Primero fue Alex Rodríguez que confesó el uso de esteroides después de haberlo negado por mucho tiempo y en esa carroza de confesiones mostrando sus cajas torácicas popeyanas están Jason Giambi, Manny Ramírez y un amplio batallón en el Informe Mitchell y en la famosa lista de los 103 inculpados que Rotowire publicó y nadie ha desmentido. Jason Giambi nunca dijo exactamente qué diablos fue lo que consumió. Alex Rodríguez emitió dos diferentes versiones definitivas de "Su Verdad" en un lapso de una semana y media y nadie creyó la versión de que su primo Yuri Sucart le suministraba el medicamento adquirido en nuestro país. Y Manny Ramírez todavía no ha explicado cómo los medicamentos para la fertilidad femenina hizo en su torrente sanguíneo.¿Qué les parece Trifecta de la confesión?
La realidad es que todos los que navegaron en el océano de los esteroides se hicieron multimillonarios, por aquel viejo axioma beisbolero: "El jugador que da jonrones viaja en Cadillac y el de promedio en un VW". Ahora, cinco años más tarde, Mark McGwire habló sobre su pasado y confesó con lágrimas los motivos por las cuáles engañó la esencia de este espectáculo. ¿Eran reales las lágrimas? Lo dudo. Lo siento, pero es tarde para esta novelita rosa. Big Mac confesó porque tiene que enrolarse de nuevo en el mundo del béisbol como coach de los Cardenales de San Luis y así evitar ser una distracción en los campos de entrenamientos.
Big Mac, el Búfalo de Pomona, hizo millones de dólares que no habría hecho sin esteroides. McGwire hizo historia gracias al pie de amigo de los esteroides. La burla de su confesión es cuando dice que la droga era sólo para ayudarlo a mantenerse libre de lesiones, en buen estado físico. Hoy me siento orgulloso de haber disfrutado los jonrones de Hank Aaron, Mickey Mantle, Willie Mays, Roger Maris, Frank Robinson, cuyo físico eran normales y sus condiciones atléticas extraordinarias.
Si pasamos revista a esos grandes jonroneros, hoy habría que colocarle asteriscos a la producción que lograron con una leyenda que diga: "Producción lograda usando droga para mejorar el rendimiento".
Mientras yo sospechaba que consumió esteroides, le daba el beneficio de la duda, porque su uso no había sido probada, ahora me siento frustrado de haber aplaudido su batalla de jonrones con Sammy Sosa en 1998. McGwire admitió haber hecho trampa y eso no puede aplaudirse. A medida que más jugadores de la Era de Esteroides aparezcan en la boleta del Salón de la Fama, como es el caso del próximo año de Rafael Palmeiro, recibirán el voto de castigo. Y eso es lo correcto, no se puede premiar a quienes recurriendo a malas artes desprestigiaron el béisbol.
Bienbenido Rojas lasemanadeportiva.com
Big Mac, el Búfalo de Pomona, hizo millones de dólares que no habría hecho sin esteroides. McGwire hizo historia gracias al pie de amigo de los esteroides. La burla de su confesión es cuando dice que la droga era sólo para ayudarlo a mantenerse libre de lesiones, en buen estado físico. Hoy me siento orgulloso de haber disfrutado los jonrones de Hank Aaron, Mickey Mantle, Willie Mays, Roger Maris, Frank Robinson, cuyo físico eran normales y sus condiciones atléticas extraordinarias.
Si pasamos revista a esos grandes jonroneros, hoy habría que colocarle asteriscos a la producción que lograron con una leyenda que diga: "Producción lograda usando droga para mejorar el rendimiento".
Mientras yo sospechaba que consumió esteroides, le daba el beneficio de la duda, porque su uso no había sido probada, ahora me siento frustrado de haber aplaudido su batalla de jonrones con Sammy Sosa en 1998. McGwire admitió haber hecho trampa y eso no puede aplaudirse. A medida que más jugadores de la Era de Esteroides aparezcan en la boleta del Salón de la Fama, como es el caso del próximo año de Rafael Palmeiro, recibirán el voto de castigo. Y eso es lo correcto, no se puede premiar a quienes recurriendo a malas artes desprestigiaron el béisbol.
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