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MIAMI
Antes de los tatuajes, las trenzas y las clases de inglés, José Reyes tenía el pelo bien corto y una meta firme: llegar a las Grandes Ligas. Dos años después de ser firmado como agente libre en 1999, el dominicano viajó a los entrenamientos instruccionales del equipo de los Mets en la Florida. Ahí es que el torpedero conoció a la primera selección del draft del equipo, David Wright. Ambos subieron por el sistema de liga menor de los Mets, con Reyes adelantado por un año. El quisqueyano llegó a la Gran Carpa en el 2003, y el tercera base se unió a él en Queens al año siguiente. Fueron juntos al Juego de Estrellas del 2006. Sufrieron juntos los colapsos del 2007 y del 2008, el desastre del 2009 y los repuntes del 2010. Pero ahora, a casi 10 años de su primer encuentro, el lado izquierdo del cuadro de los Mets parece estar destinado separarse. Wright está bajo contrato en Nueva York por dos años más con una opción para una tercera temporada, mientras que Reyes podrá convertirse en agente libre después del 2011. Aun si Nueva York quisiera retenerlo, posiblemente no tengan los recursos para hacerlo. En otras palabras, podríamos estarnos acercando al final de uno de los dúos más talentosos de nuestra generación. "Yo soy gran fan de José Reyes", dijo Wright. "Hace mejor a todos los que están cerca de él, incluyéndome a mí. Entonces espero que tenga un gran año y obligue a la oficina central a darle una extensión de contrato. Espero que así sea el caso."
No es que sean mejores amigos, sino tremendos compañeros-la versión del béisbol de un mariscal de campo y su receptor abierto en el fútbol americano. Cada uno sabe lo que está pensando el otro. Y mayormente uno sabe cuándo animar, consolar, ignorar o defender al otro. Es increíble cuando uno recuerda que el béisbol es básicamente su única conexión. Reyes tiene 27 años de edad, con trenzas y una familia, dividiendo su tiempo entre Long Island y la República Dominicana. Wright tiene 28, soltero y con el pelo corto, viviendo en Manhattan y Virginia. Hasta en el diamante de béisbol son bien diferentes; Wright tiene poder con un poco de velocidad, mientras que Reyes se define por su gran velocidad, con un toque de poder. Pero cada uno respira el azul y anaranjado de los Mets, siendo los dos peloteros con más tiempo en Queens.
"Siento que somos hermanos, hemos estado juntos tanto tiempo", dijo Reyes. "Es bueno mantener esa relación. Yo soy dominicano. El es americano. Son idiomas distintos, pero nos llevamos bien."
Cuando el boricua Carlos Beltrán decidió firmó con los Mets en el 2005, tomó en cuenta la presencia del dominicano Pedro Martínez, además de la promesa de los dueños de gastar dinero en agentes libres caros-algo que sí hizo el equipo en la década del 2000. Pero no pensó en Wright ni Reyes, dos jugadores en ascenso que aún no estaban en su radar. Ahora el jardinero se ríe al recordar lo que dejó de ver, describiendo al dúo como "dos grandes peloteros, dos tipos que pueden marcar la diferencia." "Honestamente, para mí ha sido grandioso", continuó Beltrán. "Hemos pasado muchos altibajos, buenos momentos y malos momentos. Pero al mismo tiempo, he disfrutado jugar con ellos."
Beltrán también está probablemente en su última temporada en Queens, lo cual significa que Wright sería el único representante de la edición de los Mets del 2006 que por poco llega a la Serie Mundial. El pasarse toda una carrera en un solo equipo es raro hoy en día, pero será difícil imaginar a los Mets sin Reyes o a Reyes sin los Mets. O a Wright sin Reyes. La verdad es que Reyes, de la misma forma en que acapara la atención del pitcher cuando llega a la primera base, domina el clubhouse de los Mets con su conversación, su forma de ser y su entusiasmo. Si Wright es la cara de la franquicia, Reyes es el latido del corazón. Pero pronto podría irse. Y eso podría ocurrir a mediados de la temporada, si es que los Mets ya están fuera de la pelea para julio, cuando el equipo podría tratar de canjearlo para recibir algo a cambio. Aunque trata de no hablar mucho de eso, Wright-al igual que Reyes-sabe que es una posibilidad.
"Nunca he mirado hacia mi izquierda y visto a otra persona allí", dijo el antesalista. "Espero que no sea el caso ahora." Reyes piensa lo mismo. "No puedo imaginarme jugar con otro tercera base", comentó el dominicano. "No quiero ni pensar en eso." Los Mets tampoco. Pero pronto podría ser una dura realidad."
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