Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": cuando la situación estaba mejor que nunca, cuando se habían acercado a los líderes divisionales hasta "respirarles en el cuello", cuando finalmente la maquinaria se había ajustado y comenzaba a trabajar como la gerencia esperaba desde que armó el equipo, la nube negra apareció nuevamente sobre Fenway Park, convirtiendo a los Medias Rojas en un hospital de la noche a la mañana, en una grave situación que amenaza su temporada. Boston perdió con diferencia de horas a su mejor abridor, a su mejor receptor y a su mejor jugador. Clay Buchholz, el número uno en victorias y efectividad en la rotación de Terry Francona, tiene problemas en el tendón de la corva izquierda y, aunque no lo han colocado en la lista de lesionados, es poco probable que inicie un juego ésta semana. Víictor Martínez recibió dos pelotazos de foul en el pulgar izquierdo el fin de semana en San Francisco y a pesar de que después de evaluarlo determinaron que no requerirá operación, es un hecho que estará fuera de circulación, al menos hasta la pausa del Juego de Estrellas. Y Dustin Pedroia, con su fractura en el pie, estará inactivo por al menos seis semanas: una verdadera catástrofe.
Sin lugar a dudas es la de Pedroia la más sensible de las bajas para la novena bostoniana. Si bien es cierto que Buchholz ha sido el mejor abridor, no podemos negar que Jon Lester y John Lackey también han pasado lista con buenas actuaciones y, afortunadamente, la baja de Buchholz parece ser cuestión solo de una salida.
Lo del receptor venezolano es un poco más grave, pero contar con Jason Varitek le da también al dirigente un respiro en esa posición, que quedará resguardada al menos hasta el 15 de julio, por el hombre de más experiencia en el equipo, y alguien que sabe muy bien cómo manejar ese grupo de lanzadores, porque los conoce desde hace tiempo.
La situación con Dustin Pedroia, sin embargo, tiene que encerrar mayor preocupación para todos en Boston, pues están perdiendo ni más ni menos que al jugador más valioso del equipo. El intermediarista se ha convertido en el líder de los Medias Rojas y su ausencia, más allá de sus números, se resentirá en serio sobre el terreno de juego. Pero lejos de pensar en una debacle, pienso que a la larga, las próximas semanas podrán dejar en claro que el equipo sí está listo para pelear por un lugar en la postemporada, que sí tiene condiciones legítimas para jugar pelota en octubre. A Pedroia no lo puedes sustituír con nadie y obtener los mismos resultados, pero llega el momento para que Bill Hall pueda tener esa continuidad que le ha faltado durante la primera mitad de la temporada y con ello elevará esos números que a la fecha todavía se miran raquíticos, con un .234 de bateo que no espanta a nadie. Hall nunca ha sido un gran toletero, pero aquellos años de merodear los .270 o .290 con Milwaukee (2005, 06 y 07) bien pudieran repetirse ahora con un poco más de regularidad en la temporada. Y aparentemente es eso lo que Hall tendrá con la ausencia de Pedroia.
Afortunadamente, David Ortiz, Adrián Beltré, Kevin Youkilis, Marco Scutaro y J.D. Drew, harán que la ausencia de Pedroia no merme de forma importante un line up en el que varios peloteros están encendidos y ayudará de forma importante a que los Red Sox salgan adelante de ésta difícil situación. El otro factor positivo para la tropa de Francona, es la caída estrepitosa de los Rays, que no solo se ha reflejado en el standing, sino también el el dug out. Al parecer, llegó lo que muchos esperaban, y la única batalla que los patirrojos tendrán que librar será contra los Yankees. El club ha ido desarrollando una personalidad que no tenía al principio de la temporada, de acuerdo a las palabras del propio dirigente al ser cuestionado sobre ésta situación. Un ejemplo de ello es el lanzador Scott Atchison, quien a sus 34 años de edad y viniendo de dos temporadas en Japón, se ha convertido en uno de los infaltables en el bullpen de Boston.
Es el gran ejemplo que toma Francona, y que está esperando que sus demás pupilos también puedan seguir, ahora que llegaron otra vez los tiempos difíciles.
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