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viernes, 8 de julio de 2011

AUMENTAN LOS PONCHES EN EL BEISBOL

rllr en pelota
Strikeout call

El béisbol tal y como lo conocemos hoy comenzó en 1893, el año que la caja de pitcheo fue reemplazada por la goma de pitcheo, a 60 pies y 6 pulgadas del plato. Eso cambió de forma efectiva el punto de soltar la pelota en un envío del pitcheo por cerca de 5½ pies. La leyenda dice que esto se hizo porque Amos Rusie -- apodado "The Hoosier Thunderbolt (El Trueno Hoosier)" -- lanzaba tan duro que aterrorizaba a los bateadores con su recta, la que no solía localizar con precisión. Por supuesto, los efectos fueron dramáticos: La anotación en la Liga Nacional aumentó de 5.1 carreras por juego a 6.6; los ponches por cada nueve entradas bajaron de 3.3 a 2.2. En cuanto a Rusie, su proporción de ponches bajó de 5.1 en 1892 a 3.9 en 1893. De momento era menos aterrador, a pesar que seguía siendo uno de los mejores lanzadores de la liga. 

Y en cuanto a los bateadores, ellos se encargaron de apalear a los lanzadores. Recibieron casi el doble de bases por bolas en ese año y el estilo de bateo del día era poner la pelota en juego -- un jugador del cuadro ambidiestro para los Brooklyn Grooms llamado Tom Daly lideró la Liga Nacional en ponches con apenas 65. Los lanzadores se han recuperado un poco desde 1893. Hasta ahora en esta temporada, 50 jugadores ya se han ponchado al menos 65 veces. La temporada pasada, 88 jugadores se poncharon al menos 100 veces, incluyendo los siguientes: Brett Gardner (101 ponches, cinco jonrones), Dexter Fowler (104 ponches, seis jonrones), Ronny Cedeno (106 ponches, ocho jonrones), Michael Bourn (109 ponches, dos jonrones), Chone Figgins (114 ponches, un jonrón) and Austin Jackson (170 ponches, cuatro jonrones).
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 Los ponches no son necesariamente algo malo para un bateador. Babe Ruth lideró la Liga Americana en ponches cinco veces. Así también le pasó a Mickey Mantle. Jimmie Foxx lideró la Liga Americana siete veces. Sin embargo, a finales de los años 60 y principios de los 70, un grupo de bateadores poderosos llevaron los ponches a un nuevo nivel. Reggie Jackson se poncho 171 veces en 1968. Bobby Bonds estableció records de 187 en 1969 y 189 la temporada siguiente. Mike Schmidt retó esa marca con 180 en 1975. El asunto es este: Todos esos tipos fueron grandes bateadores. Bonds incluso líderó la liga en carreras anotadas en 1969 y anotó 134 carreras la temporada siguiente. Los ponches eran una especie de intercambio por su producción. 

Desafortunadamente, ese grupo generó otro tipo de bateador de poder, tipos como Rob Deer y Jim Presley y Bo Jackson y Cory Snyder y Pete Incaviglia quienes no eran la misma clase de bateadores. Esos tipos podían batear 20 o 30 jonrones, pero en ocasiones lo hacián con bajos porcentajes de embases o míseros promedios de bateo. Los ponches eran un modo para conectar más jonrones pero no necesariamente provocaban mejor producción. A medida que los jonrones comenzaron a aumentar en los años 90, durante la llamada Era de los Esteroides, también aumentaron los ponches: En 1992, los equipos promediaron 4.12 carreras por juego, casí la misma cantidad que en el 2011.

Ellos se poncharon 5.6 veces por juego en el 1992; ahora se ponchan 7.0 veces por juego. Sí, se han conectado más jonrones que en el 1992, pero la anotación de carreras no ha subido a los niveles del 1992 y tampoco lo ha hecho la proporción de bases por bolas (de hecho, han bajado un poco, 3.3 en 1992 a 3.2 en 2011). Así que esto nos lleva a lo que me preocupa de todo eso: Los ponches son aburridos, al menos a los niveles que estamos viendo en el 2011. Hay tres ponches más por juego que hace 20 años atrás, lo que no parece ser una gran diferencia, pero sí lo es. Son menos pelotas en juego, son más pitcheos, son mas repeticiones de tipos caminando al camerino en vez de ver más atrapadas de cabeza en los jardines o jugadores del cuadro buscando las pelotas en los huecos del terreno para hacer una jugada. 

Todos los ponches extras no le añaden más emoción e intriga al deporte del béisbol; más pelotas en juego significa una variedad de eventos más grande, lo que lo hace un mejor deporte para ver. No es nada diferente al hecho de la explosion de jonrones que convirtió al béisbol en un softball de lanzamientos lentos. Demasiado de algo lo hace un deporte menos interesante. (Esto no lo digo para decir que no es excitante el observar a Justin Verlander dominar los bateadores o a Cliff Lee confundir los toleteros con su control o a Clayton Kershaw en su zona.) Miren, entiendo que algunas de estas cosas son inevitables. La calidad del pitcheo de hoy es fenomenal, en comparación con hace 20, 30 o 40 años. Más abridores están lanzando en las medianas 90 mph que nunca antes, y cada equipo parece tener dos o tres relevistas que pueden llegar a las 95 mph. 

Sin embargo, los bateadores tienen la mayor parte de la culpa. Para muchos bateadores, su modo de batear es de todo o nada, sin importar el conteo o la situación. A ellos se les dice que tienen que ser pacientes y trabajar el lanzador -- lo que es bueno -- pero ellos no recortan su swing con dos strikes. Tomen de ejemplo un tipo como Drew Stubbs. Tiene ritmo para retar el record de ponches en una temporada de Mark Reynolds. Tiene números de .253/.325/.402, lo que es OK -- cerca del promedio de la liga. Juega un buen jardín central, pero en general es un jugador por encima del promedio. Pero, ¿y qué si cambia su modo de batear un poco? Con dos strikes, ha bateado cinco jonrones -- pero a expensas de unos números de .145/.213/.231 con dos strikes. 

Por lo menos Stubbs tiene poder para conectar 20 jonrones y lograr algunas bases por bolas. Los tipos que me confunden son jugadores como Ian Desmond, Peter Bourjos o Jackson o Fowler, jugadores que se ponchan mucho y no logran tantos jonrones. Toronto ha perdido cerca de 200 turnos esta temporada con Rajai Davis, quien tiene proporción de ponches/BB de 51/6 con apenas un jonrón. El antesalista de los Astros Chris Johnson tiene 70 ponches, 10 bases por bolas y seis jonrones. En su "Abstracto Histórico del Béisbol," publicado en el 2001, Bill James escribió un pequeño ensayo llamado "Baseball 2015." Una de sus predicciones fue, "Que la tendencia hacia más ponches y más jonrones desde el principio al final de la alineación terminará pronto." Obviamente, eso no ha sucedido, a pesar que no creo que Bill haya predicho a tipos como Verlander o Kershaw en 2001. 

Pero lo que no hemos visto es el regreso del bateador de sencillos con alto promedio. Nadie se ahogue, pocos tipos trabajan en colocar la pelota en el cuadro interior y poniendo la pelota en juego. Ellos prefieren batear .235 con 12 jonrones contrario a un promedio de .300 con cinco jonrones y muchos menos ponches. Pienso que eventualmente veremos de vuelta a más de esos tipos. Los managers y las oficinas centrales de los equipos se darán cuenta que los lanzadores de hoy son demasiado buenos para los bateadores que no tienen la habilidad de poner la pelota en juego con más consistencia. El béisbol evoluciona y los jugadores se adaptan. 

Los bateadores tuvieron la mejor mano en la década de los 90 y gran parte de los 2000 (y no solo por los esteroides). Los lanzadores se adaptaron a más cambios y más rectas cortadas y las organizaciones trabajaron para mantener a sus lanzadores jóvenes saludables. Los bateadores eventualmente se adaptarán y cambiarán su estilo de atacar los lanzadores. 

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