Dionisio Soldevila

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SECUNDAMOS AL SR. DIONISIO SOLDEVILA AL REFERIRCE AL TEMA DE OZZIE GUILLEN SOBRE LOS PRIVILEGIOPS QUE LOS ASIATICOS TIENEN POR ENSIMA DE LOS LATINOS. EL DIRIGENTE DE LOS MEDIAS NEGRAS NO ES NINGUN LOCO AUNQUE ASI LO PAREZCA.

SANTO DOMINGO / DIONISIO SOLDEVILA

Nuevamente el nombre de Ozzie Guillén está en medio de una gran controversia. Eso no tiene nada de extraño o raro, o diferente a lo que hemos visto y vivido alrededor del dirigente de los Medias Blancas de Chicago en su carrera como capataz. Esta semana, Guillén dijo una de las verdades más contundentes del negocio cuando criticó los privilegios que reciben los jugadores asiáticos al llegar a las mayores, cuando se les asigna un traductor y tienen otros "periquitos" que los latinos no reciben.

Recuerdo la primera vez que me tocó entrevistar a Hideki Matsui, cuando pertenecía a los Yanquis de Nueva York y todavía retenía su apodo de Godzilla. A pesar que Matsui entendía cierto inglés, la entrevista se realizó a través de un intérprete en el clubhouse de los Yanquis en el parque de entrenamientos en Tampa, Florida. Quizás para muchos signifique poco, pero nunca un latino ha tenido un intérprete que no sea un compañero de equipo o un coach. Y eso no significa mucho si se está en Grandes Ligas. ¿Pero qué decir de un muchacho que es enviado a Iowa en un circuito minoritario donde ni siquiera sabe ordenar comida en un restaurante? Esa realidad queda bien expresada en la película Sugar, varias veces galardonada tanto en Estados Unidos como en varios festivales de cine. Y entonces viene la irritante pregunta de Ozzie: ¿Por qué a los asiáticos se les dan privilegios con los que los latinos no pueden ni soñar? Eso es algo que solo pueden explicar los gerentes generales y dueños de equipos en las mayores, y esto ha levantado muchas ronchas en Grandes Ligas hasta el punto que los Medias Blancas contradijeron a su dirigente y éste se vio en la obligación de asumir la posición de que fue "sacado de contexto". 

La diferencia social entre un pelotero latino y uno asiático es enorme. Los hispanos vienen en su mayoría de una extrema pobreza y poco grado de educación escolar. Los asiáticos, por el contrario, tienen miles de oportunidades que los otros carecen. De ahí la irritación del venezolano Guillén. Guillén también tocó el tema tabú de los esteroides y dijo que nadie en las Grandes Ligas hace nada por educar a los peloteros latinos para evitar ese flagelo. En lo particular creo que se fue un poco lejos en ese sentido. Pero hay una realidad que no puede esconderse y es que más que educar o realmente concientizar, las Grandes Ligas sancionan el uso de esteroides. Y esas sanciones han comenzado a crear cierto tipo de consciencia. El año pasado, 25 jugadores arrojaron positivo a dopaje en la Dominican Summer League, de acuerdo a su presidente Orlando Díaz. Este año, cuando apenas faltan unas dos semanas para que la misma finalice, solo 12 jugadores han sido suspendidos por uso de sustancias prohibidas, según Díaz. 

Desde su nombramiento como jefe de la oficina de MLB en el país y tras el escándalo por el que fue sustituido su predecesor, Sandy Alderson ha fortalecido diferentes facetas del programa antidopaje que van desde pruebas a jugadores antes de ser firmados hasta declaraciones juradas de padres y entrenadores de que los peloteros no han consumido sustancias para mejorar el rendimiento que se encuentren sancionadas.

Pero en lo que concierne a Guillén, creo que él se fue por el camino y la teoría actual de que solo existe un sistema represivo exclusivo para el jugador y no uno que sea más orientador a nivel general. En lo particular, por más bocón que sea, no creo que Guillén se haya equivocado al decir lo que dijo. 

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