A pesar de los más de 100 años sin ganar de los Cachorros de Chicago, Aramis Ramírez no cambia su estadía en el equipo de la Liga Nacional por nada.
El antesalista, que pertenece a los Tigres en la pelota local, desea ser un “cachorro” hasta el final de su carrera, aunque reconoce las debilidades del club para luchar por una corona de campeón. “Falta un abridor, un primera base y un preparador de mesa”, expresa Ramírez al ser consultado por la prensa. Sin embargo, atribuyó a las lesiones de jugadores importantes la caída del combinado que estaba llamado a competir por el primer lugar de la División Central de la Liga Nacional. “Quisiera terminar mi carrera con el equipo, mi familia y yo nos sentimos cómodos en la ciudad”, declaró el poderoso bateador. En la pasada campaña, debido a lesiones solo pudo participar en 124 partidos.
Terminó con un promedio de .241; pero disparó 25 cuadrangulares y remolcó 83 vueltas. “Me han dado un buen trato y eso vale mucho. Es un equipo que me ha hecho sentir bien”, agregó el defensor de la esquina caliente, quien batea para .282 con 289 jonrones y 1,029 carreras empujadas en 13 campañas en las Ligas Mayores con Pittsburg y Chicago. “Esperó contar con mejor salud y así poder lograr mejores números para el equipo en la próxima campaña”, añadió Ramírez, quien ejerció la opción de su contrato por 16 millones de dólares para el 2011.
LICEY.COM
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