ORLANDODesde Puerto Rico a Orlando a Nueva York el silencio era tan ruidoso que molestaba en los oídos. Sorpresa, incredulidad, pesar, llegaron primeros; dolor, molestia, ira, se presentaron después. Ese fue el panorama alrededor de los fanáticos hispanos, especialmente los puertorriqueños, cuando se anunció el resultado de las votaciones de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés) para la clase del 2010 del Salón de la Fama de Cooperstown.
El antiguo jardinero Andre Dawson fue el único jugador que superó el 75% de los votos necesarios para ingresar al pabellón de los inmortales. Dawson estaba en su novena oportunidad en la boleta de los periodistas. El ex-intermedista puertorriqueño Roberto Alomar, una de las apuestas latinoamericanas más seguras de todos los tiempos, se quedó corto por escaso margen (73,2%), en tanto que su compatriota Edgar Martínez fue nombrado en el 36,2% de las papeletas, garantizando ambos su regreso a la contienda el próximo año. Peor fue para el venezolano Andres Galarraga (4,1%) y el descendiente de cubanos David Seguí (0,2%), quienes automáticamente quedaron inelegibles por los escritores tras fallar en alcanzar el requerido mínimo del 5% de los votos. Llegar a Cooperstown nunca ha sido tarea fácil, sobretodo para los representantes de las llamadas minorías étnicas (negros, latinos, asiáticos, indígenas, etc.) que tuvieron las puertas cerradas a Grandes Ligas hasta hace apenas 60 años.
Más de 17.000 peloteros han desfilado por las Grandes Ligas desde que se fundó la Liga Nacional en 1876 y solamente 203 han recibido el llamado del Salón de la Fama. Eso significa que solamente un 1,2% de los jugadores del Big Show han llegado a Cooperstown.
Es preciso aclarar que la población total del Salón de la Fama, incluyendo los elegidos en el 2010, es de 292 personas (203 peloteros de Grandes Ligas, 35 jugadores de las Ligas Negras, 26 ejecutivos, 19 managers y nueve árbitros). Pero pese a todos esos parámetros de dificultad, la no escogencia de Alomar en su primera convocatoria es llamativa desde todos los ángulos. El boricua no solamente fue un gran pelotero de su era, sino posiblemente el intermedista más completo de la historia. Alomar, quien ganó 10 Guantes de Oro -- la mayor cantidad para jugadores de su posición -- y bateó promedio de .300 con 2.724 hits, 474 robos, 1.508 carreras anotadas y 1.134 empujadas, fue convocado 12 veces al Juego de Estrellas, obtuvo cuatro Bates de Plata y en 1992-93 ayudó a que Toronto ganara sus únicos dos trofeos de la Serie Mundial.
Durante la mayor parte de sus 17 temporadas (con San Diego, Toronto, Baltimore, Cleveland, Mets de Nueva York, Arizona y Medias Blancas de Chicago) Alomar fue jugador estelar, al punto de que sorprendió a muchos cuando anunció su retiro antes de la temporada del 2005, con 36 años recién cumplidos.
Alomar no fue un buen pelotero. Alomar fue una súper estrella en defensa, bateo y el corrido de las bases. No quería mencionar el odioso tema, pero el hecho de que Alomar nunca fue acusado de usar sustancias para mejorar el rendimiento, aumenta notablemente la potabilidad de su candidatura.
SOBRE VOTOS Y EXCLUSIÓN
• Los más votados: Ningún jugador ha conseguido la unanimidad para entrar a Cooperstown, lo que significa que sin importar la grandeza o fama de un pelotero siempre apareció algún elector que consideró que no reunía los méritos para entrar al Salón de la Fama, lo que pone en entredicho el espíritu de los criterios que aplican los electores. Tom Seaver (98,84%), Nolan Ryan (98,79), Cal Ripken Jr. (98,53), Ty Cobb (98,23) y George Brett (98,19) son los jugadores que entraron con los mayores porcentajes de aceptación de la historia.
• ¿Qué diantres pensaban? La lógica indica que muchos de los integrantes de Cooperstown debieron recibir la aprobación de todos los votantes hábiles en el momento que llegaron a la boleta. Sin embargo es notable, curioso y hasta ridículo que nueve periodistas le negaran la grandeza a Hank Aaron, 11 a Babe Ruth, 19 a Steve Carlton, 20 a Ted Williams, 23 a Willie Mays, 39 a Ozzie Smith y 42 a Rod Carew.
¡Que 11 periodistas hayan dejado de votar por Ruth en 1936 y 23 por Mays en 1979 debería ser la vergüenza más grande de la historia para los periodistas con voto para Cooperstown! Este año se necesitaban 405 votos para superar la prueba, pero Alomar (397) se quedó corto por ocho votos. Un total de 142 escritores no incluyeron el nombre de Alomar en sus boletas.
Peor aún, hubo cinco periodistas que entregaron la boleta en blanco, en clara alusión a que, según sus consideraciones, no había ningún candidato que valiera la pena para ser llevado al Salón de la Fama.
• Boleta del 2010: La BBWAA distribuyó 539 boletas en el 2010, seis menos que el récord de todos los tiempos (545 en 2007). Desde 1986 se han entregado al menos 400 boletas cada año y solamente siete veces el total alcanzó el medio millar (además de 2010 y 2007, también hubo 515 en 2001, 506 en 2004, 516 en 2005, 520 en 2006 y 543 en 2008).
• Membresía por posición: De los 232 jugadores (electos por periodistas o cualquier comité especial), Dawson es el jardinero derecho número 24. Hay 71 lanzadores, 23 SS, 23 CF, 23 RF, 21 LF, 21 1B, 19 2B, 13 3B, 16 catchers y un solo bateador designado. Paul Molitor, quien fue electo en el 2004, es el único jugador considerado bateador designado que alcanzó el Salón de la Fama. Molitor agotó casi la mitad de sus turnos (10.835) como designado (5.328).
El antiguo jardinero Andre Dawson fue el único jugador que superó el 75% de los votos necesarios para ingresar al pabellón de los inmortales. Dawson estaba en su novena oportunidad en la boleta de los periodistas. El ex-intermedista puertorriqueño Roberto Alomar, una de las apuestas latinoamericanas más seguras de todos los tiempos, se quedó corto por escaso margen (73,2%), en tanto que su compatriota Edgar Martínez fue nombrado en el 36,2% de las papeletas, garantizando ambos su regreso a la contienda el próximo año. Peor fue para el venezolano Andres Galarraga (4,1%) y el descendiente de cubanos David Seguí (0,2%), quienes automáticamente quedaron inelegibles por los escritores tras fallar en alcanzar el requerido mínimo del 5% de los votos. Llegar a Cooperstown nunca ha sido tarea fácil, sobretodo para los representantes de las llamadas minorías étnicas (negros, latinos, asiáticos, indígenas, etc.) que tuvieron las puertas cerradas a Grandes Ligas hasta hace apenas 60 años.
Más de 17.000 peloteros han desfilado por las Grandes Ligas desde que se fundó la Liga Nacional en 1876 y solamente 203 han recibido el llamado del Salón de la Fama. Eso significa que solamente un 1,2% de los jugadores del Big Show han llegado a Cooperstown.
Es preciso aclarar que la población total del Salón de la Fama, incluyendo los elegidos en el 2010, es de 292 personas (203 peloteros de Grandes Ligas, 35 jugadores de las Ligas Negras, 26 ejecutivos, 19 managers y nueve árbitros). Pero pese a todos esos parámetros de dificultad, la no escogencia de Alomar en su primera convocatoria es llamativa desde todos los ángulos. El boricua no solamente fue un gran pelotero de su era, sino posiblemente el intermedista más completo de la historia. Alomar, quien ganó 10 Guantes de Oro -- la mayor cantidad para jugadores de su posición -- y bateó promedio de .300 con 2.724 hits, 474 robos, 1.508 carreras anotadas y 1.134 empujadas, fue convocado 12 veces al Juego de Estrellas, obtuvo cuatro Bates de Plata y en 1992-93 ayudó a que Toronto ganara sus únicos dos trofeos de la Serie Mundial.
Durante la mayor parte de sus 17 temporadas (con San Diego, Toronto, Baltimore, Cleveland, Mets de Nueva York, Arizona y Medias Blancas de Chicago) Alomar fue jugador estelar, al punto de que sorprendió a muchos cuando anunció su retiro antes de la temporada del 2005, con 36 años recién cumplidos.
Alomar no fue un buen pelotero. Alomar fue una súper estrella en defensa, bateo y el corrido de las bases. No quería mencionar el odioso tema, pero el hecho de que Alomar nunca fue acusado de usar sustancias para mejorar el rendimiento, aumenta notablemente la potabilidad de su candidatura.
SOBRE VOTOS Y EXCLUSIÓN
• Los más votados: Ningún jugador ha conseguido la unanimidad para entrar a Cooperstown, lo que significa que sin importar la grandeza o fama de un pelotero siempre apareció algún elector que consideró que no reunía los méritos para entrar al Salón de la Fama, lo que pone en entredicho el espíritu de los criterios que aplican los electores. Tom Seaver (98,84%), Nolan Ryan (98,79), Cal Ripken Jr. (98,53), Ty Cobb (98,23) y George Brett (98,19) son los jugadores que entraron con los mayores porcentajes de aceptación de la historia.
• ¿Qué diantres pensaban? La lógica indica que muchos de los integrantes de Cooperstown debieron recibir la aprobación de todos los votantes hábiles en el momento que llegaron a la boleta. Sin embargo es notable, curioso y hasta ridículo que nueve periodistas le negaran la grandeza a Hank Aaron, 11 a Babe Ruth, 19 a Steve Carlton, 20 a Ted Williams, 23 a Willie Mays, 39 a Ozzie Smith y 42 a Rod Carew.
¡Que 11 periodistas hayan dejado de votar por Ruth en 1936 y 23 por Mays en 1979 debería ser la vergüenza más grande de la historia para los periodistas con voto para Cooperstown! Este año se necesitaban 405 votos para superar la prueba, pero Alomar (397) se quedó corto por ocho votos. Un total de 142 escritores no incluyeron el nombre de Alomar en sus boletas.
Peor aún, hubo cinco periodistas que entregaron la boleta en blanco, en clara alusión a que, según sus consideraciones, no había ningún candidato que valiera la pena para ser llevado al Salón de la Fama.
• Boleta del 2010: La BBWAA distribuyó 539 boletas en el 2010, seis menos que el récord de todos los tiempos (545 en 2007). Desde 1986 se han entregado al menos 400 boletas cada año y solamente siete veces el total alcanzó el medio millar (además de 2010 y 2007, también hubo 515 en 2001, 506 en 2004, 516 en 2005, 520 en 2006 y 543 en 2008).
• Membresía por posición: De los 232 jugadores (electos por periodistas o cualquier comité especial), Dawson es el jardinero derecho número 24. Hay 71 lanzadores, 23 SS, 23 CF, 23 RF, 21 LF, 21 1B, 19 2B, 13 3B, 16 catchers y un solo bateador designado. Paul Molitor, quien fue electo en el 2004, es el único jugador considerado bateador designado que alcanzó el Salón de la Fama. Molitor agotó casi la mitad de sus turnos (10.835) como designado (5.328).
Por Enrique Rojas/diadeportivo.com
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