La mejor combinación de peloteros para hacer dobles Matanzas solían anticipar los movimientos del otro y generalmente se comportaban como si estuviesen unidos por la cadera. O en este caso, por la voltereta. Omar Vizquel y Roberto Alomar necesitaban un almacén para todas las joyas defensivas que lograron en sus tres temporadas juntos con Cleveland. Y no hay mejor ejemplo de una sinergía entre un torpedero y un intermedista que Alan Trammell y Lou Whitaker, quienes eran conocidos como "Trammaker" a través de sus dos décadas juntos en Detroit.
Los Cachorros también tienen un historial en ese sentido, comenzando con Tinker a Evers a Chance a principios de los 1900. Ernie Banks ganó dos premios de JMV y fue electo a siete equipos Todos Estrellas como campocorto, y Ryne Sandberg abultó su resumé con nueve Guantes de Oro en la segunda base. Entre esas dos carreras del Salón de la Fama, Don Kessinger y Glenn Beckert fueron una dupleta eficiente pero subestimada en el Wrigley Field en la década de los años 60 y 70. Queda por ver si la nueva combinación de dobles matanzas de Starlin Castro y Darwin Barney en Chicago puede perpetuar ese legado. Pero ellos han comenzado con buen pie para pensar en ellos a largo plazo.
“ Como jugador joven, tienes que trabajar junto con alguien -- especialmente en el medio. Pienso que ambos han sido bendecidos de poder trabajar uno con el otro.
” -- Darwin Barney sobre Starlin Castro
Hace dos o tres años, los dos jugadores del cuadro estaban recogiendo roletas en los entrenamientos primaverales cuando Castro pateaba algunas pelotas de rutina en un campo trasero en Arizona. Barney, campocorto para dos equipos campeones de la Serie Mundial Universitaria para Oregon State, podía decir por el lenguaje corporal de Castro que el chico estaba nervioso. "Esos campos estaban realmente en mal estado, y él me miraba como diciéndome, 'No se lo que está pasando,"' recordó Barney. "En ese punto, estábamos compitiendo uno contra el otro. Ambos eramos torpederos en ascenso, y los Cachorros no sabían lo que iban a hacer. "Luego de lo que hicimos, salimos del terreno y me lo llevé aparte y le dije, 'Vamos a arreglar esto, porque quiero ganar un campeonato algún día. No me importa si juego detrás tuyo o al lado tuyo. Yo quiero ganar.' Y él me dijo, 'Eso es lo mismo que yo quiero.' De ese punto en adelante, ambos tuvimos en la mira el mismo premio."'
A menos que estén de acuerdo con los exabruptos de Carlos Zambrano, la defensiva fortuíta o la especulación de Albert Pujols en la agencia libre, los Cachorros del 2011 en realidad no son un premio. Ellos tienen el segundo peor record en las mayors con 26-39. Peter Gammons acaba de tildar el Wrigley Field como un "basurero," y el nuevo dueño Tom Ricketts tiene grandes decisiones que tomar sobre el futuro del gerente Jim Hendry y la dirección a largo plazo de la franquicia. A menos la vista en el medio del campo es prometedora. Castro y Barney no batean con poder y necesitan aumentar su total de bases por bolas y reducir sus errores de novatos, pero se están estableciendo como bateadores de contacto con alcance, energía y un impulso de mejorar. Y ese nombre híbrido que les han puesto -- "Starwin Barstro" -- hace pensar que hay alguna convergencia armónica en juego aquí.
Castro, de 21 años, y Barney, de 25, se han combinado para lograr 155 hits, por mucho la mayor cantidad para un dúo de dobles matanzas en esta temporada. Ellos han conseguido 11 de las escasas 19 bases robadas de los Cachorros, y ellos se han ponchado apenas 56 veces (con 18 bases por bolas) en 548 apariciones en el plato. Ellos personifican el concepto que tienen las Grandes Ligas como un crisol. Castro, el chico dorado de la organización, firmó en República Dominicana a los 16 años. Barney, nativo de Oregon pero descendiente de coreanos y japoneses, es el "tipo con pantalones" que se rehusa a rendirse. Solo pregúntenle a Blake DeWitt y Jeff Baker, quienes se suponía que compartieran tiempo de juego en la segunda base en Chicago esta temporada hasta que Barney los desplazó.
"Él trae tan buena actitud aquí como cualquier otro," dijo el lanzador de los Cachorros Ryan Dempster. "Tiene buenos turnos, se faja de verdad, siempre está bien preparado y no tiene miedo de preguntar para mejorar. Eso se refleja en su juego."
¿Qué hay en un nombre?
Ahora que Roger Clemens se retiró, Barney lidera las mayors en aliteración familiar. Su padre es David, su madre es Deedee y sus hermanos son Doug, Davey, Deanna y Darilyn. Para esos que engan curiosidad, el nombre Darwin no es una referencia a cierto naturalista inglés que escribió sobre el "Origen de las Especies." "Mi papa tenía un tío de nombre Darwon," dijo Barney. "A él le gustaba el nombre, pero a él no le gustaba como se deletreaba con una 'o' porque pensaba que lucía gracioso. No tiene nada que ver con Charles Darwin y la evolución."
El padre de Barney y el hermano Davey son dentistas, y él complete los cursos de pre dentist hasta su tercer trimestre en OSU, cuando descubrió que una clase llena de cálculos, química orgánica y biología molecular era demasiado exigente para que él pudiese jugar béisbol al máximo de sus habilidades. Así que se cambió a estudios liberales y fue una fuerza importante en dos campeonatos de su Universidad en la NCAA.
El coach de Oregon State Pat Casey alabó el "carisma" y la "falta de miedo" de Barney en su forma de jugar el juego, y Barney transfirió esa actitud a su nueva posición en la intermedia. Él ayuda a sus compañeros a posicionarse defensivamente, transmite instrucciones desde el dugout y sigue haciendo las "pequeñas cosas" en el terreno que ayudan a Castro a quitarse un poco de presión en el campocorto. "He utilizado la palabra 'sobreestimado,"' dijo el manager de los Cachorros Mike Quade sobre Barney. "Él es como un tipo subestimado. Pero, ¿saben qué? Quizás estoy equivocado. Quizás no es que esté sobreestimado. Quizás es que simplemente es bueno.
"¿Es un corredor por encima del promedio? No. ¿Tiene un brazo por encima del promedio? No. ¿Logra llevar la pelota hasta Sheffield Avenue? No. Pero es un buen jugador de pelota. Pete Rose era un tipo que tenía esa etiqueta [sobreestimado], y él era un jugador buenísimo." Barney ayudó a vencer a Milwaukee 1-0 el lunes con un agresivo y hasta casi artístico deslizamiento de cabeza en el plato. Pero también dejó en claro su pasión durante una paliza recibida en el Wrigley Field a principios de temporada. Con los Cachorros sufriendo una paliza que ameritaba que entrara en vigor la "regla del nocaut ", él se lanzó a toda velocidad detrás de un elevado y chocó contra la pared del bullpen del jardín derecho en un fallido intento por atrapar la pelota.
"Luego del juego alguien me dijo, 'Eso es increíble. No puedo creer que el tipo se arriesgara a lastimarse en una situación así,"' dijo Quade. "Y yo le dije, 'Esa es la única manera que él sabe jugar.' Cuando veo gente como él, siempre me gusta alabar a los que lo entrenaron."
Ha nacido una estrella
Barney no está solo en su ética de trabajo de cuello azul. Castro creció en el pueblo costero de Monte Cristi y probablemente habría terminado como pescador si el béisbol no lo hubiese arrancado de raíz para llevárselo hacia los Estados Unidos. El nombre de "Starlin" es un tribute a su compatriota dominicano Stan Javier, un ex ligamayorista y jugador favorito de Diógenes Castro, el padre de Starlin. Javier, quien ahora labora con la asociación de jugadores, dijo que no es inusual que las familias dominicanas utilicen su nombre para ponérselo a sus hijos, pero que si es común que las familias no deletreen el nombre correctamente o utilicen una variación del mismo.
Como campocorto, Starlin Castro estaba parcializado hacia Miguel Tejada, cuya actitud y energía sin fin lo marcaron desde el principio. "Él está algo loco," dijo Castro. "Siempre se está divirtiendo. Lo ves sonreir, y puedes ver lo mucho que ama el béisbol. Adoro verlo jugar." Los Cachorros firmaron a Castro con un bono de $45,000 hace cinco años, y rapidamente descubrieron que se habían llevado una ganga. La revista Baseball America nombró a Castro el principal prospecto de su organización en el 2010, y se unió a los Cachorros en mayo pasado sin haber pasado un solo día en Triple-A. Castro conectó un jonrón de tres carreras ante Homer Bailey de Cincinnati en su primer turno al bate en Grandes Ligas, y luego cometió tres errores en su debut en Wrigley Field tres días después.
Cada día como un Cachorro es una nueva aventura para Castro, quien sigue progresando dentro y fuera del terreno. Ha trabajado duro para mejorar su inglés al conversar con sus compañeros y mirando películas -- mayormente comedias. Utiliza al coach de tercera base Iván DeJesús Sr. como intérprete en las reuniones con los medios, pero se las arregla por si solo de lo más bien en inglés en entrevistas directas con los periodistas. A pesar de su juventud, Castro entiende que tiene mucho espacio para mejorar. Está consciente que debe abstenerse de lanzr la pelota cuando es claro que no tiene oportunidad de vencer al corredor, pero muchas veces su estilo agresivo le hace cometer errores. Castro también ha mejorado en sus esfuerzos por llegar más lejos en los conteos. Pero es difícil ser selective cuando tienes una habilidad similar a la de Vladimir Guerrero de llegarle a pitcheos fuera de la zona y ponerlos en juego.
"Los tipos en la lomita están haciendo que haga ajustes, porque sin disciplina, va a pasar por muchas malas rachas," dijo Quade. "Ellos van a continuar expandiendo la zona y a sacarlo con pitcheos a los que no debería hacerles swing." Los escuchas piensan que Castro tiene oportunidad de mejorar físicamente y conectar de 15 a 20 jonrones en una temporada y que podría ser candidato a campeón de bateo algún día. El futuro de Barney es un tanto diferente. Ya que no está bendecido con poder o velocidad y no recibe muchas bases por bolas, él tiene que maniobrar para conseguir hits con un competencia similar a la de Freddy Sánchez para ser un jugador regular efectivo en las Grandes Ligas. Solo el tiempo dirá si Barney es un intermedista de todos los días o un jugador sustituto de 350-400 turnos por temporada. Pero Sánchez, Ryan Theriot, David Eckstein, Jamey Carroll y un sinnúmero de otros peloteros han logrado carreras productivas con unas herramientas similares a las de él.
Castro y Barney tienen porcentajes de embase de entre .320-.330 esta temporada. Eso tiene que mejorar. Pero su trabajo alrededor de la segunda base está evolucionando todos los días. Al mejor estilo Darwiniano. "Cazzy no tiene ese ego para decir, 'Soy el campocorto. Voy a hacer las cosas de cierta manera,"' dijo Barney. "Estas son las Grandes Ligas. Es el juego más difícil del mundo, y estás en el nivel más alto. Como jugador joven, tienes que trabajar junto con alguien -- especialmente en el medio. Pienso que ambos han sido bendecidos de poder trabajar uno con el otro."
Barney y Castro tienen mucho camino por recorrer, pero al menos son divertidos de ver. En este roster de los Cachorros del 2011, eso es mucho decir.
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