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CHICAGO A Starlin Castro le ha llegado el estrellato de la misma manera que le llegan los batazos por el campocorto. Todo es tan rápido a su alrededor que ha hecho ajustes sobre la marcha. Así como ha ido aprendiendo a soltar la bola con precisión, ha tenido que adaptarse a su nueva vida. Lo mejor es que todo apunta a que su carrera con los Cachorros podría proyectarse por muchos años. Castro fue convocado al club grande el 7 de mayo y esa fecha, con apenas 20 años, se convirtió en el torpedero más joven de la historia de los Cachorros de Chicago, al dejar atrás a Marty Shay, quien había sido el de menos edad con el equipo en ese puesto. De inmediato llamó la atención porque se estrenó con un Grand Slam en la victoria sobre los Rojos de Cincinnati con pizarra de 14 a 7. Al final de aquella jornada había remolcado 6 anotaciones, una cifra récord, y su nombre comenzó a presentarse como el de una futura figura.
"Desde ese día todo lo que me ha pasado lo he vivido bien. Quizás me llamaron en un momento en el que no me correspondía subir, pero cuando lo hicieron me dije que había que trabajar porque no había más niveles por encima. Esto es lo último y acá debo mantenerme. Así lo he hecho y las cosas se me han dado cada vez mejor". Starlin estuvo involucrado entre los nombres de quienes tenía posibilidad de ganar el título de bateo. Su promedio llegó a estar entre los mejores de la liga y aún se mantiene sobre .300. También ha oído que su nombre podría recibir votos para el premio al Novato del Año de la Liga Nacional, pero asegura que no tiene en mente nada de eso porque lo suyo es mejorar su desempeño. Por esa razón no revisa numeritos individuales.
"Eso me pasaba en liga menor. Yo vengo a ver mis números cuando cada noche anuncian el line up en la pizarra y ponen mi nombre. Eso de estar en una computadora mirando todas las noches no. Se ha hablado mucho y he trabajado mucho, bien sea para un título de bateo o para el Novato del Año. No es que me dé por vencido, pero estoy trabajando para lo que Dios quiera. Voy a seguir jugando mi pelota y que sea lo que Dios quiera". No hay por qué dudar de su palabra. Castro deja fluir la sinceridad para diagnosticar los detalles que ha corregido en la campaña. Los errores a la defensiva surgieron en un momento en el cual el empeño por hacerlo todo bien le hicieron precipitarse. Coaches como Iván De Jesús y Allan Trammell, antiguos campocortos como es él, le han brindado mucha ayuda al respecto, pues a ratos se desenfoca y comienza a soltar la bola por debajo del brazo. Esa es la razón de muchos de sus pecados, la mayoría en disparos sin control.
"Acá han hablado conmigo para que controle algunos aspectos porque el juego se me hace más rápido y en muchas oportunidades uno se descuida. De pronto hay una jugada en la que uno se duerme y cuando abres los ojos no sabes qué hacer. Hemos trabajado para controlar esas emociones en el juego y para llevarlo todo a mi nivel, y que no sea el juego que te lleve a su nivel". Algo de eso ha conseguido el nativo de Monte Cristi, en República Dominicana, pues desde el 10 de julio tiene 77 imparables, la mayor cantidad en las Grandes Ligas. En agosto disparó 41 imparables, la mayor cantidad para un novato desde que Ernie Banks, un miembro de Cooperstown, conectara 43 en 1954. Sólo le queda adquirir la fortaleza mental que debe tener un jugador de liga grande para brillar en una temporada de 162 partidos. Sobre eso también está trabajando.
"Es que acá hay que hacer mucho énfasis en lo mental, porque cuando se juega short stop hay que adelantarse en todas las jugadas. Estaba haciendo errores con los tiros porque estaba lanzando mal la bola a las bases. Eso lo estaba arrastrando desde liga menor. La mayoría de los errores que hacía era porque a veces tiraba por debajo, pero lo he superado".
A ratos, Starlin deja aflorar las características de un chico de 20 años. Recuerda los días en que le era difícil dejar su hogar y viajar a Estados Unidos para presentarse a los entrenamientos. "Cuando llegaba ese día de venir desde Dominicana para acá no quería hacerlo, porque siempre he estado con mis padres, pero ellos han sido quienes me han dicho que debo venir a jugar porque esto me servirá en la vida". Lo que pareciera no notar aún es que el estrellato le está llegando por esa misma vía rápida donde ha estado toda esta temporada. Esto también tendrá que manejarlo con mucho criterio.
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