Albert Pujols lleva nueve partidos sin producir carreras y su promedio coquetea en .300.
Es por algo que la frustración se ha empezado a notar para un jugador para el cual producir siempre ha sido un trámite fácil.
Mayo no ha sido un buen mes para el tres veces ganador del premio al Más Valioso de la Liga Nacional. Apenas tiene un jonrón y 10 remolcadas con un magro promedio al bate de .267. El viernes, cuando Ryan Ludwick fue sorprendido en intento de robo para el último out del octavo inning con Pujols en el plato y los Cardenales arriba por cuatro carreras, Pujols hizo azotar su bate contra el terreno de juego. Siguió molesto al regresar a la cueva, donde mantuvo un breve cruce de palabras con el manager Tony La Russa. "No fue algo grave", dijo La Russa el lunes. "Me molestó que fuese noticia, porque esas cosas pasan en la cueva una o dos veces a la semana". Pujols reconoce que quizás se está poniendo demasiada presión para reanimar una ofensiva que no ha carburado del todo al batear ya sea adelante o detrás de Matt Holliday, la otra figura de los Cardenales que la está pasando peor.
"Creo que es justo. Yo y Matt somos los dos tipos fuertes", dijo Pujols. "A veces cuando no estamos produciendo carreras o bateando de la forma como queremos, entonces queremos cargarnos encima al equipo y así no funcionan las cosas". San Luis confía que Pujols saldrá de su mala racha. Siempre lo hace.
Después de todo, Pujols ha hilvanado sin falta campañas de .300 con 100 impulsadas y 30 jonrones desde su debut en 2001. "Creo que la gente se ha acostumbrado a un nivel tan superlativo que entran en pánico cuando se da una leve merma", comentó el gerente general John Mozeliak. "Yo no estoy en ese grupo. Creo que le irá bien". Pujols cumple el último año de un contrato de siete por 100 millones de dólares con San Luis. Los Cardenales pueden ejercer una opción de 16 millones el año que viene.
De momento, los Cardenales necesitan de Pujols más que nunca al considerar que tienen a un par de abridores por lesiones: Brad Penny (espalda) y Kyle Lohse (antebrazo). Pese a todo, los Cardenales cerraron 5-2 una serie de partidos en casa y recuperaron el primer lugar de la división Central de la Liga Nacional. Pujols había sido tan puntual que no fue hasta ahora que La Russa decidió ponerle como cuarto al bate, en vez de su habitual tercero, en los primeros cinco partidos de la tanda en casa para que Holliday pudiese reaccionar. El cambio no surtió efecto en ninguno de los dos. Holliday, quien el sábado disparó su primer jonrón desde el 19 abril, comparte el quinto puesto de remolcadas del club con 18. Pujols se fue de 10-0 con dos boletos en la serie interligas con los Angelinos y cometió sus dos primeros errores de la temporada en la inicial.
Lo normal es que el balance de boletos y ponches de Pujols oscile el 2-1, pero no este años con 31 boletos y 24 ponches. Pujols insiste que no ha expandido su zona de strike y que el asunto se ha debido a que en ocasiones no ha visto la pelota como solía hacerlo. "Supongo que es porque no estoy bateando para .350, por eso me hacen la pregunta", le respondió a un reportero. "No crea que se justo decir que ando mal cuando tienes promedio de .300". "Obviamente, les he mimado con promedio de .350 cada mes, con tantos jonrones e impulsadas", añadió. "No siempre se da lo que quieres al máximo. ¿Cuándo uno se siente al máximo en este deporte?". Tampoco parece inquietarle la disminución de su capacidad jonrones y que se remonta desde finales de la temporada pasada, cuando terminó con su peor racha de 89 turnos al bate sin cuadrangular.
"No me preocupa nada de eso. Los jonrones son cuestiones de rachas, pues cuando bateas uno puedes seguir enrachado y sumar 20 en menos de dos o tres semanas", agregó.
"Ya les diré en septiembre y estoy seguro que mis numeritos van a estar en esas cifras", indicó Pujols.
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