rllr en pelota
NUEVA YORK.
Derek Jeter y Miguel Tejada nacieron con 32 días de diferencia en 1974. Ambos jugaron en el mismo equipo Estrella de la Liga Americana en tres ocasiones, durante una era dorada de los torpederos en el circuito que incluyó a Alex Rodríguez, Nomar Garciaparra y Omar Vizquel.
Ahora, según ambos, se acercan a sus cumpleaños 37, Jeter, de los Yanquis, y Tejada, de los Gigantes, mantienen vínculos. Todavía juegan en el campo corto para equipos de calibres de campeones, pero están apagados con lentos inicios y son objetos de escrutinio prácticamente en cada turno al bate que agotan. Jeter está bateando .244 con apenas dos extra bases mientras se hace out cinco veces con rodados por cada pelota que batea de hit. Tejada batea para .205 y tiene apenas seis extra bases y siete líneas. Ambos vienen de temporadas por debajo, así que la muestra de preocupación se remonta a más de un mes.
No hay dudas de que Jeter y Tejada afrontan rachas al punto tal que sus dirigentes enfrentarán las interrogantes de considerar moverlos en el orden al bate o la cantidad de días de descansos que necesitarán darles. Pero, ¿adivinen qué? Es lo que la vida acostumbra ser para los infielders (del campo medio) de 37 años. Todos debemos recalcular lo que debería esperarse de jugadores según llegan a finales de los 30.
No es solamente Jeter y Tejada. Una clase completa de jugadores deberían ser tomados para formar tablas de tipos actuariales para los años antes de que llegara la época de esteroides. Es normal para los jugadores que desciendan tras pasar de los 35 años. Fue anormal para los jugadores de esa edad que mejoraran. Los jugadores de impacto de finales de los 30 años ya no existen en el béisbol. Scott Rolen, de 36 años, fue a la lista de lesionados de Boston con dolores en un hombro y promedio de bateo de .217. Manny Ramírez, de 38, se retiró de los Rays después de fallar en una prueba de dopaje y con un hit en 17 turnos al bate. Jason Varitek, 39, y Mike Cameron, 38, batean en conjunto para .102 para Boston con un extra base.
Hay 12 jugadores de 36 o más años esta temporada con suficientes apariciones en el plato para calificar para el liderato de bateo. Solamente dos de ellos están ranqueados entre los primeros 80 mejores promedios de OPS (la suma del promedio de embasarse con el slugging): Chipper Jones (en el puesto 64) y Jamey Carroll (79). El resto de ellos tienen un OPS por debajo de la media: Johnny Damon, Ichiro Suzuki, Bobby Abreu, Jorge Posada, Hideki Matsui, Orlando Cabrera, Vladimir Guerrero, Raúl Ibáñez, Jeter y Tejada. Es una cuestión de quién es quién y de quién fue.
La era de los esteroides nos engañó en pensar que los jugadores todavía podrían ser de impacto a esa edad. Nos estamos dando cuenta qué fraudulenta fue esa era. La prohibición de las anfetaminas (en vigencia desde 2006) también pudo tener un impacto en jugadores mayores, incluyendo la frecuencia con la que estaban en las alineaciones.
El Año del Pitcheo se está convirtiendo en la Era del Pitcheo. La ofensiva en abril es la peor que alguien haya visto en el inicio de una campaña en una generación (desde 1992). Hubo tres blanqueadas más el lunes. Y no espere que la ofensiva suba con el clima. El mes de mayor anotación la temporada pasada (calculado en carreras por juegos) fue... abril. De hecho, la tasa de carreras anotadas decreció sin excepción según la campaña maduró; mayo fue peor que abril, junio peor que mayo, julio peor que junio, y así sucesivamente.
El promedio de anotación ha bajado un cinco por ciento con relación al abril pasado, que fue un 6% menor que abril de 2009. Y mucha de la ofensiva que se ha ido del juego se debe al declive de los jugadores mayores. Échele un vistazo a esto: mientras en 2003 (el último año en que los jugadores pudieron utilizar las drogas para mejorar el rendimiento) los bateadores de 36 o más edad batearon para .265, en 2011 lo hacen para .240. En 2003, hubo siete jugadores de 36 o más años que consiguieron un OPS de .800 o mejor. La temporada pasada apenas hubo uno: Matsui. Los equipos han aprendido a no comprometer largos contratos con jugadores mayores ni ha elaborar nóminas en torno a jugadores mayores de 30 y tantos años. Las extensiones a Troy Tulowitzki y Ryan Braun, por ejemplo, expirarán cuando ellos cumplan 35 y 36 años.
Sports Illustrated (Versión Nathanael Pérez Neró)
Ahora, según ambos, se acercan a sus cumpleaños 37, Jeter, de los Yanquis, y Tejada, de los Gigantes, mantienen vínculos. Todavía juegan en el campo corto para equipos de calibres de campeones, pero están apagados con lentos inicios y son objetos de escrutinio prácticamente en cada turno al bate que agotan. Jeter está bateando .244 con apenas dos extra bases mientras se hace out cinco veces con rodados por cada pelota que batea de hit. Tejada batea para .205 y tiene apenas seis extra bases y siete líneas. Ambos vienen de temporadas por debajo, así que la muestra de preocupación se remonta a más de un mes.
No hay dudas de que Jeter y Tejada afrontan rachas al punto tal que sus dirigentes enfrentarán las interrogantes de considerar moverlos en el orden al bate o la cantidad de días de descansos que necesitarán darles. Pero, ¿adivinen qué? Es lo que la vida acostumbra ser para los infielders (del campo medio) de 37 años. Todos debemos recalcular lo que debería esperarse de jugadores según llegan a finales de los 30.
No es solamente Jeter y Tejada. Una clase completa de jugadores deberían ser tomados para formar tablas de tipos actuariales para los años antes de que llegara la época de esteroides. Es normal para los jugadores que desciendan tras pasar de los 35 años. Fue anormal para los jugadores de esa edad que mejoraran. Los jugadores de impacto de finales de los 30 años ya no existen en el béisbol. Scott Rolen, de 36 años, fue a la lista de lesionados de Boston con dolores en un hombro y promedio de bateo de .217. Manny Ramírez, de 38, se retiró de los Rays después de fallar en una prueba de dopaje y con un hit en 17 turnos al bate. Jason Varitek, 39, y Mike Cameron, 38, batean en conjunto para .102 para Boston con un extra base.
Hay 12 jugadores de 36 o más años esta temporada con suficientes apariciones en el plato para calificar para el liderato de bateo. Solamente dos de ellos están ranqueados entre los primeros 80 mejores promedios de OPS (la suma del promedio de embasarse con el slugging): Chipper Jones (en el puesto 64) y Jamey Carroll (79). El resto de ellos tienen un OPS por debajo de la media: Johnny Damon, Ichiro Suzuki, Bobby Abreu, Jorge Posada, Hideki Matsui, Orlando Cabrera, Vladimir Guerrero, Raúl Ibáñez, Jeter y Tejada. Es una cuestión de quién es quién y de quién fue.
La era de los esteroides nos engañó en pensar que los jugadores todavía podrían ser de impacto a esa edad. Nos estamos dando cuenta qué fraudulenta fue esa era. La prohibición de las anfetaminas (en vigencia desde 2006) también pudo tener un impacto en jugadores mayores, incluyendo la frecuencia con la que estaban en las alineaciones.
El Año del Pitcheo se está convirtiendo en la Era del Pitcheo. La ofensiva en abril es la peor que alguien haya visto en el inicio de una campaña en una generación (desde 1992). Hubo tres blanqueadas más el lunes. Y no espere que la ofensiva suba con el clima. El mes de mayor anotación la temporada pasada (calculado en carreras por juegos) fue... abril. De hecho, la tasa de carreras anotadas decreció sin excepción según la campaña maduró; mayo fue peor que abril, junio peor que mayo, julio peor que junio, y así sucesivamente.
El promedio de anotación ha bajado un cinco por ciento con relación al abril pasado, que fue un 6% menor que abril de 2009. Y mucha de la ofensiva que se ha ido del juego se debe al declive de los jugadores mayores. Échele un vistazo a esto: mientras en 2003 (el último año en que los jugadores pudieron utilizar las drogas para mejorar el rendimiento) los bateadores de 36 o más edad batearon para .265, en 2011 lo hacen para .240. En 2003, hubo siete jugadores de 36 o más años que consiguieron un OPS de .800 o mejor. La temporada pasada apenas hubo uno: Matsui. Los equipos han aprendido a no comprometer largos contratos con jugadores mayores ni ha elaborar nóminas en torno a jugadores mayores de 30 y tantos años. Las extensiones a Troy Tulowitzki y Ryan Braun, por ejemplo, expirarán cuando ellos cumplan 35 y 36 años.
Sports Illustrated (Versión Nathanael Pérez Neró)
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