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El calendario de béisbol del domingo en la noche sirve para ilustrar que la rivalidad de los Medias Rojas-Yankees se ha convertido en la versión del béisbol de la serie de HBO "Entourage"; es un programa divertido, pero últimamente se ha convertido en … -- algo más que un "lo que sea" que un "¿qué pasó?" Uno lo mira por hábito o expectativa que comienza a ser más como una obligación. Entonces a mitad de programa, te comienzas a dar cuenta que le falta algo y que no es tan beno. En "Entourage," el asunto quizás sea mucho Johnny Drama y no suficiente Lloyd. Con Boston y Nueva York, la respuesta es obvia: No hay persecusión.
A pesar que los dos equipos están lo suficientemente cerca en la tabla de posiciones como para hacer las cosas interesantes, hay algo sobre la versión de la rivalidad del 2010 que no tiene sabor. Lo más excitante que ha sucedido hasta ahora en esta serie de cuatro partidos ha sido ver a Alex Rodríguez voltear su cabeza hacia Joe Buck para saludarlo mientras Lance Berkman conectaba una línea hacia uno de sus pies durante una práctica de bateo.
El domingo en la noche, uno podía contar con que A.J. Burnett hiciera algo -- ponchar a muchos bateadores, permitir muchos jonrones, o al menos discutir con Jorge Posada por la selección de los pitcheos, lo que fuera. En cambio, los Yankees dijeron que Burnett se había lastimado la espalda, y le dieron la pelota a Dustin Moseley. No fue un escenario similar al que vimos cuando Stephen Strasburg fue sacado de su turno. Pero si refleja la serie del 2010 y su problema de emoción, que comenzó cuando Boston y Nueva York se midieron para abrir la temporada. En la primera serie, jugada del 4 al 7 de abril, Chan Ho Park figuró en dos de las tres decisiones. Park es ahora un Pirata de Pittsburgh. La segunda serie, jugada del 7 al 9 de mayo, produjo tres partidos desbalanceados: 10-3, 14-3 and 9-3. Los Yankees son un equipo excelente.
Yo observaría jugar a Brett Gardner, Nick Swisher y Robinson Caó todos los días. Todavía pienso que Mark Teixeira hizo tanto, si no más, para ayudar a su equipo la pasada temporada que el JMV de la Liga Americana Joe Mauer. Sin embargo, una cierta monotonía corporativa y clínica se asienta este año a medida que los Yankees siguen ganando. Incluso con Swisher, la personalidad de los equipos donde están Johnny Damon/Jason Giambi se ha perdido. Miren, si uno hace 18 secuelas de la misma película, eventualmente toda la franquicia se queda sin ideas. Incluso la serie de películas de Rocky se vino abajo luego de "Rocky III." Hablando de Rocky, Bill Simmons lo describió bien cuando escribió recientemente en su portal de Internet que el problema más grande de los Medias Rojas esta temporada ha sido el tener muchos J.D. Drew. La falta de poder estelar tiene los ratings de los Medias Rojas por el piso en Boston, y un malestar general parece tener a los fanáticos en Massachusetts más preocupados por la rodilla de Wes Welker que por el pie de Dustin Pedroia. El paquete en Boston podía decir Medias Rojas en la etiqueta, pero cuando se abrió el mismo al comenzar la temporada, encontramos a Darnell McDonald, Bill Hall, Eric Patterson, Daniel Nava, Kevin Cash, Josh Reddick, Ryan Kalish y Jonathan Van Every.
(Personalmente, disfruto ver jugar a Kalish y Reddick, pero ese es tema para otro artículo.) Los Medias Rojas tendrán mucho dinero en sus libros luego de esta temporada, y pueden estar seguros que en los Cuarteles Generales de la Nación Medias Rojas se han dado cuenta que solo ganar partidos ya no es suficiente, incluso con los asientos encima del Monstruo Verde. Se necesita condimento para la comida. ¿Quién puede estar disponible para pasar la antorcha de la generación de Manny/Big Papi, ganar partidos, conectar cuadrangulares y vender algunos asientos con personalidad? Dos palabras: Prince … Fielder. En cuanto al final de esta serie Medias Rojas-Yankees, Jon Lester versus Phil Hughes luce prometedor. Sin embargo, Lester, quien tiene marca de 11-3 luego de ganar en Toronto el 9 de julio, comenzará el lunes con marca de 11-7 y en peligro de perder su quinta salida consecutiva. A Hughes, quien acaba de cumplir 24 años en junio, le están contando sus entradas cuidadosamente esta temporada. Se supone que los lanzadores jóvenes aumenten su carga de entradas lanzadas en 30 en cada temporada.
La mayor cantidad de Hughes en las ligas menores fue de 146 entradas en el 2006. El año pasado, entre las mayores y las menores, Hughes lanzó 105.1. Esta temporadas, ya anda por las 122.2 y acercándose a un tope reportado de entre 170 a 180 entradas. Eso crea un elemento de tiempo con Hughes que podría ser un problema para los Yankees en octubre. La rivalidad de este año no tiene a Rico Petrocelli peleando contra Joe Pepitone, una pelea en 1967 que necesitó 12 guardias de seguridad del Yankee Stadium para separarlos. No hay ningún Pudge Fisk golpeando a Thurman Munson en 1973 or contra Lou Piniella en 1976. No hay un A-Rod y Jason Varitek gritándose. Diablos, ni siquiera un Pedro versus Don Zimmer. Nadie ha enterrado la camiseta de uno en el concreto del otro. Ahora, hemos perdido a George Steinbrenner y mucos de los fanáticos que asisten a los partidos parecen demasiado ocupados en textear en sus celulares para molestarse en abuchear a un pelotero.
Es como si la versión de la rivalidad de este año fuera una película y todo el mundo prefiriera esperar al DVD. Yo lo admito, me siento igual que ustedes. Tenemos muchas otras historias interesantes de béisbol para mirar esta temporada.
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