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EL SR. JOSE LUIS MENDOZA DE LASEMANADEPORTIVA.COM ABUNDA SOBRE EL TEMA DE LAS COMPARACIONES Y NOS DEJA VER LO COMPLICADO QUE PUEDE SER ESTE EJERCICIO. LAS COMPARACIONES EN BEISBOL NUNCA ACABARAN, JOSE LUIS DESGLOSA.
¿Babe Ruth o Barry Bonds? ¿Hank Aaron o Willy Mays?, ¿Albert Pujols o Alex Rodríguez? Elegir el mejor, el que más nos gusta, el que más produce, el indiscutiblemente superior entre dos que ya son buenos es un pasatiempo tan viejo como el béisbol mismo. Parece que no es suficiente con disfrutar de la grandeza que exhiben los protagonistas que epoca tras epoca ha tenido nuestro deporte nacional. ¿No bastaría con aplaudir sus éxitos, subrayar sus enormes condiciones atléticas? Parece que no. Es inseparable de la condición humana el deseo de colocar a todo y a todos en el saco de la medición y las comparaciones.
Es difícil comprender el mundo sin un sistema de medidas. El sistema métrico decimal que rige en nuestras culturas occidentales nos facilita la vida con milimetros, centimetros o kilómetros. Estos referentes nos permiten comparar distancias o volúmenes de manera muy simple y nos generan la posibilidad de comparar y de ver lo relativo de las cosas. En el campo del deporte, las estadísticas de rendimiento vienen a ser un sistema métrico adaptado. El béisbol, el deporte estadístico por excelencia, tiene entonces una interminable variedad de elementos de juicio que permiten al seguidor de los más grandes bateadores o lanzadores argumentar a favor de sus ídolos.
Sin embargo no sirve de mucho saber los datos de acumulación de cualquier gran pelotero sin poner en la perspectiva adecuada su rendimiento. Carreras como las de Sandy Koufax, Ralph Kinner, Joe Dimaggio y Kirby Puckett no fueron tan prolongadas como las de Don Sutton, Eddy Murray, Cal Ripken o Robin Yount. Si podemos ir comparando caso por caso los nombres del listado veremos que los primeros lograron ciclos máximos de rendimiento muy superiores que los segundos, más allá de no lograr las estadísticas de acumulación de los segundos. Ahora bien, ¿No es la longevidad en si misma un mérito?
Otro elemento que puede distorsionar el valor de comparación entre dos béisbolistas es la época en la que ocurren sus logros. Siempre que se pueda, hay que señalar el contexto histórico en el que se desempeñaron los personajes sometidos a medición. La era de la bola muerta, con sus lanzadores capaces de completar decenas de partidos y centenares de entradas desde el montículo es muy distinta de la actual, con su severo conteo de lanzamientos y la especialización del relevo intermedio y cerrador. Piense en las carreras de Duke Snider y Jeff Bagwell. Este último conectó más cuadrangulares, dobles, hits, remolcó más carreras y generó mejor promedio de bateo que el primero en menos temporadas y sin embargo mientras Snider está en el salón de la fama (muy merecidamente para quién escribe) Bagwell dificilmente llegue a la inmortalidad por el escenario histórico en el que logró acumular sus impresionantes estadísticas.
En conclusión, a la hora de debatir sobre dos béisbolistas y tratar de imponer a nuestro favorito recomendamos siempre paciencia y tranquilidad para analizar todos los pormenores anteriormente expuestos y otros que por razones de espacio no podemos describir aquí. Muchas veces la precocidad o explosión tardía, el estadio de local o elementos extradeportivos terminan siendo sumamente importantes en el destino del pelotero profesional. Sin embargo, la mejor manera de comparar y discutir sobre béisbol es disfrutándolo. Admiremos nuestros favoritos y los preferidos de los demás. A fin de cuentas, no siempre lo que nos parece lo mejor es igual de bueno para la percepción ajena y viceversa.
Es difícil comprender el mundo sin un sistema de medidas. El sistema métrico decimal que rige en nuestras culturas occidentales nos facilita la vida con milimetros, centimetros o kilómetros. Estos referentes nos permiten comparar distancias o volúmenes de manera muy simple y nos generan la posibilidad de comparar y de ver lo relativo de las cosas. En el campo del deporte, las estadísticas de rendimiento vienen a ser un sistema métrico adaptado. El béisbol, el deporte estadístico por excelencia, tiene entonces una interminable variedad de elementos de juicio que permiten al seguidor de los más grandes bateadores o lanzadores argumentar a favor de sus ídolos.
Sin embargo no sirve de mucho saber los datos de acumulación de cualquier gran pelotero sin poner en la perspectiva adecuada su rendimiento. Carreras como las de Sandy Koufax, Ralph Kinner, Joe Dimaggio y Kirby Puckett no fueron tan prolongadas como las de Don Sutton, Eddy Murray, Cal Ripken o Robin Yount. Si podemos ir comparando caso por caso los nombres del listado veremos que los primeros lograron ciclos máximos de rendimiento muy superiores que los segundos, más allá de no lograr las estadísticas de acumulación de los segundos. Ahora bien, ¿No es la longevidad en si misma un mérito?
Otro elemento que puede distorsionar el valor de comparación entre dos béisbolistas es la época en la que ocurren sus logros. Siempre que se pueda, hay que señalar el contexto histórico en el que se desempeñaron los personajes sometidos a medición. La era de la bola muerta, con sus lanzadores capaces de completar decenas de partidos y centenares de entradas desde el montículo es muy distinta de la actual, con su severo conteo de lanzamientos y la especialización del relevo intermedio y cerrador. Piense en las carreras de Duke Snider y Jeff Bagwell. Este último conectó más cuadrangulares, dobles, hits, remolcó más carreras y generó mejor promedio de bateo que el primero en menos temporadas y sin embargo mientras Snider está en el salón de la fama (muy merecidamente para quién escribe) Bagwell dificilmente llegue a la inmortalidad por el escenario histórico en el que logró acumular sus impresionantes estadísticas.
En conclusión, a la hora de debatir sobre dos béisbolistas y tratar de imponer a nuestro favorito recomendamos siempre paciencia y tranquilidad para analizar todos los pormenores anteriormente expuestos y otros que por razones de espacio no podemos describir aquí. Muchas veces la precocidad o explosión tardía, el estadio de local o elementos extradeportivos terminan siendo sumamente importantes en el destino del pelotero profesional. Sin embargo, la mejor manera de comparar y discutir sobre béisbol es disfrutándolo. Admiremos nuestros favoritos y los preferidos de los demás. A fin de cuentas, no siempre lo que nos parece lo mejor es igual de bueno para la percepción ajena y viceversa.
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