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SANTO DOMINGO (El Nacional).-Hay quienes no quieren reconocer la revolución de los pequeños, los de abajo, beisbolísticamente hablando. Las posiciones de la punta lograda por Toros y Estrellas son un reconocimiento al sistema de sorteo de novatos establecido por la Liga Dominicana a principio de este decenio. Un Licey descartado temprano, Aguilas luchando desesperadamente por clasificar, Gigantes, uno de los clubes más exitosos en el último lustro, en idéntica situación. Los Leones del Escogido, monarcas del torneo pasado, llegaron a su penúltima fecha con chance de lograr un triple empate en primero y por igual de quedar eliminado por vía de un desempate de triple magnitud. La justa de este año como la del pasado señala que competitivamente la liga marcha bien porque ha llegado el esperado equilibrio de los equipos.
Ya no es una liga de Licey y Aguilas, hay que contar con otros cuatro candidatos a las finales. Durante años se podía pronosticar sin temor a fallar, la segura clasificación de uno o dos equipos que incluso ya en mitad de noviembre comenzaban a echarse fresco y ver la desesperación de los demás. Los tiempos están cambiando y en ese aspecto es para bien. Cada conjunto tendrá que salir a ganar su espacio para los playoffs durante los dos meses de calendario. Los veteranos de muchos años en la pelota local han comenzado a dar paso a una nueva generación.
Julián Tavárez, Carlos Pérez, Ronnie Belliard, Darío Veras, Eddie Garabito, Bernie Castro, Miguel Batista, hombres determinantes en el pasado, ahora tienen que contemplar el brillo de las figuras que surgen como Starling Castro, Yamaico Navarro, Eury Pérez, Alexander Colomé, Omar Luna, Elian Herrera, Alexander Valdez, Aneuris Rodríguez, Engel Beltré, Carlos Peguero entre otros. Cambian los tiempos en la Liga Dominicana con la revuelta de “los de abajo”.
LICEY.COM
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