
Jiménez continúa distanciándose de sus colegas en este 2010. Quizás no haya nadie como él este año. En el feriado del 31 de mayo, el gran enfrentamiento monticular fue entre él y el as de los Gigantes, Tim Lincecum, ganador del Cy Young de la Nacional tanto en el 2008 como en el 2009.
La verdad es que el "duelo" fue de un solo lado. Lincecum fue sacado en el sexto episodio. Jiménez lanzó una blanqueada y ganaron los Rockies 4-0. Lincecum ha sido visto como tal vez el mejor pitcher de los últimos tres años, pero en esta temporada Jiménez no tiene nada que enviarle a nadie. Ahora el quisqueyano lleva 10-1 en 11 aperturas, con efectividad de 0.78. De su parte, Gibson terminó la temporada de 1968 con marca de 22-9 y promedio de carreras limpias de 1.12. Jiménez también ha tenido 1.12 en el 2010, pero eso fue el 15 de mayo, y en sus tres aperturas desde entonces, no ha permitido carreras limpias (ni sucias). Ya estaba con la condición de asombroso y ahora se le puede calificar como increíble.
Gibson promedió 0.85 hits y bases por bolas por entradas lanzadas, y la oposición le bateó para promedio de .184. Jiménez está cerca, con 0.90 hits y transferencias por cada inning lanzado, al permitirle promedio de .172 a los bateadores contrarios. Hay algunos departamentos en que Jiménez no puede compararse con Gibson, simple y llanamente porque ha cambiado tanto la naturaleza del pitcheo abridor en el béisbol. El Salón de la Fama Gibson completó 28 partidos en 34 aperturas en aquella campaña, con 13 blanqueadas. También lanzó 304.1 entradas. Jiménez tiró un sin hit ni carrera vs. Atlanta el 17 de abril. Pero ese partido y su joya contra San Francisco y Lincecum han sido sus únicos juegos completos del 2010. Esto no es culpa de él, sino la forma en que se han manejado a los lanzadores en las últimas décadas. Gibson también ponchó a 268 con apenas 62 bases por bolas en 1968. Los totales de 70 ponches y 26 transferencias de Jiménez son un poco más "humanos".
Nadie está diciendo que Ubaldo Jiménez sea Bob Gibson. Hay un solo Bob Gibson. Es que la actuación de Jiménez ha sido tan increíble en los primeros dos meses de la temporada que merece ser mencionado entre los mejores, al menos por juzgar por dos meses. Y dadas las circunstancias-un montículo más bajo que en 1968 y el béisbol apenas saliendo de una era de extrema producción ofensiva-las hazañas de Jiménez lucen aún más impresionantes. Claro, faltan cuatro meses a ver si el dominicano sigue con esta brillante trayectoria. Pero hasta ahora, Ubaldo Jiménez ha alcanzado un nivel en una temporada con el que la mayoría de los lanzadores sólo pueden soñar.
lasmayores.com
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