las fortalezas de Robinson Canó en el plato, e inmediatamente te señalará que a su compañero de equipo le encanta batear hacia el jardín contrario. Con el pedigrí de Jeter como bateador y su swing de adentro hacia fuera, es como si Usain Bolt te dijera, "Oye hombre, qué rápido eres". "Tú puedes enseñarle a alguien a halar la pelota", dijo Jeter. "Es difícil enseñarle a alguien a batear hacia el jardín contrario, y Robby siempre ha sido capaz de hacerlo. Por eso es muy difícil lanzarle". El primera base Mark Teixeira toma una perspectiva de largo alcance al evaluar la labor de Canó.
A los cazatalentos les gusta hablar de los prospectos "de sus sueños". Pero aun los jugadores más probados llevan un fanático por dentro, y hablan con una emoción parecida al día de Navidad cuando ven a un joven jugador bendecido con destrezas excepcionales (ver: Heyward, Jason).
"Yo le dije a Robby, 'Yo he jugado con muchos grandes jugadores. Yo he jugado con A-Rod y Chipper Jones y Vlad Guerrero, y tú tienes la oportunidad de ser el mejor. Sigue trabajando duro y mejorando, y en 15 años estaremos hablando de ti al igual que de esos tipos", dijo Teixeira.
Escuchas esos sentimientos, y ayudan a darle peso a la noción de que Canó pronto se graduará de ser un muy buen jugador a otra esfera. Si sus compañeros de los Yankees se quedan boquiabiertos cuando agarra un lanzamiento imposiblemente difícil y lo dispara a los jardines o a las gradas, ¿qué rayos estarán pensando los lanzadores? Mientras los Yankees juegan una serie de tres partidos contra Boston en Fenway Park este fin de semana, prevalece la percepción en el camerino y entre los hombres que toman notas en la sección de cazatalentos de que el segunda base de Nueva York lleva su juego a un nivel diferente a la edad de 27 años. Canó estuvo más caliente que el volcán de Islandia en abril. Según Elias Sports Bureau, se convirtió en el primer jugador en la historia de los Yankees que batea para promedio de .400 con ocho jonrones en el primer mes de la temporada. El último jugador de las mayores que logró esa hazaña se llama Barry Bonds, quien bateó .472 con 10 jonrones en abril de 2004 para los Gigantes de San Francisco.
Canó está entre los líderes de la Liga Americana en casi todas las categorías ofensivas principales, y lo hace contra los zurdos y los derechos, rectas, curvas y cualquier cosa entremedio. Lo único que no ha hecho todavía es azotar la bola en Yankee Stadium, donde batea para promedio de .261, y registrar boletos gratis: Cuenta sólo con ocho pasaportes en 116 apariciones en el plato. Luego que Canó se fue de 13-8 en una serie reciente de tres partidos en Baltimore, un cazatalentos de la Liga Nacional señaló que "él podría ser el mejor bateador del deporte ahora mismo". El analista de los Orioles Jim Palmer incluso mencionó a Canó en la misma oración con Ichiro Suzuki, Rod Carew, Wade Boggs y George Brett -- también bateadores zurdos que combinados ganaron 16 títulos de bateo. "Él tiene la varita mágica", dijo Palmer durante una transmisión televisiva.
El punto pico llegó el 15 de abril, el Día de Jackie Robinson, cuando Canó le brindó honores a su tocayo con dos jonrones para llevar a los Yankees a un triunfo de 6-2 sobre los Angelinos. ¿Y el punto más bajo? Bueno, sólo ha bateado para promedio de .181 (de 22-4) en seis partidos en mayo. "Yo siempre pienso lo mejor de Robby", dijo el instructor de bateo de los Yankees Kevin Long. "Ha tenido rachas por momentos en donde su disciplina se va por la borda, y él necesita una nalgadita y necesita dirección. Pero el punto esencial con Robby es darle algo para enfocarse. No lo dejes simplemente ir al plato sin un plan de juego".
"Hubo una vez cuando uno se preguntaba, '¿Algún día comprenderá la zona de strikes?' Pero eso no es aceptable para mí ni para él. Él tiene que aprender cómo hacer eso. Y si lo hace, esa varita mágica se hace muy poderosa por su fuerza y su tamaño". Si Canó de hecho ha logrado elevar su nivel de juego, es sólo otro paso en una ardua curva de aprendizaje. El ex manager de los Yankees Joe Torre hizo comparaciones con Carew en 2005, y el sucesor de Torre, Joe Girardi, sentó a Canó en el banco en 2008 por falta de esmero. En sus peores días, Canó ha sido descrito como desenfocado e indiferente, pero ha seguido adelante con la mejoría de su defensa, su disciplina en el plato y su fortaleza física por medio del trabajo con las pesas. Luego de una larga estadía como aprendiz en la parte baja de la alineación de los Yankees, esta temporada reemplazó a Hideki Matsui como protector de Alex Rodríguez en el quinto puesto.
El trabajo duro, la madurez y el brillo de las luces de Nueva York ayudaron a Canó a convertirse en el jugador que es hoy día. Mucho antes de eso, los genes de diseñador y su habilidad de adaptación le ayudaron a marcar el curso de su vida.
Un jugador innato
Canó se crió en la República Dominicana en el pueblo de San Pedro de Macorís, la "cuna de los campocortos". Su padre, José, pasó dos décadas como lanzador profesional en México, Taiwán y Estados Unidos, y realizó seis apariciones con los Astros de Houston en 1989. José tiraba su recta como a 95 millas por hora, y su hijo heredó el mismo brazo fuerte. José apuró a su hijo para que siguiera una carrera como lanzador, pero el joven Robinson siempre estuvo más interesado en hacer swing con el bate. Como adolescente, Canó pasó tres años de residencia en Nueva Jersey con su madre, Claribel Mercedes, quien tenía una hermana que vivía en Newark. Claribel y José estaban casados en aquel momento, aunque eventualmente se divorciaron. "Newark era la ciudad No. 1 para robarse los automóviles en aquel entonces", dijo Canó. "Tú veías los tipos en la calle, y era muy malo. ¿Pero sabes qué? A mí me gustaba. Yo me divertía, yo iba a la escuela a aprender inglés, y conocí a mucha gente buena".
" Tú puedes enseñarle a alguien a halar la pelota. Es difícil enseñarle a alguien a batear hacia el jardín contrario, y Robby siempre ha sido capaz de hacerlo. Por eso es muy difícil lanzarle.
" -- Derek Jeter, campocorto de Yankees
sobre su compañero Robinson Canó
Canó se mantuvo callado, fuera de problemas y vio suficientes partidos de los Yankees como para adoptar al jardinero central Bernie Williams como su héroe personal del béisbol. Cuando Canó regresó a Dominicana para culminar la escuela secundaria, el cazatalentos de los Yankees Víctor Mata siguió sus pasos, y el equipo lo firmó en 2001 por un bono valorado entre $100.000 y $150.000. Canó estaba clasificado como muy bueno, pero no como un prospecto trascendental: Durante una racha en las menores, bateó para .276 con Staten Island, .276 con Greensboro y .276 con Tampa en la Florida State League. Finalmente cambió sus numeritos al batear.280 con la novena de Doble A Trenton en 2003. Mark Newman, vicepresidente senior de las operaciones de los Yankees, dice que el equipo no recibió muchos "hits" en busca de Canó durante las discusiones de cambios a través de los años. Cuando Baseball America clasificó los mejores prospectos de los Yankees en 2005, Canó figuró No. 2, detrás del tercera base Eric Duncan.
"Siguió mejorando como bateador y siempre parecía un buen bateador", dijo Newman. "Pero la gente no pensó mucho de él cuando era un jugador joven, probablemente porque no era un corredor súper veloz. Yo nunca entendí por qué". "Recuerdo a Joe Torre decir, 'Este tipo se ganará un campeonato de bateo'. Si Robby le tira a los buenos lanzamientos, yo creo que él ganará uno. Él puede batear para .350 o .360 con 30 jonrones porque su swing es muy bueno. Un aspecto de Robby es que puede batear cualquier lanzamiento. Es como cuando la gente le llamaba a Yogi Berra un bateador de malos lanzamientos y él contestó, 'Para mí no son malos'. Esa es prácticamente la misma situación de Robby, también".
Puntos de giro
Canó puede reflexionar sobre dos momentos importantes en su carrera con los Yankees. El primero llegó en su año de novato. Bateó de 23-2 en sus primeros siete partidos, y el manager lo llamó para dialogar. "El Sr. Torre me dijo, 'Ven aquí, siéntate'", recordó Canó. "Yo dije, '¿Me van a enviar a las menores?' Él dijo, 'No, no te preocupes por eso. Sigue haciendo buen swing y comenzarán a caer los hits'. Ahí fue que comencé a batear bien". Canó se enfrascó en una racha de 22-13 luego de su conversación, y encontró su rumbo. Aprendió aún más con una lección difícil en septiembre de 2008, cuando Girardi lo puso en el banco por no correr rápido luego de un elevado corto al jardín derecho contra Tampa Bay. Canó, siete meses después de firmar una extensión de contrato por $30 millones, necesitaba que alguien lo estimulara luego que el entrenador de tercera base Larry Bowa dejó los Yankees para unirse a Torre en Los Ángeles. Hay que darle crédito, pues Canó tomó la responsabilidad por el incidente y aprendió de él.
"Joe dijo que yo no estaba jugando duro", dijo Canó. "Yo cometí un error y pagué por él. Yo soy humano. Yo no soy perfecto. Ese fue un año malo. Simplemente sucedió".
Canó tiene ojos soñolientos, una sonrisa permanente y un aura relajada que puede ser confundida con falta de pasión en ocasiones. Pero su amor por el béisbol siempre está presente. Varias horas antes de un partido reciente en Camden Yards, se fue a la caja de bateo interior para una práctica temprana de bateo, luego regresó al camerino y se sentó frente a una computadora para analizar sus turnos recientes al bate. Poco después, se le veía jugando con una pequeña bola de básquetbol en el camerino. Un poco después, mientras a Canó le hacían una entrevista en su casillero, Jeter lo agarró la cabeza y el cuello al estilo de un hermano mayor. "¿Qué pasa?", dijo Canó en español con un tono elevado y agitado.
"Yo he estado habla-ing bueno sobre ti", contestó Jeter. "Pero yo puedo cambiar eso".
¿Y cuáles son los factores negativos? Si la gente del béisbol ha dejado de comparar a Canó con Rod Carew, se debe en parte a que éste batea la pelota con mucho más poder. Carew llegó a registrar hasta 14 jonrones en una temporada, y Canó, un tipo grande para los estándares de segunda base con seis pies de estatura y 205 libras, pegó 25 vuelacercas la temporada pasada. Podría alcanzar 30 este año. También vale la pena señalar que Canó cuenta con 899 imparables en segunda base desde su debut de Grandes Ligas en mayo de 2005. El intermedista de Filadelfia Chase Utley está segundo en esa posición con 875 para ese mismo periodo. "Yo odio cuando siempre tratan de decir que alguien es el próximo otro alguien", dice Jeter. "Sólo déjalo ser quien él es. ¿Por qué tiene que ser Rod Carew? Sólo existe un Rod Carew. Deja que Robby sea Robby". Cosa que los Yankees contestan con un simple "amén".
Por Jerry Crasnick
ESPN.com
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