Se les ha puesto la etiqueta de "grandes" a lanzadores con nombre y Ubaldo y Strasburg en esta temporada, pero mientras éstos sigan haciendo su propia historia, surge otro nombre, y de los más grandes: Juan Marichal. Sí, los acontecimientos de esta campaña han hecho relevante la figura de Marichal una vez más. La calidad del dominicano, apodado el "Dominican Dandy" en sus mejores tiempos con los Gigantes de San Francisco, se recuerda tanto ahora como en cualquier momento desde que se retiró de Grandes Ligas hace 35 años. La temporada del 2010-el "Año del Pitcher"-ha recordado a muchos a los años 60, una gran era para los lanzadores. Entonces, es inevitable que el mayor ganador de dicha década-que no es ni Bob Gibson ni Sandy Koufax, sino Marichal-sea reconocido una vez más. En los 60, el derecho con el inolvidable movimiento con la pierna al lanzar sumó 191 victorias y seis temporadas de 20 victorias o más.
El compatriota de Marichal, Ubaldo Jiménez, tuvo efectividad de 0.88 por los Rockies después de sus primeras 10 aperturas del 2010, convirtiéndose en apenas el cuarto lanzador de las mayores en lograr tal hazaña desde que el promedio de carreras limpias se implementó como estadística oficial hace casi 100 años. El último en hacerlo antes de Jiménez había sido el propio Marichal, quien tenía 0.59 después de sus primeras 10 aperturas de 1966. Strasburg llamó mucho la atención con su debut en la Gran Carpa el 8 de junio, cuando ponchó a 14 sin dar bases por bolas, permitiendo dos carreras y cuatro hits en siete entradas. ¿Gran actuación? Claro que sí. Pero no tan impresionante como el debut de Marichal un día como hoy hace 50 años. El 19 de julio de 1960 en el frío del Candlestick Park de San Francisco, Marichal tiro juego de un hit, ponchó a 12 y dio una sola base al lanzar la ruta completa en un triunfo por 2-0 de sus Gigantes sobre los Filis.
"Tenía mucho frío y veía a este muchacho tirarle el strike 1 a cada bateador", dijo el cátcher de Filadelfia, Clay Dalrymple, cuyo sencillo rompió el no-hitter de Marichal con dos outs en el séptimo inning. Marichal, de 22 años en ese entonces, no se detuvo ahí. Ganó sus siguientes dos aperturas lanzando juego completo, 3-1 sobre Pittsburgh el 23 de julio y 3-2 vs. Warren Spahn y los Bravos de Milwaukee en 10 entradas el 28 de julio. Más adelante en 1960, logró su cuarto juego completo al ganarle a San Luis y a Gibson, 7-3, antes de que el segundo fuera famoso. Ese gran comienzo propulsó a Marichal, quien se convertiría en el primer dominicano exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown, a una carrera de 16 años que terminó con marca de 243-142, efectividad de 2.89, 52 blanqueadas y 244 juegos completos. Increíblemente, Marichal recibió apenas un voto del tercer lugar en las votaciones para el Cy Young. Pero al preguntársele cómo se veía Marichal al lado de Gibson y Koufax, dijo lo siguiente el Salón de la Fama Frank Robinson: "Ahí mismo con todos. No tenía nada que envidiarles."
Explicando cómo logró tanto éxito en sus inicios en Grandes Ligas, dijo Marichal hace poco tiempo: "Creo que la clave era mi control." Marichal recordó cómo aprendió dicha habilidad lanzando por el equipo de la Fuerza Aérea Dominicana. "Teníamos un coach que llevaba a cada pitcher al bullpen y nos enseñaba cómo tirar." En sus primeras 49.2 entradas lanzadas en las mayores, Marichal otorgó apenas 12 boletos gratis-un índice que mantendría durante toda su carrera. El ex compañero de Marichal en San Francisco, el también Salón de la Fama Willie McCovey, describió la obra del quisqueyano en términos sencillos:
"Desde el primer día que lo vi, siempre tuvo una madurez por encima de su edad", dijo el ex primera base. "Simple y llanamente, Juan siempre ha sido un pitcher."
Al tener comando de una variedad de pitcheos que podía lanzar desde diferentes ángulos, Marichal tenía muchas armas a su disposición.
Y tiraba duro, sobre todo al principio de su carrera. "Venía por encima del brazo con una recta de cuatro costillas con velocidad entre 95-100 millas por hora", dijo Bob Skinner, un escucha de los Padres que jugó 12 años en tres equipos de la Liga Nacional. Pero Marichal sabía cambiar de velocidad. "Tenía variaciones de su curva", recordó Ron Santo, gran tercera base de los Cachorros en los años 60 y ahora comentarista del mismo equipo. Y como indicó el mismo Marichal, era capaz de poner la bola donde quería. "Lo único que sabías era que iba a estar por encima del plato", dijo el manager de los Dodgers, Joe Torre, quien jugó contra
Marichal con los Bravos y los Cardenales. "Era increíble." Otro ex compañero del derecho, el Salón de la Fama boricua Orlando "Peruchín" Cepeda, también recuerda el control del "Dandy". "Juan no transfería a nadie", dijo Cepeda. "Retaba a todo el mundo." Marichal promedió 21 juegos completos de 1962 a 1971, siendo su mayor cantidad de 30 (en 38 aperturas) en 1968.
Ni Marichal ni sus contemporáneos podrían lanzar tantas entradas con los límites de pitcheos que los equipos les imponen a sus lanzadores hoy en día. "Dejan que hagan de 95 a 100 lanzamientos ahora", dijo Hobie Landrith, quien estuvo en la receptoría de los Gigantes para el debut de Marichal en 1960. "Juan tiraba 140. ¿Cuántos hizo en ese juego con Spahn? En "ese juego con Spahn", Marichal hizo 227 lanzamientos. Fue lo que podría ser la mejor actuación monticular combinada en la historia de Grandes Ligas, al menos en la era moderna. El 2 de julio de 1963, Marichal y Spahn lanzaron juegos completos en un partido que fue hasta el cierre del 16to, cuando Willie Mays conectó cuadrangular para darle la victoria al dominicano y a los Gigantes. De su parte, Marichal siempre habla en términos humildes al referirse a su carrera. "Era fácil pitchar con gente como Willie Mays en el jardín central", comentó la leyenda. "Para mí fue un honor formar parte de ese gran equipo. Eran superestrellas."
Además de Mays, Marichal se refiere a nombres como Cepeda, McCovey, su compatriota Felipe Rojas Alou y Gaylord Perry. Fue McCovey que salvó su juego sin hit ni carreras el 15 de junio de 1963 al robarle jonrón a Carl Warwick de los Colt 45 de Houston en el jardín izquierdo. Hubo un incidente que por un tiempo pudo haber manchado la reputación de Marichal. El pleito entre los Gigantes y los Dodgers del 22 de agosto de 1965, en que el quisqueyano le dio un batazo en la cabeza al receptor de Los Angeles, John Roseboro, ha quedado mayormente en el olvido, debido a la personalidad calmada de Marichal y la amistad que forjó con Roseboro en años posteriores. "Juan es un tipo increíble", dijo Landrith. "Fue tan desafortunado lo del incidente con Roseboro, porque era un hombre bien agradable. Siempre me impresionaba su talento, pero también veía con admiración su calidad como ser humano." Y claro, la figura de Marichal en la República Dominicana es gigantesca. Jiménez comentó al respecto antes de abrir el Juego de Estrellas la semana pasada en Anaheim.
"Cuando estaba en la escuela, él estaba en los libros (de historia)", dijo Ubaldo sonriente. "Todo el mundo hablaba de Juan Marichal." Lo más seguro es que nunca dejarán de hacerlo.
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