Kevin Cabral

GRAN COLUMNA QUE EL SR. KEVIN CABRAL HA PUBLICADO SOBRE AL RECIENTEMENTE FALLECIDO JEFE DE LOS YANQUIS,GEORGE STEINBRENNER. COLUMNAS DE ESTE TIPO NOS MOTIVAN Y ALEGRAN SOBREMANERA. LA SECUNDAMOS Y LA COMPARTIMOS.

"En lo que tiene que ver con el manejo de los Yankees, planeamos ser dueños ausentes. No podemos pretender ser lo que no somos. Yo seguiré construyendo barcos". 

Esas fueron las palabras de un poco conocido millonario llamado George Steinbrenner el día 3 de Enero de 1973, en la conferencia de prensa donde se anunció su adquisición de la mayoría de las acciones de los Yankees de New York. Nativo de Ohio, Steinbrenner había heredado un imperio que se dedicaba al transporte marítimo y a la construcción de barcos. 

De ahí provenía la fortuna que le permitió hacer un intento fallido de comprar a los Indios de Cleveland antes de negociar con la empresa de comunicaciones CBS la adquisición de los Yankees por US$10 Millones de Dólares. El acuerdo incluía unos parqueos que luego fueron re-adquiridos por CBS a un costo de US$1.2 Millones, lo que quiere decir que el "Boss" terminó pagando $8.8 por la franquicia de más tradición en el baseball. Claro está, la primera gran mentira de la historia de Steinbrenner en el baseball de Grandes Ligas está claramente indicada en la cita inicial de esta columna, ya que no ha existido un dueño más íntimamente involucrado que el "Boss" en los años en que "gobernó" de manera dictatorial a los Yankees. Tratar de cambiar la imagen de un hombre contradictorio, egocéntrico, difícil, en ocasiones abusivo y en otras magnánimo con los empleados, sólo por el hecho de que murió la semana pasada sería incorrecto. 

Steinbrenner no fue un santo, fue un hombre con virtudes y defectos. Pero sobretodo trascendente. Su llegada al negocio cambió el baseball y el deporte profesional para siempre. Por eso pensamos que se haría justicia si se le abre su espacio en el Salón de la Fama. La trascendencia del "Boss" queda demostrada si consideramos que 37 años después de su llegada, los Yankees fueron valorados por la revista financiera Forbes en US$1.6 Billones de Dólares. Es cierto que el valor del dinero ha cambiado dramáticamente desde 1973, pero ese crecimiento sigue siendo increíble. Steinbrenner asumió control de los Yankees en uno de los peores momentos de la franquicia, en medio de un período de doce años sin avanzar a la post-temporada con unos dueños que no daban prioridad al equipo. 

La franquicia más popular del baseball había llegado a un doloroso punto de casi total irrelevancia. Luego de incumplir su promesa inicial de no meter las narices en las operaciones del equipo, Steinbrenner fue declarado culpable de hacer contribuciones ilegales al fondo de campaña del presidente Richard Nixon. El comisionado de las Grandes Ligas Bowie Kuhn actuó con mano pesada, suspendiendo al Boss por dos años. La pena fue luego reducida a nueve meses, permitiéndole regresar para la temporada de 1976. Antes, en 1975, Steinbrenner había autorizado un fabuloso contrato (para la época) para Catfish Hunter, convirtiéndose en el primer propietario que vio la agencia libre como un medio para mejorar su equipo rápidamente. El tiempo de irrelevancia de los Yankees había llegado a su final. A su regreso al equipo en el 76, el "Boss" encontró a Billy Martin como su dirigente. El polémico dirigente llevó a los Yankees a la Serie Mundial, donde fueron barridos por la "Gran Maquinaria Roja", poderosa escuadra de los Rojos de Cincinnati. 

Inconforme con el resultado, después de todo los Yankees no ganaron el campeonato, Steinbrenner firmó al agente libre más codiciado de la época: Reggie Jackson. El otrora estelar de los Atléticos de Oakland recibió US$3 Millones de Dólares por cinco temporadas. La novela Steinbrenner –Martin– Jackson se convirtió en la comidilla de New York, debido al ambiente hostil que el dirigente creó para su nueva estrella, a quien consideraba un jugador egocéntrico, preocupado más por sus metas personales que por el éxito del equipo. A pesar de las dificultades de coexistencia para tres personalidades tan fuertes, los resultados en el terreno fueron los que el “Boss” buscaba. Los Yankees ganaron la Serie Mundial en 1977 y 78, venciendo a los Dodgers de Los Angeles en Series Mundiales que se extendieron a seis juegos. La segunda corona llegó con Bob Lemon como manager, luego de que Steinbrenner precipitara una primera renuncia de Martin como castigo por hacer el comentario siguiente: "Uno es un mentiroso de nacimiento y el otro un convicto", refiriéndose a Jackson y a Steinbrenner. 

Claro, el Boss y Martin apenas comenzaban. El explosivo manager regresaría cuatro veces a dirigir a los Yankees en el período 1979-88. Al momento de su trágica muerte el día de Navidad de 1989, albergaba la esperanza de regresar para una sexta vuelta como capataz del equipo rayado.

El 15 de Diciembre de 1980, los Yankees regresaron a la primera plana de los periódicos gracias a su dueño. Steinbrenner volvió a llevar la voz cantante en el mercado de agentes libres, firmando a Dave Winfield por diez años y US$23 Millones. Luego de regresar a la Serie Mundial en 1981, los Yankees vivieron más de una década de fracasos y decepciones. Esta fue la época en que Steinbrenner hizo caso omiso a las recomendaciones de sus hombres de baseball y concluyó que él era la persona idónea para tomar las decisiones en cuanto al personal del equipo. Muchas de esas decisiones probaron ser desastrosas. Durante esa década de los 80, los Yankees tuvieron trece cambios de dirigente, comenzando con Dick Howser y terminando con Bucky Dent. En medio de ellos: Gene Michael, Bob Lemon, Michael otra vez, Clyde King, Billy Martin, Yogi Berra, Martin de nuevo, Lou Piniella, Martin, Piniella y Dallas Green. 

El despido de Berra provocó que este se enemistara con Steinbrenner, alejándose del equipo por casi quince años. Green lo bautizó como "Manager George". En 1990, llegó la segunda suspensión de Steinbrenner, en esta oportunidad por pagarle US$40,000 al apostador Howie Spira a cambio de información que lo ayudara a destruir la imagen de Winfield. La suspensión fue de por vida y luego reducida a dos años. Para 1990, Boss estaba de regreso al frente de los Yankees. Luego de regresar a la post-temporada en 1995 y perder la Serie Divisional contra los Marineros de Seattle, los Yankees nombraron a Joe Torre para dirigir el equipo. El resto, como dicen, es historia. Terminaron los cambios de dirigente y comenzaron los campeonatos. En 1996, los Yankees cortaron una cadena de 18 años sin una corona, viniendo de atrás para vencer a los Bravos de Atlanta en el Clásico de Otoño.

uego, barrieron a San Diego en 1998 y a los Bravos en 1999, antes de vencer a los Mets en cinco juegos en la serie de 2000, triunfo especial para el Boss por producirse frente a sus rivales de la ciudad. 

En medio de las altas y bajas, Steinbrenner demostró ser el dueño que cualquier fanático quisiera tener: Aquel que no escatima esfuerzos ni dinero para poner en el terreno un equipo ganador año tras año. Con la marca de los Yankees firmemente establecida como la más importante en las Grandes Ligas, Steinbrenner le dio forma a la idea de convertir a los Yankees en el primer equipo propietario de su propia cadena de televisión. Con el crecimiento vertiginoso de YES, el Imperio tiene a su disposición otra maquinaria de generar recursos.

El último sueño de este visionario se hizo realidad el año pasado con la inauguración del impresionante nuevo Yankee Stadium, un palacio digno de la franquicia más visible y poderosa del momento. 

Para terminar, algunas de las citas más famosas de George Steinbrenner, un personaje inolvidable: 

1- "Yo estoy completamente opuesto a la agencia libre. Podría arruinar el juego".

2- "Nunca sufriré un infarto. Yo los provoco".

3- "Ser dueño de los Yankees es como ser dueño de la Mona Lisa".

4- "Después de respirar, ganar es lo más importante para mí. Respirar primero, ganar después".

5- "Dónde está Reggie Jackson? Necesitamos un Sr. Octubre o un Sr. Septiembre. Winfield es el Sr. Mayo".

IMPACTO DEPORTIVO / KEVIN CABRAL