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A través del tiempo, el mundo ha visto grandes imperios que han dominado la faz de la tierra de diversas maneras. Todo el mundo sabe la importancia y control del imperio romano, carolingio, el mesopotámico, el anglosajón, el español o el francés. Pero todos esos imperios cayeron, y en la pelota invernal dominicana la historia se ha repetido y de mala manera, con los Tigres del Licey y las Aguilas Cibaeñas, dos equipos emblemáticos del béisbol caribeña, cuyos dominios lograron ponerse por encima de la liga.
Entre las campañas 1995-96 y 2008-09, ningún equipo con un nombre diferente al del Licey y Aguilas ganó un campeonato en la República Dominicana y durante ese período se enfrentaron en seis ocasiones. Pero el campeonato 2010-11 encuentra a estas dos organizaciones enfrentando una situación severa y de consideración. Ya la pasada campaña las Aguilas Cibaeñas se quedaron fuera de la postemporada por primera vez en 20 años y los Leones del Escogido rompieron en el 2009-10 la hegemonía de 13 años del reinado azul y amarillo.
¿Qué ha pasado?
En el caso de las Aguilas, el equipo no tuvo un proceso de rejuvenecimiento y de buenas a primeras el equipo se puso demasiado viejo. Al ver la rotación abridora nos encontramos con veteranos como John Halama, Julián Tavárez y Lorenzo Barceló. En el equipo aparece el nombre del veterano Luis Polonia, quien juega su temporada 26 en el béisbol caribeño (y supuestamente su última) pero tiene un promedio de .158, sin jonrones o empujadas en nueve partidos. Algo similar sucede con Mendy López, quien se encuentra a solo un jonrón del récord de por vida de la pelota quisqueyana, pero en nueve encuentros registra un bateo de .115, con un jonrón y una impulsada.
Las Aguilas se han quedado sin ofensiva, sin pitcheo y sin relevo y con una marca de 5-11 (y 4-6 bajo la dirigencia de Tony Peña) en una campaña de 50 partidos y hundidos en el último lugar del torneo, parece que la magia finalmente se ha acabado. Para el Licey, las cosas no han marchado muy bien tampoco en este 2010-11 y con una foja de 6-10, el futuro inmediato tampoco luce muy prometedor. Con Dave Clark como dirigente, el Licey ha tenido serios inconvenientes para encontrar el camino del triunfo. Pocas cosas le han salido bien. El principal hueco que han tenido los azules ha sido en el campo corto, donde comenzaron la temporada con el nicaragüense Everth Cabrera, y quien fue despedido tras batear .125 y cometer cuatro errores defensivos.
Tras la salida de Cabrera, Yamaico Navarro ha asumido la posición, pero aunque su bate de calidad lo convierte en imprescindible, su defensa de siete errores en 15 partidos entre la tercera base y el campo corto deja mucho que desear. En el jardín central también ha habido un hueco, con Reggie Abbercrombie mostrando deficiencias para cubrir el espacioso bosque del Estadio Quisqueya. Los lanzadores abridores también han tenido problemas con Jorge Sosa (4.91 de efectividad), Robert Coello (5.94) y Ramón Ortiz (14.21) fracasando en sus primeros turnos. Mientras, equipos como Estrellas Orientales (11-4), Toros del Este (10-5) y Leones del Escogido (9-6) han asumido el control de la liga.
¿Seguirán las cosas así? Aun hay que esperar y ver cómo se pueden fortalecer, pero si el imperio no ha caído, al menos parece estar en ese proceso.
ESPNDEPORTES.COM / DIONISIO SOLDEVILA
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