Aunque algunos resultados suelen ser desafortunados y ocasionalmente hasta nauseabundos, la verdad monda y lironda es que el proceso de votación del Juego de Estrellas de Grandes Ligas es el más democrático y participativo del planeta tierra. ¿En que otro proceso de votación un ciudadano de El Tibet o Ciudad del Cabo tiene las mismas oportunidades que uno de Nueva York o Los Angeles para incidir en los resultados de un proceso para elegir puestos de un evento que se realizará en Anaheim? Mientras el proceso se vende como la selección de los jugadores más destacados de la primera mitad de la temporada en realidad los fanáticos votan por los más populares de cada posición.
Es la única razón por la que un tipo con los números de Miguel Cabrera, de Detroit, no fue una selección automática en la 1B de la Liga Americana y que David Wright, de los Mets, tuviera que esperar los últimos "clicks" antes de ser ratificado como el 3B abridor de la Liga Nacional, por encima del dominicano Plácido Polanco, de Filadelfia. Lo importante del asunto es que la decisión queda en manos de los fanáticos, quienes son responsables directos de cualquier desacierto en los resultados finales. Por cierto, no debería haber críticas con respecto a los resultados finales, tomando en cuenta que son el reflejo de la preferencia de la mayoría y de eso se trata la democracia ¿o no? Los abridores del Juego de Estrellas #81, a realizarse el martes 13 en el Angel Stadium, fueron seleccionados por los fanáticos de todo el mundo, votando en los estadios de Grandes Ligas y ligas menores de Estados Unidos, pero sobretodo en la red Internet, el espacio donde el planeta pierde fronteras, clases sociales, razas, idiomas, religión y diferencias económicas.
En Internet, cada aficionado recibe la oportunidad de votar hasta 25 veces por cada cuenta de mail que posee para impulsar sus jugadores favoritos, sin importar si emite el voto desde Tucupita (Venezuela), Dajabón (en frontera de República Dominicana con Haití), Xalapa (México) o Krasnoperekopsk (Ucrania). Un aficionado con cinco cuentas de mail puede emitir 125 votos por un jugador, lo que es una ridiculez, pero es parte de la grandeza del proceso. ¡Eso es verdadera democracia representativa! El Juego de Estrellas de Grandes Ligas nació en 1933 y desde entonces se han utilizado diferentes métodos para escoger a los participantes en el evento. Hasta 1946 los managers de cada liga seleccionaban los rosters completos que asistían al duelo. En 1947 comenzaron a votar los fanáticos, pero cuando los aficionados nombraron casi completa la novena regular de Cincinnati como representante de la Liga Nacional en 1957, el comisionado Ford Frick entregó la responsabilidad a peloteros, managers y coaches.
Desde 1970, los fanáticos recuperaron el poder absoluto de seleccionar a los jugadores abridores y desde la década anterior se incorporó la herramienta de Internet, dando oportunidad de votar a fanáticos que nunca han estado cerca de una ciudad o un estadio con franquicia de Grandes Ligas. La Internet es la razón por la que los fanáticos de Yankees de Nueva York, Angelinos y Dodgers de Los Angeles, San Luis o Filadelfia --los clubes con las mejores asistencias del 2010-- no tienen ninguna ventaja a la hora de seleccionar los abridores del Juego de Estrellas. Un ratón de biblioteca de Kuala Lampur (Malasia) tiene igual o más poder de decisión que un abonado por todo el año en uno de los asientos de 2,000 dólares (por juego) del nuevo Yankee Stadium.
Los aficionados han sometido 650 millones de votos electrónicos en los últimos tres años, incluyendo 220 millones en el 2010. Joe Mauer, de Minnesota, recibió más de cinco millones de votos y Albert Pujols, de San Luis, lideró por cuarta vez a todos los peloteros de la Liga Nacional con más de cuatro millones de sufragio.
Mauer y Pujols recibieron más votos que la mayoría de los presidentes democráticamente electos alrededor del mundo y no necesitaron embarrar de anuncios sus ciudades ni prometer "villas y castillos" a sus seguidores. Admitánlo, incluso con sus recurrentes errores, el proceso de votación del Juego de Estrellas de Grandes Ligas es el más democrático de la tierra y, lo más importante, sus resultados solamente tienen validez por una noche, no por cuatro o seis años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario