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Será el próximo domingo en el estadio Cibao cuando Luis Polonia diga su adiós definitivo a los escenarios del béisbol profesional dominicano. Querido y admirado por sus seguidores, respetado y temido por sus adversarios, Polonia ha sido una persona dotada de un gran talento que ha asumido su carrera con responsabilidad y entrega para convertirse probablemente en el más grande, no necesariamente el mejor, de los peloteros que han jugado en los torneos locales.
Dueño de marcas que dormirán el sueño eterno tanto en la Liga Dominicana como en las Series del Caribe, las hazañas de Polonia no serán igualadas sin importar que los records están hechos para ser batidos. No hay un encasillado ofensivo de todos los tiempos, excepto los jonrones, que el nombre de Polonia no ocupe un sitial privilegiado. El cierre de la puerta en la carrera de Polonia ha llegado. Es el momento para que todos reconozcan su grandeza. En cuando a los reporteros agregue su eterna disposición a responder preguntas sin importar lo conflictiva que pudieran ser. Siempre sacó espacio para conversar con los muchachos de la prensa sin importar que fuera la hora de la práctica de bateo prejuego y para hacer chistes de todos los calibres, incluyendo las tablas que le conectaba a algunos lanzadores con los que mantenía una amiganble rivalidad.
El agradecimiento a Polonia por sus aportes a la liga, las Aguilas y el país. En lo particular por el respeto que ha tenido con nuestro trabajo. El domingo los parciales y no parciales de las Aguilas tienen el deber de llenar el estadio Cibao pàra despedir a Luis y al mismo tiempo respaldar a su equipo en una batalla sin cuartel por la clasificación ante los Gigantes del Cibao.
EL NACIONAL
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