Ubaldo Jiménez está dejando su impronta en las Grandes Ligas con una súper temporada, pero antes imprimió sus huellas en el olvidado callejón “Hoyo Caliente”, en el centro de San Cristóbal, donde creció, con el apodo de Jairo, hasta convertirse en pelotero profesional.
A unanimidad, los residentes del callejón se desbordan en elogios a la educación y obediencia demostrada por Ubaldo en su ruta al éxito que hoy le sonríe en forma de un récord de 10-1 y un diminuto 0.93 como promedio de carreras limpias.
Es el cumplimiento del destino de muchos grandes que han realizado el viaje doloroso del fango a las nubes, la travesía de los elegidos. Las tres viviendas que ocupó el matrimonio formado por Aquiles Jiménez y Ramona García Jiménez son diferentes y hablan de la capacidad de superación del matrimonio. Primero, una pieza diminuta hecha de madera, luego una casita de dos habitaciones de bloks y más adelante una casa verde con sala y dos dormitorios. Siempre el techo fue de zinc. María Elida Viola evoca la llegada de la dispareja pareja formada por un guardia y una enfermera junto al niño y su pequeña hermana. “Ubaldo aún no cumplía dos años cuando ellos se mudaron aquí y él dice que es de Hoyo Caliente y siempre nos visita”, expresó la señora, cuyas arrugas la convierten en una especie de matrona de la vecindad.
Jossy Alcántara y Margarita Toledo coinciden al relatar las bondades de doña Ramona, quien al regresar de sus labores ayudaba a sus hijos y los ajenos con las tareas escolares. “Ha sido una madre ejemplar y merece el éxito”, expresan a coro.
Es el cumplimiento del destino de muchos grandes que han realizado el viaje doloroso del fango a las nubes, la travesía de los elegidos. Las tres viviendas que ocupó el matrimonio formado por Aquiles Jiménez y Ramona García Jiménez son diferentes y hablan de la capacidad de superación del matrimonio. Primero, una pieza diminuta hecha de madera, luego una casita de dos habitaciones de bloks y más adelante una casa verde con sala y dos dormitorios. Siempre el techo fue de zinc. María Elida Viola evoca la llegada de la dispareja pareja formada por un guardia y una enfermera junto al niño y su pequeña hermana. “Ubaldo aún no cumplía dos años cuando ellos se mudaron aquí y él dice que es de Hoyo Caliente y siempre nos visita”, expresó la señora, cuyas arrugas la convierten en una especie de matrona de la vecindad.
Jossy Alcántara y Margarita Toledo coinciden al relatar las bondades de doña Ramona, quien al regresar de sus labores ayudaba a sus hijos y los ajenos con las tareas escolares. “Ha sido una madre ejemplar y merece el éxito”, expresan a coro.
Opinión de los testigos
María E. Viola
Vecina
“Ubaldo anhela esto aquí y siempre viene a compartir con su gente. Ha sido una mano amiga para muchos y ha prometido que arreglará esto. En la pelota siempre está ganando”.
Vecina
“Ubaldo anhela esto aquí y siempre viene a compartir con su gente. Ha sido una mano amiga para muchos y ha prometido que arreglará esto. En la pelota siempre está ganando”.
Margarita Toledo
Vecina
“Lo que me gusta de él es que siempre ha obedecido a sus padres. Fue una familia ejemplar en sus tiempo en este sector y también han sido buenos amigos luego de progresar”.
Vecina
“Lo que me gusta de él es que siempre ha obedecido a sus padres. Fue una familia ejemplar en sus tiempo en este sector y también han sido buenos amigos luego de progresar”.
Augusto Aquino
Vecino
“El padre hizo todo para impulsarlo y siempre creyó que su hijo iba a triunfar y el muchacho no lo ha defraudado. Ellos siempre han sido gente humilde y así se mantienen hasta ahora”.
Vecino
“El padre hizo todo para impulsarlo y siempre creyó que su hijo iba a triunfar y el muchacho no lo ha defraudado. Ellos siempre han sido gente humilde y así se mantienen hasta ahora”.
Las arrugas de Rodes Mercedes la han puesto a pensar en el retiro como directora del colegio San Rafael, donde Ubaldo completó desde el quinto curso de la primaria hasta el bachillerato. “No recuerdo un día en que se haya portado mal, Ubaldo ni hablaba”, expresó la educadora antes de explicar que su materia favorita era la de Ciencias Sociales, impartida por “su preferida, la profesora Magalys”. Pero en estos días, la directora ha tenido que poner a Ubaldo como ejemplo. “Los alumnos piden permiso para ir a jugar y les recuerdo que Ubaldo nunca faltó a clases”, concluye.
EL CARIBE
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